¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Anno Domini 2018, 28 de agosto – Llamado Urgentísimo De María Auxiliadora al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoch.
Demonios venidos del averno, no son extraterrestres
“Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi Amor y Protección Maternal, os acompañe siempre.
Mis pequeños, los días que estáis viviendo son de purificación, permaneced en la Gracia de Dios y orando a todo instante; porque bien sabéis que las fuerzas del mal están activas y no os dan tregua. Si os relajáis con la oración y os apartáis de Dios, corréis el riesgo de perderos. Acordaos mis niños que vuestro enemigo no es de carne y hueso, vuestra lucha es con espíritus malignos, los cuales tienen mando y poder sobre este mundo oscuro. (Efesios 6. 12)
Vuestra lucha es con entidades malignas que ya se encuentran en el espacio de vuestro mundo, buscando hacer perder el mayor número de almas. Son demonios venidos del averno, no son extraterrestres para que no os dejéis engañar. Las armas para vencerlos no son materiales, sino espirituales; los demonios sólo son vencidos con la oración, el ayuno, la penitencia, la mortificación; estando en Gracia de Dios y colocando vuestra fe y confianza en Él. Si no estáis preparados espiritualmente, no entabléis combate con las fuerzas del mal, porque corréis el riesgo de perderos.
Hijitos, vuestro campo de batalla es vuestra mente, los demonios buscan tomar control de ella, para luego apoderarse de vuestro cuerpo. Por eso debéis de estar en gracia de Dios, orando a todo instante, para que podáis repeler los dardos incendiarios del maligno. Nuevamente os digo: cuando os llegue el dardo incendiario a vuestra mente decid: llevo todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. (2 Corintios 10. 5) O decid: Ave María Purísima, venid en mi auxilio, Madre Santísima; os aseguro que los demonios de la mente huirán de vosotros.
Hijitos, muchas almas están siendo poseídas porque la inmensa mayoría de esta humanidad ingrata y pecadora, le ha dado la espalda a Dios. Tened mucho cuidado y pedid mucho discernimiento al Santo Espíritu, porque ya hay muchos demonios encarnados en medio de vosotros. No entréis en peleas ni en discusiones estériles; sellaos y sellad a vuestros hermanos con la Sangre de mi Hijo, para que no os vayáis a llevar sorpresas desagradables que os hagan correr la sangre o perder la vida. La mirada de un alma poseída es agresiva y de su boca, sólo malas palabras y blasfemias salen, su fuerza es descomunal.
Los demonios huyen cuando invocáis la Sangre de mi Hijo, o cuando me invocáis; basta que digáis: Ave María Purísima, para que huyan de vosotros. Os instruyo mis niños para que podáis defenderos de los ataques de mi adversario y sus huestes del mal; y así, salgáis victoriosos en el combate espiritual de cada día. Nuevamente os recuerdo que debéis colocaros la Armadura Espiritual de (Efesios 6. 10, 18) todos los días a mañana y noche, con el refuerzo del Salmo 91, haciéndola extensiva a vuestros hijos y familiares, para que también a ellos les alcance la protección del cielo. Llevad siempre colgado en vuestro cuello mi Santo Rosario y el Rosario de la Sangre de mi Hijo, para que estéis bien protegidos y los demonios no puedan tocaros ni haceros daño.
Acordaos que mi adversario sabe quién es de Dios, por eso debéis de estar bien protegidos, para que no pueda robaros el alma. Estáis pues avisados mis niños, para que nada ni nadie os coja por sorpresa. Hogar donde se ore con mi Santo Rosario, mi adversario no podrá tocarlo; yo vuestra Madre, tengo cubierto con mi Manto a todos los hogares donde se ora con mi Rosario. Comportaos pues niños como Hijos de la Luz, apartaos del pecado y todo aquello que os lleve a pecar; permaneced en Gracia de Dios y fortaleced vuestra fe, con la oración, el ayuno y la penitencia, para que os convirtáis en verdaderos soldados espirituales y os unáis a Mí, y a los Ejércitos Celestiales y juntos derrotemos de la faz de la tierra las fuerzas del mal y allanemos el camino para el regreso triunfal de mi Hijo.
Quedad mis niños en la paz de mi Señor.
Os Ama Vuestra Madre, María Auxiliadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi Corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."