¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Septiembre 24 2018
Llamado urgente de Dios Padre a Su pueblo fiel.
Mensaje a Enoch.
La tribulación que está por llegar nunca antes se ha visto en la tierra
“Mi paz sea con vosotros, Pueblo mío, Heredad mía.
Mi pequeño instrumento, el tiempo de mi Misericordia está por consumirse ya, sólo falta mi Aviso y Milagro, para que mi Misericordia de paso a mi Justicia. A medida que se va agotando mi Misericordia, también se va manifestando mi Justicia; todos elementos de mi creación que están en calma con la llegada de mi Justicia, comenzarán a despertar. La furia de la naturaleza y la conmoción del universo están por comenzar, cuando mi Misericordia de paso a mi Justicia, sabréis habitantes de la tierra que han llegado los días de la gran tribulación.
Todo por el momento está en tensa calma y esto hace que muchos sigan creyendo que no pasará nada. Mi creación se agita en algunos lugares, como un llamado a la humanidad para que se prepare; pero no, esta humanidad no le presta atención a las señales y signos que a diario se dan. Mi creación se estremece, mi tierra se agrieta y se abre en muchos lugares y del cielo grandes señales se manifiestan, pero a esta humanidad todo le parece normal. Muy pronto todo se desencadenará y ahí si van a entrar en pánico y a darse golpes de pecho y va a hacer muy tarde para muchos.
Humanidad ingrata y pecadora, mis días de Justicia Divina están llegando; ¿quién podrá resistir los días de mi Justa Ira? ¡Sólo aquellos que escuchan mi Voz y ponen en práctica mis Preceptos, serán los únicos que podrán resistir el paso de mi Justicia! De nuevo os digo, ¡volved a Mí, antes de que se desate mi Justa Ira; porque en el tiempo de mi Justicia, ya no os escucharé! No os hagáis los sordos, prestadle atención a mis llamados porque ellos serán vuestra salvación mañana; no os hagáis los ciegos, prestadle atención a las señales y signos que el cielo y la creación os están dando, porque ellos os anuncian que este mundo que conocéis está por pasar. No sigáis dejando vuestra conversión para el último momento, porque os recuerdo que no vais a tener tiempo; dejad vuestra terquedad y cuanto antes volved a Mí. Os estoy hablando como Padre, escuchadme; atended a mis llamados porque como Padre no quiero vuestra muerte, sino que viváis eternamente.
Humanidad de dura cerviz, entended que como Padre me duele ver perderse a mis criaturas, y más a vosotros que sois lo más amado creado por MÍ. Si supierais humanidad ingrata de la tribulación que está por llegar, de seguro que lo dejaríais todo y me buscaríais con sincero corazón. La tribulación que está por llegar nunca antes se ha visto en la tierra; os digo que toda la creación y el universo estarán en conmoción; habrá escasez de todo, tragedias e infortunios se desatarán en cadena; virus y enfermedades crearán pandemias, plagas y pestes, diezmarán gran parte de la humanidad. Los hombres enloquecerán y el hambre hará perder la cabeza a muchos, hasta el punto de que muchas madres se comerán a sus hijos. (Lamentaciones de Jeremías 4, 10)
El dios dinero, rodará por el suelo y ya no servirá de nada; ya no les dará seguridad a los hombres ni les brindará alimento y protección. La soberbia y prepotencia de muchos que se sentían seguros con sus riquezas, caerá junto con su ídolo; la inmensa mayoría de la humanidad enloquecerá y los ricos y potentados, verán caer sus fortunas como castillos de arena. Sólo los que tengan puesta su fe y confianza en el Señor, podrán sobrevivir a aquellos días de gran tribulación que están por comenzar.
Pueblo mío, Heredad mía, estad preparados con vuestras lámparas encendidas con la oración, porque el Día Grande y Terrible del Señor se acerca. Que no os pase como las doncellas necias que se quedaron por fuera del banquete por no tener aceite en sus lámparas. Vosotros permaneced despiertos y vigilantes, porque vuestro Amo se acerca y muy pronto tocará a la puerta de vuestra alma.
Quedad en mi Paz, Pueblo mío, Heredad mía.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de la Creación.
Dad a conocer mis mensajes en todos los confines de la tierra.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."