
Podéis confiármelo todo, vuestras penas, vuestros sufrimientos, vuestras incertidumbres, todo, sí, absolutamente todo, como Santa Teresa del Niño Jesús Me...

No seáis como el diablo, porque mientras le dejéis controlar el juego, amplificará todo lo negativo: destruirá naciones, robará sus bienes, cristalizará...

Voces que os advierten de la pendiente resbaladiza en la que se precipita la humanidad; ¡son voces de autoridad, aunque tan poco numerosas! Escuchadlas, Yo...

Así que no es en la tierra donde debéis buscar la comodidad, los placeres superficiales, las riquezas mundanas, los tesoros inútiles, sino que debéis, como...

Rezáis y relajáis en Mi Amor, pues sabéis que Yo soy el Dueño de todo. El demonio es siempre Mi enemigo implacable y se cree, como todos los soberbios,...

¿Por qué sois tan débiles, tan indecisos, tan inestables? Habéis recibido la enseñanza de Mi Santa Iglesia durante dos mil años, habéis recibido el...

Rezad a los Ángeles, hijos Míos, rezadles, son los intermediarios entre Dios y los hombres, entre Dios y Su Creación, son los más poderosos vencedores de...

Sed buenos, no seáis como los que os gobiernan
Salva tu Alma5 SeptemberSeptember 5Blog, Soeur Beghe
El mundo se deja llevar por el materialismo. Los hombres que no sirven a Dios son sus guías y Satanás los dirige... no os dejéis engañar. Vuestros...

Abominación de la procreación médicamente asistida: cuerpo sin…
Salva tu Alma4 SeptemberSeptember 4Blog, Soeur Beghe
Pregunta: "El médico que fecunda un óvulo en el laboratorio, ¿está dentro o fuera de los límites infranqueables del hombre sobre su organismo y sus...

La naturaleza fue creada por Dios para ser un soporte medioambiental para el hombre, que ciertamente puede destruirla, pero lo que está mal es querer más de...

Papa Pablo VI, ya que promulgó otra liturgia y dijo que sustituía a la Santa Misa de todos los tiempos, no rellenó los formularios legales para derogar la...

¿Cuándo entonces, hijos Míos, os decidiréis a tomaros en vuestras manos, a rechazar al demonio sus tentaciones, a preferir el amor de Jesucristo, Dios y...




“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."