¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Septiembre 2 2018 – Llamado urgente de María Santificadora al Pueblo de Dios
El tiempo se os está agotando, ¡no seáis insensatos!; arrepentíos y convertíos
“Mis niños, que la Paz de mi Señor esté con todos vosotros, y el Amor y Protección de vuestra Madre Celestial, os acompañen siempre.
Hijitos, días aciagos os esperan, no temáis; orad con mi Santo Rosario para que esos días de purificación, pasen como un sueño para vosotros. La humanidad no ha alcanzado a dimensionar el cáliz amargo que le espera; siguen en su cotidianidad y muchos continúan dándole la espalda a Dios; van a llegar los días de la gran prueba y se van a perder por no estar preparados espiritualmente. ¡Cómo Madre de la humanidad, os pido urgentemente hijitos, que despertéis de vuestro letargo espiritual, porque los días de Justicia Divina están llegando! Muchas almas van a perderse por omisión y otras por falta de conocimiento.
La tribulación está llegando y con ella las malas noticias y tragedias; todos los infortunios van llegar de improvisto, uno seguirá al otro. La inmensa mayoría de la humanidad que no está preparada espiritualmente, va a enloquecer al paso de los días de Justicia que se aproximan. Van a clamar Misericordia y perdón, pero ya no van a hacer escuchados; sus almas van a perderse eternamente.
¡Hijitos rebeldes, las milésimas de Misericordia se están agotando y vosotros seguís en vuestra desobediencia y pecado, que os va a llevar a la muerte eterna! Si no volvéis cuánto antes a Dios y os arrepentís, os aseguro que os vais a perder eternamente. ¡Qué estáis esperando: Adúlteros, fornicarios, lujuriosos, impuros, homosexuales, alcohólicos, drogadictos, ladrones, estafadores, mentirosos, calumniadores, brujos, hechiceros, mentalistas, ocultistas en general y demás pecadores que vagáis por este mundo sin Dios y sin ley! ¿Qué estáis esperando, para volver a Dios? Si dejáis agotar las últimas milésimas de
Misericordia, corréis el riesgo de perderos eternamente, porque muchos de vosotros por vuestra maldad y pecado, no vais a resistir el Aviso de mi Padre.
El tiempo se os está agotando, ¡no seáis insensatos!; arrepentíos y convertíos de una vez; haced una buena confesión de vida y apartaos del mal camino. No sigáis cometiendo vuestras detestables acciones, porque la Justicia Divina, sino os arrepentís, el pago que os dará será la muerte eterna.
Acudid a Mí, ingratos pecadores, yo también soy vuestra Madre. No sabéis cuántas lágrimas he derramado por vosotros y en especial por todos aquellos que practican el ocultismo. Cuánto dolor siento al veros atar a vuestros hermanos con vuestras detestables prácticas ocultistas; cada trabajo de ocultismo que hacéis, son espinas con las cuales traspasáis mi Corazón y el Corazón Amante de mi Hijo. Como sufrimos viéndoos crucificar a vuestros hermanos; ¡parad ya de atormentar a vuestros hermanos!
Si os arrepentís de corazón y volvéis a Dios, el cielo se alegrará y hará un banquete por vuestro regreso; os ánimo, para que salgáis de la oscuridad y volváis a caminar por el sendero de la Luz y el Amor de Dios. Mi Padre no quiere vuestra muerte, como hijos pródigos os está esperando, para daros también la bienvenida; para perdonaros y vestiros con nuevas vestiduras y daros el gozo mañana de la vida eterna.
Sino habéis vendido vuestra alma al amo de las tinieblas, podéis arrepentiros de corazón, podéis hacer una buena confesión y reparación de vuestros pecados. Os aseguro que si así lo hacéis, mi Padre tendrá Misericordia de vosotros y os rescatará. ¡Apresuraos pues hijitos rebeldes, mi Padre os está esperando con los brazos abiertos; corred a arrepentiros, a reparar y a poner vuestras cuentas en orden, porque la noche está llegando y con ella la Justicia de Dios! Acordaos que a mayor pecado, mayor Misericordia, si os arrepentís de corazón. No tardéis hijos pródigos, os estamos esperando, la mesa ya está servida y aguarda por vosotros.
Os Ama vuestra Madre, María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, mis amados niños.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."