
Es necesario tener algún conocimiento del tiempo venidero para mantener la fe y la tenacidad en los tiempos que lo precederán. Sí, debemos permanecer...

Mantened inquebrantable vuestra fe en la certeza de Mi conducta, en Mi perfecto Conocimiento de todas las cosas, no os alarméis por nada. Yo estoy con...

Cuando un hombre muere, es juzgado por su vida terrenal. No hay forma de evitarlo. La esencia de un juicio particular es el hecho de presentarse ante Dios, que...

La Tierra se rebelará, los hombres ya no contendrán sus desacuerdos
Salva tu Alma10 DecemberDecember 10Blog, Soeur Beghe
Amad a Dios, hablad como Él, sed mansos como Él y no os dejéis llevar por las palabras engañosas de los que ni Me aman ni Me sigue

Nunca debéis entrar en pánico. Con Dios, los corazones están en paz, las almas están a salvo y los cuerpos deben comportarse como sus corazones y almas. Un...

Mi Santa Iglesia está viviendo su última hora porque desaparecerá de la faz de la tierra durante algún tiempo. Todavía parece estar viva, pero sus más...

Hijos Míos, lo que está sucediendo en la tierra en este momento es obra del diablo, pero Dios protegerá a los suyos. Estad seguros de esto

No caigan en sus trampas. Vuestra tarea es orar por la paz
Salva tu Alma28 NovemberNovember 28Blog, Soeur Beghe
Miren hacia dónde va el mundo, precipitándose en situaciones inextricables, siguiendo los pasos de Lucifer, buscando la confrontación, la mentira, el odio y...

Así como Mi Pasión y Muerte en la Cruz tuvieron lugar en el dolor y la humillación, así la tierra, la Santa Iglesia y la humanidad renacerán después de...

Qué locura ver la apostasía de las naciones, la blasfemia especialmente dirigida hacia las cosas santas, el rechazo de todo lo que merece respeto, la...

Mi Palabra es verdadera. Es verdad en los Evangelios escritos por Mis cuatro Evangelistas, es verdad en el Apocalipsis, no tengáis miedo sino perseverad en la...

El mundo está a punto de romperse. Oren, hagan penitencia
Salva tu Alma7 NovemberNovember 7Blog, Soeur Beghe
Oren, hijos Míos, oren con todo el corazón, con toda el alma, porque los hombres ya no se guían por Dios, sino por la ambición y la codicia, y son juguetes...




“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."