¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Agosto 15 de 2018
Llamado urgente de María Rosa Mística al Pueblo de Dios.
Mensaje a Enoch.
El despertar en cadena de los volcanes va a mover las placas tectónicas
“Hijitos de mi corazón, la paz de mi Señor esté con todos vosotros.
Mis niños, el mundo está por entrar en caos, la inmensa mayoría de la humanidad se va a lamentar por no haber querido acogerse a la Misericordia de Dios y por no haber hecho caso a los llamados del cielo que llaman a la conversión. Todo está por cambiar, la creación de mi Padre ha entrado ya en las últimas etapas de transformación y ésta será una de las pruebas que más desgracias traerá a la humanidad.
El despertar en cadena de los volcanes va a mover las placas tectónicas y esto hará que los continentes comiencen a separarse. Preparaos hijitos, porque la conmoción del universo va a hacer que muchas bolas de fuego se dirijan a la tierra; fuego del cielo con el cual mi Padre va a castigar a las naciones impías.
Hijitos míos, que vivís en las naciones rebeldes, alejaos de las cabeceras de las ciudades y buscad los lugares altos, porque se aproxima el castigo para las naciones impías; recogeos en oración y no soltéis mi Santo Rosario, porque él será vuestra protección en los días de castigo que se aproximan para las naciones pecadoras. Cuando el fuego comience a caer, no entréis en pánico, lo que debéis hacer es encerraros en vuestras moradas y orar con mi Santo Rosario y con el Salmo 91; alabando a todo instante la Gloria de Dios.
Acordaos de colocar el Ictus(1) o pescado, en el umbral de la puerta de entrada de vuestros hogares, para que seáis protegidos y vuestras moradas sean preservadas al paso de la Justicia Divina por aquellas naciones. Todas las naciones que han aprobado el aborto, los matrimonios entre parejas del mismo sexo, la ideología de género y demás leyes que van en contra de natura, serán castigadas por la Justicia de Dios y muchas van a hacer borradas de la faz de la tierra.
El castigo también les vendrá aquellas naciones donde reina la injusticia, donde la corrupción de sus gobernantes tiene asfixiado al Pueblo de Dios, donde el pecado y la maldad se han acrecentado. Mi Padre castigará en estas naciones, los lugares donde haya más maldad; la cizaña de las ciudades y poblaciones, será arrancada para que sólo quede la buena cosecha.
Hogares donde se ore con mi Santo Rosario, no serán tocados por la Justicia Divina; ninguno de sus moradores perecerá, ni sus moradas sufrirán daño alguno. El poder de mi Santo Rosario los protegerá y yo, vuestra Madre Celestial, os cubriré con mi Manto Maternal, así como lo hace la gallina con sus polluelos. No temáis pues mis niños, yo cuidaré de vosotros y de vuestras familias; sed obedientes y no os apartéis de Dios; permaneced en su gracia y os aseguro que lo que está por venir, pasará como un sueño para vosotros.
Acatad las instrucciones que os di en mi mensaje del 03 de agosto de este año, para que estéis preparados a los acontecimientos que están por venir. Orad a todo instante porque los ataques mentales cada día serán más fuertes; acordaos que a mi adversario se le está acabando el tiempo de su reinado y anda como león rugiente buscando a quien devorar. La batalla es espiritual y las fuerzas del mal, sólo las venceréis con la oración, el ayuno, la penitencia, y estando en gracia de Dios.
Hago un llamado urgente a todos mis hijitos que tengan conocimiento sobre los acontecimientos que están por venir, para que como misioneros que son por el bautismo, evangelicen a todos aquellos que desconocen las profecías sobre este final de los tiempos. Hijitos el tiempo apremia y la inmensa mayoría de la humanidad, está aletargada espiritualmente; la Justicia de Dios está llegando y los va acoger sin estar preparados.
Cuento con vosotros hijitos, colaboradme con esta evangelización, porque bien sabéis que lo que está en juego es la salvación de las almas. El cielo cuenta con vosotros mis hijitos fieles, para que lo ayudéis a salvar muchas almas. ¡Hablad a tiempo y a destiempo, no os quedéis callados; no sea que por vuestro silencio, se pierdan muchas almas! Que la Paz de Dios, permanezca en vosotros.
Os ama vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer hijitos míos, mis mensajes a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor
(1) Ichthys
IXΘΥΣ: Iota I=Jesús, Ji X=Christos, Theta Θ=Theou (de Dios), Ípsilon Υ=Uios (Hijo), Sigma Σ=Soter (Salvador)
El ichtus o ichthys (en griego ΙΧΘΥΣ ijcís “pez”) es un símbolo que consiste en dos arcos que se intersectan de forma que parece el perfil de un pez a modo de una vesica piscis o mandorla horizontal, y que fue empleado por los primeros cristianos como un símbolo secreto. El acrónimo significa Ἰησοῦς Χριστὸς Θεοῦ Υἱὸς Σωτήρ “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”.
El uso del ichtus como símbolo secreto pudo haber sido el siguiente: una persona dibujaba unas líneas rectas y curvas en la arena de forma aparentemente aleatoria, de las que una de ellas era un arco circular (medio ichtus). Si otra persona dibujaba más líneas en el suelo y completaba la figura, los dos sabrían que ambos eran cristianos.
También era usado secretamente cuando dos personas que no se conocían muy bien se veían nuevamente; entonces, una de ellas le hacía la mitad del símbolo del pez en la palma de la mano a uno al saludarlo, y el otro respondía haciendo la otra mitad si también era ferviente cristiano, si no pasaba como una cosquilla o accidente, pero la mayoría de las veces se tomaban muchas precauciones, como el de investigar de antemano a la otra persona.
Antes del Edicto de Milán los cristianos no podían revelar abiertamente su fe, ya que corrían el peligro de ser perseguidos o ejecutados.








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."