¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Jesús dice: (Jesús Nuestro Maestro, Vol. 1) “Queridos hijos, el pensar juntarse en oración es muy placentero para el Padre.
El es el Dios de merced infinita, El ama a todas sus criaturas y quiere que todos ellos se salven.
Por eso Me envió a mi, su Hijo, a la Tierra para que, con mi actitud, les enseñe el Bien.
Es por esta razón que el Espíritu Santo va incitando, en sus ciudades y muchas tierras, aquellos deseos de oración colectiva, la oración comunal que tiene su fuerza particular propia.
Hijos, ¡la medida está a punto de rebosar!
El mal se dispersa alrededor, siempre más bajo múltiples formas que hieren el Corazón del Padre.
¿Cómo pueden ustedes impedir que Él hasta use medidas drásticas para convencer a los malvados a volver al camino recto?
Miren, que estas reuniones de oración son como un oasis con el cual cuenta el Padre.
No es el número de componentes lo que causa la ruptura, sino el ardor, la humildad y la generosidad que las anima.
Quisiera que estos grupos se multiplicaran y que se difundieran como gotas de aceite en el vasto mar del mal.
Quisiera que estas humildes gotas de aceite dibujaran el abismo de la Merced de Dios, para que los castigos que amenazan a los hombres desaparezcan.
Mis hijos, Me doy cuenta de que ustedes comprenden bien porque noto como quieren acercarse a quienes, siendo Mis instrumentos, les imparten la Palabra divina.
Esta instrucción religiosa es muy necesaria, ya que, por su sencillez, entra fácilmente en sus mentes.
No obstante, quisiera que bajara a sus corazones como una llama y les trajera el puro amor de Dios, ese amor que les motiva a abrazar su Voluntad y a bendecir al Señor, aun en medio de las adversidades y dificultades de la vida.
Este amor es la oración más bella, la cual, junto a las formulas que ustedes recitan, los transforma para obtener luz y fuerza de Dios.
¡Si supieran lo efectivo que es conocer las Divinas Verdades cuando siempre se ora y ama mejor!
Quiero, sin embargo, avisarles e invitarles. Quisiera que ustedes, después de iniciar estas reuniones bajo cualquier nombre, después de iniciarlas con oración, después de cementar su afecto con su Dios y entre ustedes, partan de este oasis que irradia una luz que se comunica con muchos otros.
¡Será, en primer lugar, a sus familias que ustedes les traerán la abundancia de estos regalos! ¡Qué efecto tendrán sus palabras, acompañadas por el aliento de la caridad que emana de mi Corazón!
Sus exhortaciones serían inútiles, a menos que al salir de aquí ustedes no se llenen de Mi; todo cambiará, porque soy Yo quien actúa en ustedes, soy Yo quien habla, Yo quien ama.
También quisiera que ustedes tuvieran metas visionarias, como las mías, para que puedan compartir mis buenos deseos.
Hay muchos pobres, muchos necesitados, muchos afligidos: acudan a ellos, se lo suplico. Sean la extensión de mi brazo y, sobre todo, sean el rayo difusivo de mi amor.
Quienes amo son los pecadores, los enfermos y los pobres.
Ellos creerán en la Merced infinita del Padre, sólo por medio de los actos de ustedes.
Pónganse de acuerdo Conmigo, entre ustedes y con ellos.
Si alguna falta les pesa en la conciencia y se sienten culpables ante Dios, recuerden que serán sus beneficiarios quienes serán sus abogados defensores ante Dios el Juez.
El Dios que recompensa hasta un baso de agua que se le da en Su nombre a un bebé, será genero al perdonar; en su Merced y en recompensa hacia ustedes, si aprenden a hacer todo lo que pueden por otros, al vencer ese egoísmo natural con el cual se domina al hombre. Si tienen preocupaciones personales y familiares que los atormentan, no se alarmen.
Todos ustedes son mis hijos y, por lo que hacen por su prójimo, los compensare; y les prometo (una promesa solemne), ayuda con sus dificultades diarias.
Ámenme, Siganme y Háganme amado y seguido.
Los Bendigo, queridos hijos.
La luz, con la cual los inundo, vale mucho más que la luz de sus ojos.
Que sea tan profunda que ilumine todas sus vidas.”
 
 Jesús Nuestro Maestro (Ingles)
Mensajes inspirados por Jesus a Carmela Negri Carabelli. Permiso del CENACOLO DELLA DIVINA MISERICORDIA, Centro di spiritualità, Viale Lunigiana 30, 20125 Milano, Italia, que tiene todos los derechos.




 
 

 
“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”

 

"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
 
 
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."