¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(CEV) “Los Quadernos 1943”, p. 169
Jesus dice: “Observa mi Resplandor y mi Belleza respecto a la negra monstruosidad de la Bestia. No tengas miedo de mirar aunque sea un espectáculo repelente.
Estás entre mis brazos. No puede acercarse ni dañarte. ¿Lo ves? Ni siquiera te mira. Tiene ya muchas presas que seguir.
¿Ahora te parece que merezca la pena dejarme a Mí para seguirle a él? Sin embargo el mundo le sigue y me deja por él. Mira que harto está y cómo se contrae.
Es su hora de fiesta.
Pero mira también cómo busca la sombra para actuar.
Odia la Luz, ¡y se llamaba Lucifer! ¿Ves cómo hipnotiza a quienes no están signados con mi Sangre?
Acumula sus esfuerzos porque sabe que es su hora y que se acerca mi hora en la que será vencido para siempre.
Su infernal astucia y su inteligencia satánica son un continuo operar de Mal, en contraposición a nuestro uno y trino obrar de Bien, para aumentar su presa.
Pero la astucia y la inteligencia no prevalecerían si en los hombres estuviera mi Sangre y su honesta voluntad.
Al hombre le faltan demasiadas cosas para tener armas con las que enfrentarse a la Bestia, y ella lo sabe y actúa abiertamente, sin tan siquiera esconderse ya con apariencias engañosas.
Que su repugnante fealdad te empuje a una diligencia y a una penitencia cada vez mayores.
Por ti y por tus desgraciados hermanos que tienen el alma arrebatada o seducida y no ven, o, viéndolo, corren al encuentro del Maligno, con tal de obtener ayuda para un momento a pagar con una condenación eterna».
Maria Valtorta: “Tengo que explicar yo, si no no se entiende nada. Desde la noche del 18 el buen Jesús me hace ver un bicharraco horrible, tan horrible que me produce escalofrío y ganas de gritar. Su nombre es conocido. Y el buen Jesús me da a entender que ese aspecto siempre es inferior a la realidad, porque ninguna realidad humana puede lograr personificar con exactitud la suprema Belleza y la suprema Fealdad. Ahora le describo el bicharraco.
Me parece ver un gran agujero negro negro y profundísimo. Comprendo que es profundísimo, pero no veo de él sino el orificio, todo ocupado por un monstruo horrible. No es serpiente, ni cocodrilo, ni dragón, ni murciélago, pero tiene algo de los cuatro. Cabeza larga y puntiaguda sin orejas y con dos ojos socarrones y feroces que están siempre a la caza de presa, una boca grandísima y armada de buenos dientes agudos, siempre intenta atrapar al vuelo a cualquier incauto que llega al alcance de sus mandíbulas.
La cabeza en fin tiene mucho de la de serpiente por la forma y del cocodrilo por los dientes. Cuello largo y flexible que permite mucha agilidad a la cabeza tremenda. Un cuerpo resbaladizo recubierto por una piel como la de las anguilas (para entenderse) es decir sin escamas, de color entre el óxido, el violeta, el gris obscuro… no sabría. Tiene hasta el color de las sanguijuelas. En la espalda y en las ancas (digo “ancas” porque allí termina el vientre palpitante e hinchado de presa y empieza la larga cola que termina en punta), son cuatro patazas cortas y palmeadas como las del cocodrilo. En la espalda dos alas de murciélago.
El bicharraco no mueve su gran y repugnante cuerpo. Mueve sólo la cola que se contonea haciendo “eses” aquí y allá, y mueve su horrible cabeza de ojos fascinadores y mandíbulas exterminadoras.¡Misericordia divina! ¡Qué bicharraco tan horrible! De su negro antro emana tiniebla y horror. Le aseguro que ayer que lo veía con vivísima meticulosidad -y no entendía que hiciera aquí- me venían ganas de gritar espeluznada. Menos mal que veía que nunca miraba hacia mí como por repulsión.
Recíproca repulsión si acaso. Si esto es una pálida representación de Satanás, ¿qué será entonces él? ¡Para morir dos veces seguidas con sólo verlo! Menos mal también que, si bien en un rincón estaba el bicharraco, cerca cerca estaba mi Jesús blanco, bello, rubio… ¡Luz ep la luz! Comparando la luminosa, confortable figura de Cristo con la del otro, su mirada dulcísima, clara, con la torva del otro, hay ciertamente que compadecer a los infelices pecadores destinados al segundo porque han rechazado a Jesús. Y bien, ahora que lo he visto… quisiera no verlo más porque es demasiado horrible. Oraré porque el menor número posible de desgraciados vaya a terminar en sus garras, pero ruego al buen Dios que me quite esta visión.”
Maria Valtorta:
Los cuadernos. 1943; 1944; 1945



Los Cuadernos recogen escritos sobre temas ascéticos, bíblicos, doctrinales, de crónica autobiográfica, además de descripciones de escenas evangélicas y de martirios de primeros cristianos.







“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."