¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
MAYO 26 DE 2015
LLAMADO DE MARÍA ROSA MÍSTICA A LOS HIJOS DE DIOS
Haced mi Santo Rosario, de día y de noche. Permaneced en estado de alerta
“Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros y el amor de esta Madre os acompañe siempre.
Hijitos, las tentaciones y los pecados de la carne están haciendo perder a muchos; os digo criaturas que si no contáis con el cielo, seréis presa fácil de mi adversario.
Cuidaos rebaño de mi Hijo, de caer en estas trampas; acudid a Mí, cuando seáis tentados y decid: Ave María Purísima, venid en mi auxilio; y yo vuestra Madre atenderé de inmediato vuestro llamado y no permitiré que mi adversario os haga caer.
Cada vez que llegue la tentación, acudid a la protección del cielo, porque de no hacerlo mi adversario irá tomando posesión de vuestra mente y pensamientos, hasta haceros perder.
Renovad las consagraciones a mi Corazón Inmaculado, para que estéis bien fortalecidos espiritualmente y así podáis salir victoriosos en la batalla espiritual de cada día. Acordaos hijitos que los más grandes combates se llevarán a cabo en vuestra mente; por eso os pido, que estéis orantes y vigilantes, porque vais a estar atacados por la carne, por el mundo y por mi adversario y sus huestes del mal.
Bien sabéis mis niños que el camino para llegar a la Nueva Creación, es angosto, pedregoso, lleno de abrojos y de trampas. Sólo la oración y la fe en Dios os permitirá avanzar.
Hijitos, si caéis en tentación acudid de inmediato donde uno de mis predilectos, para que os podáis volver a levantar; orad, ayunad y haced penitencia, porque vienen los días en que mi Hijo ya no estará en los Sagrarios.
Cuando vengan esos días de la gran abominación, acudid a Mí, porque yo seré el Sagrario donde permanecerá mi Hijo en aquellos días.
Hijitos, mi Santo Rosario os protegerá de caer en pecado en los días de la gran tribulación.
Hacedlo desde ya de día y de noche, para que estéis protegidos y vuestro caminar sea seguro; si os hacéis devotos de mi Santo Rosario, yo no permitiré que vosotros y vuestras familias se pierdan.
Colocaos la Armadura Espiritual y haced mi Santo Rosario y os prometo que ninguna fuerza del mal podrá haceros daño.
Hijitos, estáis viviendo una tensa calma; no os relajéis, ni bajéis la guardia con la oración, pensando que nada sucederá; acordaos que lo escrito no tiene marcha atrás, todo se cumplirá. Permaneced en estado de alerta, orantes y vigilantes, porque cuando menos lo penséis todo se desatará.
Todos los acontecimientos llegarán en cadena, uno detrás del otro y si no estáis preparados espiritualmente os vais a perder, porque la tribulación que se aproxima nunca antes se había visto en la tierra.
Corred a hacer buenas confesiones de vida, porque el tiempo se os está acabando; no dejéis para el último momento vuestra limpieza espiritual; acordaos que es la vida de vuestro espíritu la que está en juego.
Apresuraos, porque las trompetas celestiales nuevamente están sonando y son los últimos anuncios; llaman a la humanidad al recogimiento y la oración.
Hijitos, mi adversario muy pronto hará su declaración y cuando esto suceda, la creación de mi Padre se entristecerá.
Las Iglesias serán cerradas y el culto diario suspendido; la gran abominación comenzará y la inmensa mayoría de la humanidad se va a perder por no haber querido atender a los llamados del cielo.
Orad hijitos por todos los mártires de estos últimos tiempos; miles de almas están siendo torturadas, asesinadas y desaparecidas, por los emisarios del mal al servicio de mi adversario. Orad por la Iglesia del Medio Oriente que se está desangrando y por todos los cristianos que están dando su vida por mantenerse firmes en la fe y doctrina de mi Hijo.
No seáis indiferentes ante el dolor de vuestros hermanos; haced oración, ayuno y penitencia, para que cese el derramamiento de sangre inocente en estos países.
Uníos en oración con el Papa y orad por todos los mártires, para que la justicia y misericordia de Dios detengan el poder del mal y no se siga derramando sangre inocente.
Desgarrad vuestros corazones, porque se acerca el regreso triunfal de mi Hijo.
Vuestra Madre que os ama, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."