¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 19 2020 – Llamado de María Rosa Mística a los tibios y pecadores. Mensaje a Enoch.
Disfrutad en familia el poco tiempo que aún os queda
“Mis Pequeños, la Paz del Altísimo esté con todos vosotros y mi Protección Maternal, os acompañe siempre.
Hijitos, grandes pruebas están por llegaros que serán el comienzo de vuestra purificación; disfrutad en familia el poco tiempo que aún os queda mis pequeños, porque se aproximan días de oscuridad, persecución y tribulación, como nunca antes se había visto en la creación. Millones de almas por no estar preparadas espiritualmente, van a perderse al paso de estos días; la tribulación que se os viene es tan grande y dolorosa que muchos desearán estar muertos, antes que vivir esos días.
De nada os servirán vuestras riquezas materiales porque todo perderá su valor y rodará por el suelo. Sólo la fe y confianza en Dios, serán vuestra fortaleza y seguridad en ese tiempo de tribulación. La humanidad alejada de Dios va a enloquecer, desesperada y sin rumbo marchará por el desierto de la purificación, sin protección alguna; desorientada y atribulada, fácilmente caerá al abismo. ¡Ay de aquellos hijitos tibios y pecadores, porque si no se convierten en el Aviso y Milagro, van a perderse eternamente! Tantos llamados, señales y manifestaciones del Cielo para que se conviertan, pero no quieren escuchar la Voz de Dios. Como Madre de la humanidad no me cansaré de interceder por estas almitas, aun sabiendo de su rebeldía; el cielo sufre conmigo y está agotando todos los recursos para salvar el mayor número de almas, pero esta humanidad de estos últimos tiempos es de dura cerviz.
Hijitos rebeldes, el Cielo no quiere vuestra muerte, ¿por qué sois tan insensatos? Si no os arrepentís prontamente, corréis el riesgo de perderos eternamente. El lugar que os espera en la eternidad de seguir en tibieza y pecado es el infierno, donde el amo de las tinieblas os atormentará sin descanso. Si supierais mis niños del tormento y dolor de las almas condenadas, correrías a buscar a Dios de todo corazón. Mirad hijitos tibios y rebeldes, que el tiempo ya no es tiempo y que vuestras almas están en grave peligro de perderse por vuestra tibieza y pecado; vagáis por este mundo unos en tibieza, y otros pecando, no sabiendo que en cualquier momento podéis pasar de este mundo a la eternidad. Se os olvida que la línea que divide la vida y la muerte es tan frágil y que cada día que pasa estáis muriendo un poco. Camináis con la muerte cada día y en fracciones de segundo, podéis perder la vida.
Hijitos tibios y pecadores, recapacitad porque los días de la gran tribulación están llegando y de seguir vosotros en vuestra tibieza y pecado, no vais a resistir el paso de la Justicia Divina. Volved a Dios lo más pronto posible, porque vuestras almas están en grave peligro de perderse eternamente; atended al llamado de vuestra Madre Celestial y retomad cuanto antes la senda de la salvación que os llevará a la Gloria Eterna. No me hagáis sufrir más, porque sois vosotros mis pequeños tibios y pecadores, por los que más sufro y lloro. Despertad pues de vuestra tibieza y pecado y corred a reconciliaros con Dios, antes de que lleguen los días de su Justicia.
Que la Paz de mi Señor permanezca en vosotros, mis Amados Niños.
Vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos míos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."