¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Agosto 09 2019
Llamado de Nuestra Señora de la Peña al Pueblo de Dios.
Mensaje A Enoch.
Colocaos la Armadura Espiritual a mañana y noche
“Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi Amor y Protección Maternal, os acompañe siempre.
Pequeñitos, la maldad y el pecado siguen en aumento, la inmensa mayoría de esta humanidad ingrata, está en poder de los demonios, los espíritus del mal están ensañados con los menores y los jóvenes; muchos de mis niños, están siendo abusados y asesinados violentamente; espíritus de intolerancia, violencia, altercados, muerte, suicidio e impureza, ya vagan por este mundo haciendo perder la cabeza a muchos y ocasionando una escalada de muertes.
La tibieza espiritual, la apostasía, el alejamiento de Dios y el pecado y maldad de la inmensa mayoría, está haciendo que se abran puertas espirituales, por donde están entrando demonios a este mundo. Muchos hijos de la oscuridad, ya andan pregonando y anunciando la aparición del falso dios, que como bien sabéis vosotros, es el hijo de la perdición, el demonio encarnado.
Hijitos, no entréis en altercados ni en discusiones estériles con los hijos de la oscuridad, cuando estos estén haciendo el signo de los cachos con sus manos o, estén haciendo rezos o conjuros, o anunciando la llegada de su falso dios. Cuando esto se os presente, lo que debéis de hacer es sellaros, sellarlos y sellar el lugar donde os encontréis, con la Sangre de mi Hijo. Ningún demonio por fuerte que sea, podrá haceros daño si estáis protegidos con la Sangre del Cordero de Dios.
Nuevamente os recuerdo mis pequeños: Colocaos la Armadura Espiritual a mañana y noche y hacedla extensiva a vuestros hijos y familiares, para que también a ellos les alcance la protección del Cielo. No salgáis a la calle sin vuestra Armadura espiritual puesta, porque las fuerzas del mal ya vagan por vuestro mundo. Sellaos de la cabeza a los pies y sellad vuestros hijos, familiares, hogar, lugar de trabajo, personas a tratar y lugares donde vais a estar, con la Sangre de mi Hijo, para que nada ni nadie pueda haceros daño.
Acatad pues mis niños estas recomendaciones, para que podáis defenderos de los ataques del enemigo de vuestra alma. Acordaos que ya estáis en batalla espiritual para que no os relajéis con la oración; orad con mi Santo Rosario porque es el Arma Espiritual más poderosa que tenéis para derrotar a mi adversario y sus huestes del mal. Pedid mi Santa Intercesión en ésta mi advocación de vuestra Señora de la Peña. Decid así: Oh dulcísima Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de la Peña, recurro a Ti, para que por tu Santa Intercesión me concedas la gracia que te estoy pidiendo. (Nombrar la Necesidad) Protégeme Madre querida a mí, a mi familia y seres queridos, de todo ataque del maligno. Que tu Santa Intercesión nos libre de todo mal y peligro. Amén
Rezar Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Hijitos, Dad a conocer mi Advocación al mundo entero; venid a visitarme en mi Santuario y pedidme lo que necesitéis para vuestro bien y el de vuestra alma y en la medida de vuestra fe, os lo concederé.
Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Vuestra Madre, La Señora de la Peña. Bogotá Colombia.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, mis Amados Hijitos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."