¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
JUNIO 08 de 2012
LLAMADO URGENTE DE DIOS PADRE A SU PUEBLO FIEL HIJOS MÍOS, HEREDAD MÍA, PAZ A VOSOTROS.
Dios Padre: Orad en cadena a nivel mundial os librará de los planes de mi adversario
“El nuevo orden mundial al servicio de mi adversario ya tiene todo listo para cambiar el destino de la humanidad.
Mi pueblo será esclavizado y todos sus bienes serán expropiados.
Todo comenzará con la implantación de la marca de la bestia, el microchip; mi pueblo fiel caminará por el desierto de la purificación, solo los que perseveren alcanzarán la corona de la vida.
Os digo, que todos aquellos que se dejen marcar perderán su individualidad y serán esclavos al servicio de un sistema.
La llamada globalización que los reyes de este mundo están llevando a cabo someterá bajo su dominio a las naciones más pobres.
Todo lo controlará el nuevo orden mundial, los ricos serán más ricos y los pobres más pobres.
Hijos míos, el nuevo orden mundial está regido por la masonería que es una tenebrosa organización dirigida por mi adversario.
Es mi adversario quien dirige a los gobernantes de las naciones poderosas, entre sus objetivos está acabar con una tercera parte de la humanidad por medio de la guerra y establecer un único gobierno a nivel mundial, donde todas las demás naciones que no hacen parte de este selecto grupo, estarían sometidas a un régimen dictatorial.
Un solo gobierno, una sola religión, una sola moneda (Amero) un solo ejército y organizaciones secretas al servicio del régimen entre ellas una autoridad religiosa que se encargaría de encarcelar, torturar y desaparecer a todos aquellos que no estuvieran marcados y que no se acogieran a las leyes y a la religión del nuevo orden mundial.
Pueblo mío, la llamada globalización es el comienzo del nuevo orden mundial, las naciones poderosas explotarán los recursos naturales apoderándose de las cosechas y fuentes hídricas de las naciones sometidas y éstas morirán de hambre y sed.
La globalización con sus tratados le dará potestad a las naciones poderosas de ejercer dominio territorial sobre las naciones más pobres, así perderían la identidad como naciones libres y pasarían a ser unas colonias más del régimen.
Hijos míos, todo esto fue planeado hace mucho tiempo por los llamados Iluminantis que son los verdaderos reyes que rigen los destinos de la humanidad.
Esta organización ultrasecreta es la encargada de manejar las economías y políticas de las naciones; provocan guerras y crean desastres utilizando tecnologías de los seres infernales llamados por vosotros extraterrestres.
Hijos míos, os anuncio todas estas cosas para que sepáis del futuro que se os depara y así estéis preparados para asumir con fe y valentía los cambios que sufrirá este mundo. Hijos míos, Heredad mía, la oración en cadena a nivel mundial es la única que puede derrumbar todos los planes y estrategias de los hijos de la oscuridad.
Os lo repito, solo la oración, el ayuno, la penitencia, que hagáis en cadena a nivel mundial, os librará de los planes de mi adversario.
Orad en cadena a nivel mundial con el rezo del Santo Rosario. (Misterios dolorosos) Rosario a la preciosísima Sangre de mi Hijo y el exorcismo de mi amado Miguel, dado a mi siervo León XIII, y veréis rodar por el suelo todos los planes de mi adversario y sus agentes terrenales.
Adelante pueblo mío; colocaos la armadura espiritual para que entréis en batalla y combatid junto a vuestra Madre María y junto a mis Ejércitos Celestiales toda fuerza del mal.
La victoria es de mi pueblo fiel.
Tenedlo por seguro.
Paz a vosotros heredad mía.
Vuestro Padre Yahvé, Señor de los Ejércitos.
Dad a conocer mis mensajes pueblo mí”








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."