
Habrá grandes disturbios, grandes sufrimientos. Los elementos también se desatarán, porque los hombres, en su mayoría y en su gran mayoría, han abandonado...

Ya no es tiempo de dormir, sino de velar y velar aún más, de orar y orar aún más, y de entrar en la contemplación de Mi Corazón, que les dará socorro y...

Vengo con una vara de fuego para quemar la cizaña y expulsar todo lo que no viene de Mí. Prepárense para sufrir, la Tierra que Me llama vomitará en sus...

Cuando oigan de revueltas y vientos violentos, cuando vean agitarse a los animales, cuando los hombres se vuelvan cada vez más distantes, sabrán que ha...

Ustedes que me escuchan, estén atentos, porque se acerca la hora de la gran Tribulación, y se acerca rápidamente. Prepárense y estén serenos. En vuestras...

No crean que son perfectos, no lo son. No crean que son justos, no lo son. Se lo he dicho... Llega el tiempo de la Justicia, padecerán lo que han hecho...

La hora del arrepentimiento se acerca rápidamente, y ¡ay de los que no estén preparados! ¡Ay de los que se han mofado y burlado, ay de los que han abusado...

Yo vengo a purificar este mundo y a quitar de él la cizaña que lo cubre, y ni una sola brizna de hierba, ni uno solo de Mis hijos se escapará. Todos os...

Vengo a buscar a los Míos y a separar las ovejas del rebaño, para que entren en Mi Casa y no sean dispersadas por los infieles. Vengo a devolver la vida a...

He venido a guiar a los pobres, a elevar las almas, a enriquecer a los desdichados que, a la Palabra de Mi Corazón, se elevan al Cielo de Mi Padre. He venido...

Hijos Míos, el mundo no os traerá paz, el mundo no os traerá alegría, sino que el mundo os traicionará y os denunciará. Como Yo fui rechazado, vosotros...

Lloro porque Mis hijos son sordos y no escuchan la voz de Mi Hijo, que les advierte de las tribulaciones que se avecinan. Estos hijos están corrompidos por su...




“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."