¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Marzo 07 de 2014
Llamado urgente de Dios Padre a la humanidad.
Mensaje a Enoch.
Fuego de las entrañas de mi tierra hará que el eje terráqueo se mueva
Paz a vosotros, hombres de buena voluntad.
Fuego de las entrañas de mi tierra en cadena muy pronto brotará y hará que el eje terráqueo se mueva, haciendo que la rotación de mi tierra se acelere y se acorten más los días, meses y años, que faltan para el regreso triunfal de mi Hijo. El gran dragón del país del norte está a punto de despertar y la Babilonia de estos últimos tiempos sufrirá. Su soberbia y rebeldía serán doblegadas; toda su prepotencia y su ciencia de nada le servirán. Fuego, azufre, cenizas, llanto y dolor, enlutará muchas de sus ciudades. Desaparecerá gran parte del territorio que se halla en la franja pacífica, hasta el extremo sur del continente.
Mi creación se tambaleará y gemirá como mujer de parto y su dolor y sus ayes, se sentirán en todos los confines de la tierra. Los continentes se moverán y las placas teutónicas se desplazarán para dar comienzo a mi Nueva Creación. ¡Ay, Ay, de los habitantes de la tierra, porque no encontrarán un lugar seguro cuando mi creación comience a moverse! Hijos míos, heredad mía, no perdáis la cabeza, ni dejéis que el pánico se apodere de vosotros; lo mejor que podéis hacer en ese tiempo de purificación es orar, hacer penitencia y suplicar a vuestro Padre Celestial, para que esos días os sean más llevaderos y todo se dé conforme a mi Santa Voluntad.
De nuevo os digo: La ciencia de los hombres de estos últimos tiempos, no podrá detener el
paso de mi justicia. Todo el universo dentro de poco se conmocionará y fuego del cielo caerá a la tierra en dirección a las naciones impías. Aquellas naciones que se apartaron de Mí, donde la sangre de mis inocentes es derramada, donde las leyes injustas de sus gobernantes y legisladores oprimen a mi pueblo. Todas las naciones que han aprobado el aborto y han promulgado leyes a favor de la sodomía y demás pecados de natura; donde mi pueblo es perseguido, torturado y asesinado; todas esas naciones el fuego de mi justicia las pulverizará y así como Sodoma y Gomorra desaparecerán para siempre y no volverán a ser recordadas.
Se está acercando el tiempo de mi gran Justicia y los insensatos siguen sin creer, continúan en su cotidianidad como en los tiempos de Noe y Lot; la historia se repite y 2/3 partes de la humanidad de estos últimos tiempos va desaparecer al paso de mi Justicia Divina,. ¡Oh insensatos os está llegando la hora!, ¿qué estáis esperando para volver a Mí? Mirad que el cielo os está mostrando con señales que todo está por comenzar; mirad la decadencia de este mundo y escuchad los rumores de guerra aquí o allá. Escuchad las trompetas celestiales, están sonando y anunciando que está llegando la noche y con ella el tiempo de mi Justicia. Y vosotros insensatos seguís dormidos, no os dais cuenta que en cualquier momento todo cambiará y ya no habrá marcha atrás.
¡Ay de aquellos que adoran al dios dinero, porque muy pronto caerá! ¡Qué tristeza siento al ver a tantos que me han dado la espalda y han puesto su confianza y seguridad en este dios, hechura de la mano del hombre!. ¡Pobres de vosotros idólatras, porque vuestros dioses mundanos están por caer y vosotros os vais a perder eternamente!. Volved vuestros ojos a vuestro Creador, humanidad rebelde; entended de una vez que no me complazco con vuestro sufrimiento, ni con vuestra muerte. Aceptad mi ofrecimiento de vida y no le deis más largas a vuestra salvación, para que mañana no lloréis y os lamentéis en las profundidades del abismo, porque os aseguro que ya nadie os escuchará.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."