¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
7 de enero 2015 – Llamado de María Santificadora a la humanidad
La prueba financiera se aproxima… Las aguas del mar inundarán grandes ciudades
“Hijitos, que la paz de Dios os acompañe.
Que el despertar de un nuevo año os traiga la paz de Dios para que permanezcáis unidos como hermanos y podáis por la gracia de Dios sobrellevar estos días de prueba que estáis viviendo.
Se acercan días difíciles pero no temáis mis pequeños, este año será de grandes pruebas para la humanidad; pruebas que superaréis si permanecéis unidos en el amor; solo la fuerza del amor y la oración os ayudarán a vencer los obstáculos por los que tendréis que pasar.
La prueba financiera se aproxima y será un descalabro para muchos que han puesto su confianza en el dios dinero; este dios salido de la mano del hombre está próximo a desaparecer; ayes se dejarán escuchar y muchos perderán su alma con la caída de este ídolo.
¡Pobres de aquellos que pusieron su fe y esperanza en este dios, porque muy pronto rodará por el suelo llevándose la vida de muchos!.
La creación de mi Padre muy pronto comenzará a gemir y a estremecerse con sus dolores de parto. La humanidad entrará en pánico porque nunca antes había visto y escuchado los dolores de parto de la creación. ¡Oh, cuánto dolor se escuchará por doquier, las aguas del mar inundarán grandes ciudades y el orgullo de muchas naciones se vendrá abajo.
Se aproxima el jinete de la hambruna y de la peste; virus de enfermedades nunca antes vistos aparecerán en la tierra, creando grandes pandemias que disminuirán la población de muchas naciones.
Por eso hijitos nuevamente os digo: preparaos espiritual y materialmente para estos días de purificación que se aproximan.
Hijitos, la prueba financiera afectará vuestro ritmo de vida en este mundo; se acercan los días de esta prueba y solo si os ayudáis mutuamente podéis superarla; de lo contrario el hambre y las pestes se llevarán la vida de muchos.
Hago un llamado urgente a toda la humanidad para que se prepare para los días de escasez que se aproximan.
Prestadme atención y dejad vuestra terquedad; acordaos que os vengo anunciando con mucha anticipación estos acontecimientos; hacedme caso pequeños y poned en práctica todas las instrucciones que os estamos dando, para que cuando lleguen esos días tengáis reserva de víveres y agua.
No temáis, mi Padre multiplicará cada grano y el agua no escaseará si se lo pedís con fe.
Fuego del cielo caerá y muchas naciones serán castigadas por su soberbia y alejamiento de Dios.
Os digo que nunca antes la humanidad ha visto caer tanto fuego del cielo como el que está por caer.
Por eso hijitos apresuraos a poner vuestras cuentas en orden, porque los días de justicia divina están comenzando y todo cuanto está escrito se desatará en cadena y la paz se perderá para dar paso a los días de purificación.
¡Volved vuestros ojos a Dios naciones impías, porque su santa justicia está comenzando y vosotras naciones pecadoras vais a ser borradas de la faz de la tierra si no cambiáis!.
Pueblo de Dios, estad pues preparados, no os soltéis de mi mano; haced mi Santo Rosario y alabad y glorificad la gloria de Dios, para que podáis superar los días de angustia que están por llegar.
Os espero en uno de mis santuarios para daros mi bendición maternal que os servirá para afrontar los días de prueba.
No tardéis, venid con vuestras familias y consagrádmelo todo a mi corazón inmaculado.
Que la paz de Dios os acompañe y mi protección maternal os asista.
Os ama vuestra Madre, María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."