¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Noviembre 27 2017
Llamado urgente de María Santificadora a la humanidad
Con el Aviso de mi Padre, se estará terminando el tiempo de Misericordia
“Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor, esté con todos vosotros.
Mis niños, se están agotando los últimos instantes de misericordia, la humanidad muy pronto pasará por la eternidad.
Con el Aviso de mi Padre, se estará terminando el tiempo de Misericordia.
Hago un llamado urgente a toda la humanidad, sin distinción de razas, credos, ni religiones, para que estén preparados para este gran acontecimiento que os transformará espiritualmente.
Faltan días ya, para que se agote en su totalidad la Misericordia de Dios en vuestro mundo; en medio del Cisma, la guerra y la crisis económica, llegará el Aviso de mi Padre.
Hijitos, el cielo está muy triste por el mal comportamiento de esta humanidad, muchos por su maldad y pecado, no van resistir el juicio que se les hará en la eternidad y van a perderse eternamente.
Estamos agotando todos los recursos, buscando la forma de que esta humanidad despierte de su letargo espiritual; pero no, cada día el pecado y la maldad se intensifican más. Muchas almas se están perdiendo y muchas más se van a perder cuando llegue el Aviso.
Sentimos gran tristeza al ver que ésta humanidad no quiere acogerse a los llamados del cielo.
Como Madre de la humanidad, os pido mis hijitos fieles, que deis a conocer los mensajes del cielo a todos vuestros hermanos y en especial a aquellos que están más apartados de Dios.
No os quedéis quietos, acordaos que todos sois misioneros por el bautismo.
Aprovechad la tecnología de este mundo y ponedla al servicio del cielo, para que a través de ella, evangelicéis a todos aquellos hijitos que no saben, ni tienen idea de la llegada del Aviso.
Es urgente que se evangelice sobre este tema, para que mis pequeños despierten, tomen conciencia y se preparen, para la llegada de este gran acontecimiento. Hijitos, muchas almas si no se evangeliza a tiempo, se van a perder por falta de conocimiento.
Os pido mis predilectos que le prestéis atención a los mensajes del cielo y le habléis al pueblo de Dios sobre ellos; la inmensa mayoría de la humanidad, necesita apartarse del mal camino y prepararse espiritualmente, para que pueda encontrar en su paso por la eternidad, la misericordia que los libre de perderse eternamente.
Hijitos preparaos, porque el Santo Espíritu de Dios muy pronto tocará a la puerta de vuestra alma, para llevaros a la eternidad.
Nuevamente os digo, haced buenas confesiones de vida, recibid lo más que podáis el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo; estad alertas y vigilantes con vuestras lámparas encendidas con la oración, para que cuando llegue mi Hijo, os encuentre despiertos, podáis abrirle la puerta y cenar con El.
Hijitos, el Tribunal Supremo os está esperando en la eternidad; poned pues vuestras cuentas en orden, para cuando lleguéis, podáis ser justificados.
Os ama vuestra Madre, María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi Corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."