¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Septiembre 16 2019.
Llamado urgente de Dios Padre a Su pueblo Fiel.
Mensaje a Enoch.
Días de escasez y de hambruna se aproximan
“Pueblo mío, heredad mía, mi Paz sea con vosotros.
La decadencia moral, social y espiritual, va en aumento, esta humanidad cabalga al despeñadero por la falta de Dios en su corazón. Los días de la gran tribulación cada vez están más cerca y van a ser muy pocos los que la resistan; la falta de fe, unida a la falta de oración y compromiso con vuestro Padre Celestial, hará que muchos por su tibieza perezcan.
Pueblo mío, acostumbraos a convivir con las altas y bajas temperaturas, porque éstas van a intensificarse más, haciendo invivibles muchos lugares de la tierra. Las noches en muchos lugares van a ser heladas y en otros el calor será intenso; esto va a afectar el ecosistema terrestre y marítimo, trayendo la escasez y la hambruna en toda la tierra. Por un tiempo vais a tener carencia de aguas lluvias que refresquen la tierra, será un tiempo seco y árido, otra señal que el cielo os dará, buscando vuestra conversión. Orad, ayunad y haced penitencia en aquellos días, para que vuelvan las aguas lluvias, porque de lo contrario vendrá un tiempo de sequía y hambruna que asolará a toda la humanidad. Se acercan pues heredad mía, días de escasez a nivel mundial y la gran mayoría de la humanidad por su rebeldía y apatía a mis llamados, no va a estar preparada para afrontarlos. La tierra en aquellos días próximos a comenzar, sólo dará malos frutos, la hambruna y la sequía, traerán las plagas y las pestes y gran parte de la humanidad morirá de hambre y sed, por no querer atender a mis llamados Celestiales.
Nuevamente os repito: días de escasez y de hambruna se aproximan; los que podáis, id almacenando productos no perecederos y mucha agua, para que tengáis reserva. Los que carecéis de medios económicos, no temáis, lo mucho o lo poco que tengáis lo multiplicaré, si compartís con vuestros hermanos y lo pedís con fe, así como lo hice con la viuda de Sarepta en tiempos del Profeta Elías (1 Reyes 17. 8 al 24)
Pueblo mío, el agua se está agotando en vuestro planeta, no la malgastéis; proteged las reservas hídricas, los manantiales y cuencas de los ríos, para que no se sequen; dadle un buen uso a este bien natural esencial para la creación y supervivencia de todas las criaturas, incluida la especie humana. Valorad este tesoro natural y protegedlo, porque se acercan los días en que este precioso líquido va a ser más escaso que el oro de Ofir. Proteged vuestro planeta, no sigáis contaminándolo ni malgastando los recursos naturales, para que no muráis de sed y hambre. Acordaos que mi Creación es un organismo viviente, que se duele y resiente con vuestro maltrato; si seguís contaminándola, si seguís destruyéndola y talando sus árboles, muy pronto os quedaréis sin oxígeno y sin agua y si esto falta, la vida de la tierra con todas sus criaturas desaparecerá.
Os hago un llamado urgente Reyes de las Naciones y Habitantes de la Tierra, para que paréis de explotar inmisericordemente mi Creación; no sigáis destruyendo las reservas naturales, no sigáis contaminando ni malgastando el agua, porque de seguir como vais, muy pronto mi Creación será un desierto. La contaminación ambiental, la tala de los árboles y la destrucción de las fuentes hídricas, están modificando el clima en todo el planeta; las altas y frías temperaturas, traerán más huracanes, tornados y desastres naturales, que la ciencia del hombre no podrá contener. El cambio climático en la tierra es causado por todo el maltrato que le estáis dando al planeta. ¡Reforestad, reforestad, cuanto antes la tierra; cuidad las reservas naturales y el agua y no sigáis contaminando el planeta, para que éste pueda volver a respirar y vuestros hijos mañana puedan seguir gozando de este paraíso!
Vuestro Padre, Yhavé, Señor de la Creación
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Heredad mía.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."