¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Junio 25 2019
Llamado urgente de María Rosa Mística al Pueblo de Dios.
Mensaje a Enoch.
El Cisma, dará comienzo a la etapa final de vuestra purificación
“Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor esté con vosotros y mi Protección y Asistencia Maternal, os acompañe siempre.
Pequeñitos, la tarde está comenzando a caer y muy pronto llegará la noche; ¡qué tristeza siento al ver a millones de hijitos, que aún continúan dándole la espalda a Dios, preocupados sólo por las cosas de este mundo! Si supierais hijitos lo que está por llegar, correríais en busca de Dios y lo dejaríais todo por vuestra salvación.
Mis niños, dentro de poco todo cambiará, los acontecimientos llegarán de improvisto y millones de almas se van a perder, porque no van a tener tiempo para arrepentirse. La furia de la naturaleza se despertará y muchos lugares y poblaciones de la tierra desaparecerán. El fuego de los volcanes en cadena y el fuego venido del cielo, estremecerán toda la creación; la tierra gemirá con sus últimos dolores de parto y no dejará de estremecerse y gemir, hasta dar a luz a la Nueva Creación.
Los Continentes se fusionarán y sólo quedará un continente, el mar desaparecerá; en la Nueva Creación ya no estará. Todo será renovado por la Sabiduría del Santo Espíritu de Dios; Nuevos Cielos y Nueva Tierra, serán el Paraíso creado por Dios, para su Pueblo Elegido. Hijitos, la etapa final de vuestra purificación está por comenzar, sufro al ver que la inmensa mayoría de la humanidad, sigue tan relajada. En fracciones de segundo todo cambiará y lo que existe, dejará de ser. Si esta humanidad sigue vendada por el pecado y no despierta de su letargo, serán muy pocos los que habiten la Nueva Creación.
Hijitos, orad por el Papa porque grande es su calvario; las nuevas reformas que están por darse, harán que estalle el Cisma en la Iglesia de mi Hijo. El Cisma, dará comienzo a la etapa final de vuestra purificación y despertará en cadena todos los demás acontecimientos, descritos en la Santa Palabra de Dios para este final de los tiempos. La mala interpretación de las reformas, unida a la división por los casos de pederastia dentro de la Iglesia; más la inconformidad con el Papa por parte de algunos Cardenales y Teólogos, que quieren modernizar la Iglesia, con reformas que van en contra del Evangelio, la Moral y Doctrina de ésta, son la mecha que ya está encendida y que dentro de poco harán que el Cisma estalle.
Pequeñitos míos, no abandonéis al Papa, orad por él; su Pontificado ha sido uno de los más criticados y vituperados en toda la historia de la Iglesia. Su cruz es muy pesada; suplicad a Dios por el Papa, para que pueda seguir llevando la Barca de la Iglesia en medio de tanta tempestad. Él es Pastor del Rebaño que Dios eligió, para pastorear sus ovejas y guiar a su Iglesia en este final de los tiempos. Apoyadlo con vuestras oraciones para que pueda terminar de cumplir la misión que Dios le ha encomendado.
Hijitos, no perdáis pues más el tiempo por ir en busca de las cosas de este mundo; acordaos que el tiempo ya no es tiempo, sino Misericordia de Dios. Que vuestra mayor prioridad, sea la búsqueda de la salvación de vuestra alma; enderezad el rumbo de vuestra vida y recogeos en oración, ayuno y penitencia; haciendo una buena confesión ante uno de mis Predilectos (Sacerdotes); reparando por todos vuestros pecados, consagrándoos a mi Inmaculado Corazón y uniéndoos en oración a Mí, para que juntos y por la Gracia de Dios, sea establecido en la tierra el Reinado de mi Inmaculado Corazón.
Que la Paz de Dios, permanezca en vosotros, mis Amados Niños.
Os ama vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Hijitos de mi Corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."