¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Octubre 01 2018
Llamado urgente de Jesús el Buen Pastor a su rebaño.
Mensaje a Enoch.
Cuando los acontecimientos se desaten, conservad la calma y orad más intensamente
“Ovejas de mi Grey, mi Paz esté con vosotras.
Rebaño mío, muy pronto comenzaréis a caminar por el desierto de la purificación, rumbo a la tierra prometida, mi Jerusalén Celestial. No temáis ovejas mías. Yo y mi Madre, estaremos pendientes de vosotras; os estaremos guiando a través de los mensajes de éste nuestro Mensajero de Albricias; mis mensajes de salvación os instruirán y guiarán por vuestro paso por el desierto. Estad pues muy pendientes de mis mensajes, porque ellos os mostrarán el camino para que podáis llegar seguras a las puertas de mi Nueva Creación.
Ovejas de mi Grey, permaneced alerta y vigilantes, no descuidéis la oración; reprended a todo instante y sin temor con el poder de mi Sangre, todo dardo incendiario del maligno que llegue a vuestra mente y pensamientos. No dejéis que los dardos penetren vuestros pensamientos; cuando sintáis el ataque, reprendedlo inmediatamente, porque si dejáis que los dardos os penetren la mente, estos se van fortaleciendo y van tomando control de ella y de vuestro cuerpo. Así es como mi adversario se va apoderando de las almas.
Nuevamente os recuerdo que vuestra mente, es el campo de batalla donde se llevarán a cabo las luchas espirituales; por eso, rebaño mío, debéis de fortalecer vuestra mente con la oración y con mi Palabra, que es la Espada del Espíritu; y debéis también fortalecer vuestro cuerpo, alimentándoos con mi Cuerpo y con mi Sangre, para que podáis repeler todos los ataques que mi adversario os enviará a través de los espíritus mentales.
Alejaos mis ovejas de todo aquello que os incite a pecar; apartaos de las malas compañías y de las amistades mundanas, porque estas os llevarán a la perdición. El mundo y Dios no son compatibles; acordaos que lo que está en juego es la salvación de vuestra alma. El hombre viejo con sus vicios y pecados debe morir, para que renazca un hombre nuevo, totalmente espiritual; sólo los nuevos hombres podrán habitar mi Nueva Creación.
Todo está por comenzar, la tensa calma está por dar paso a la tribulación; cuando menos lo penséis todo se desatará. Las aves del cielo os darán una señal, con sus migraciones; cuando esto comience a darse, sabréis que el tiempo de la Justicia Divina ha llegado. Rebaño mío, la creación está a punto de entrar en conmoción; las malas noticias y tragedias, están por comenzar; y ésta humanidad sigue adormecida por el pecado. Sus ojos y oídos, están vendados a una realidad que está próxima a comenzar.
Rebaño mío, estad preparado para que nada os coja por sorpresa; cuando los acontecimientos se desaten, conservad la calma y orad más intensamente. Sólo la oración en cadena mitigará el curso de los acontecimientos; sólo la oración y la alabanza que hagáis, os protegerán. Nada más os servirá. La Justicia Divina, pasará de largo donde ardan las lámparas encendidas con la oración; los Ángeles de la Justicia de Dios, no tocarán aquellos hogares donde el Ictus esté colocado. Por eso, rebaño mío, debéis de apresuraos a colocar la señal del Ictus o pescado, en el umbral de la puerta de entrada de vuestros hogares, porque los días de Justicia Divina están por comenzar. Quedad en mi Paz, ovejas de mi Grey.
Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Eterno Pastor, Jesús el Buen Pastor de todos los tiempos.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, ovejas de mi Grey.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."