¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Diciembre 13 de 2013
Llamado urgente de Jesús Sacramentado a la humanidad
El nuevo Orden Mundial está próximo a establecerse
“Mi paz esté con vosotros.
Mi aviso está llegando, solo faltan campanadas de misericordia para que todo se consuma en su totalidad. Después del aviso y milagro, vendrán los días de purificación y sólo un resto de vosotros quedará y será llamado pueblo de Dios.
Hijos míos, los hombres de ciencia aliados con los reyes de las naciones al servicio de mi adversario, andan investigando para crear un gas letal y una bacteria que será esparcida en el aire de muchas naciones; buscan exterminar gran parte de la humanidad.
Aprovecharán el tiempo de guerra para llevar a cabo este genocidio. Tened mucho cuidado pueblo mío, porque van a proliferar las vacunas y no todas serán para el beneficio de vuestra salud; muchas de esas vacunas tienen como fin exterminar la población de las naciones más pobres y subdesarrolladas.
La población mundial va a ser disminuida, especialmente los niños y los ancianos. En muchos países se están llevando a cabo jornadas de esterilización en las mujeres, todo esto con la complacencia de sus gobiernos; su objetivo, esterilizar los mujeres jóvenes para que no nazca la vida.
¡Oh reyes de las naciones impías, vuestros días están contados, pesados y medidos!.¡Vuestras naciones van a desaparecer de la faz de la tierra, por el fuego de mi justicia que les caerá del cielo!.
Todas aquellas naciones que cometen injusticias con mi pueblo y quebrantan mis preceptos, van a ser borradas y no volverán a ser recordadas.
Rebaño mío, os anuncio que el nuevo Orden Mundial está próximo a establecerse; todas las naciones que no se sometan a dicho régimen, estarán sentenciadas a morir de hambre y de sed. Sus tierras serán confiscadas y usurpadas y su población esclavizada; todos sus recursos y bienes pasarán a gobiernos extranjeros y estas pobres naciones perderán su identidad. El Nuevo Orden Mundial esclavizará a mi pueblo y lo hará caminar por el desierto de la purificación.
Hijos míos, las señales en el cielo se están intensificando, fenómenos celestiales nunca antes vistos por ojo alguno se os vienen mostrando para que os preparéis a mi próxima venida. Todo el universo se conmocionará con la transformación de mi tierra. ¡Desgarrad vuestros corazones, porque se acercan los días de mi justicia divina!.
Deje el esposo su alcoba y la esposa su tálamo, porque las últimas trompetas están por sonar y anunciarán que el tiempo de mi misericordia ha terminado. Se agota mi misericordia, volved a mí lo más pronto posible ovejas descarriadas; dejad de pecar, quitaos la venda de pecado de vuestros ojos para que podáis ver el camino de la salvación y no os perdáis eternamente.
Es tiempo de oración, reconciliación, recogimiento, ayuno y penitencia; es tiempo de volver a Dios para que podáis salvar vuestra alma. Ovejas descarriadas se os está haciendo tarde, la noche se está acercando y con ella las tinieblas; no quiero vuestra muerte, sino que viváis eternamente.
¡Venid a mí, venid a mí, venid a mí, con corazones contritos y humillados y os prometo que no os dejaré perder!.
Os estoy llamando ovejas descarriadas y rebeldes, no dejéis pasar los últimos llamados que os hago. Recapacitad y acercaos a mí, y encontraréis paz, perdón, amor y consuelo. Soy yo vuestro Padre y Salvador quien os espera en el silencio de cada Sagrario.
Apresuraos, no tengáis miedo, no os haré ningún reproche; solo quiero vuestra salvación.
Os espera vuestro Padre y Salvador, Jesús Sacramentado.
Quien me ve, ve a mi Padre (Juan 14.9).
Dad a conocer este mensaje a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."