¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 28, 2020 – Llamado de Jesús el Buen Pastor a su Rebaño. Mensaje a Enoch.
El camino para la aparición pública de mi adversario se encuentra allanado
“Mi Paz sea con vosotras, Ovejas de mi Rebaño.
Hijos míos, mi rebaño está comenzando a ser perseguido, los lobos han comenzado a dispersar mis ovejas para hacerlas caer en el despeñadero. En muchas naciones ya comenzó la persecución y maltrato a mi rebaño; en el tiempo del Nuevo Orden Mundial en todas las naciones habrá persecución, tortura, encarcelamiento, desaparición y muerte, de mi rebaño fiel. Los lobos andan sueltos y muchos se están camuflando en mi rebaño, para dispersarlo y hacerlo perder. Mucho cuidado ovejas de mi grey con aquellos que os adulan o se muestran como el fariseo en el templo, muy piadosos para que los vean, pero su forma de actuar no es concordante con lo que hacen y dicen.
Nuevamente os digo: no descubráis vuestro corazón a cualquiera, sed prestos para escuchar y lentos para hablar; analizad muy bien a las personas que se os acercan para entablar amistad y pedid mucho discernimiento a mi Santo Espíritu para que podáis discernir lo bueno de lo malo. En verdad os digo: por sus frutos conoceréis al árbol, porque bien sabéis que todo árbol bueno, da frutos buenos y todo árbol malo, da frutos malos; la traición y el engaño es la vestidura de los lobos. Cuidaos pues rebaño mío de estos lobos con piel de oveja que vendrán a vosotros con palabras dulces, pero que urden en su corazón el mal y buscan vuestra perdición y caída.
Rebaño mío, mi adversario encarnado ya está en medio de vosotros en compañía de sus sirvientes del mal; sus emisarios andan buscando por todos los medios de a hacer perder el mayor número de almas, para que cuando mi adversario haga su declaración al mundo y se dé a conocer cuente con millones de seguidores. La doctrina de la Nueva Era, como cizaña se viene esparciendo por todo el mundo y son muchos los que se están acogiendo a ella; el camino para la aparición pública de mi adversario se encuentra allanado. Los hijos de la oscuridad han comenzado a anunciar su aparición, el falso mesías muy pronto se mostrará al mundo hablando de amor y paz, diciendo que él es el mesías esperado por toda la humanidad.
¡Cuidado rebaño mío, caéis en el engaño del falso mesías; acordaos qué no podéis verlo ni escucharlo, porque tiene poder para hacer que lo améis y aceptéis como Dios! El que muy pronto se os mostrará Ovejas de mi Grey, no soy Yo, vuestro Eterno Pastor, si no, el lobo disfrazado de pastor que con piel de oveja viene a robarse el alma de la inmensa mayoría de la humanidad, apartada de Mí. Rebaño mío, los días que estáis viviendo son ya de oscuridad, que vuestra Armadura Espiritual esté bien aceitada con la oración y reforzada con mi Salmo 91. Sois soldados de mi milicia terrenal, estad pues listos: ciñiéndoos el cinturón de la Verdad, colocándoos la coraza de la justicia, el escudo de la fe, para que atajéis los dardos incendiarios del maligno, llevando en vuestra cabeza el casco de la Salvación, y en vuestros pies las sandalias de la Paz, para que anunciéis el Evangelio y la espada de la justicia, que es mi Palabra (Efesios 6. 10, 18). La batalla final por vuestra libertad, estad por comenzar; ¡ánimo, no temáis, el Cielo no os abandonará; acordaos, la victoria es de vuestro Dios, escrito está!
Mi Paz os dejo, mi Paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro y Pastor, Jesús el Buen Pastor de todos los tiempos.
Dad a conocer mis mensajes de salvación a toda la humanidad, ovejas de mi rebaño.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."