¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(AMGN25) – Extractos de Revelaciones del Cielo a Robert Brasseur, Canadá.
1. La oración y los Sacramentos son los mejores remedios para el Gran Combate
2. El sufrimiento se intensificará, hasta tal punto que muchos ya no podrán soportarlo
3. Muy pocos de Mis hijos son conscientes de los acontecimientos que ahora se desarrollan

§1
1. La oración y los Sacramentos son los mejores remedios para el Gran Combate
Dios Padre: «Queridos hijos, Yo Soy Quien os ha creado: vuestro Papá, lleno de compasión por todos Sus hijos.
Muchos de Mis pequeños sufren las consecuencias de sus actos, pues el pecado sigue siendo el factor dominante de su sufrimiento. ¡Ha llegado el momento en que repito Mi petición a cada uno de Mis hijos para que se conviertan!
¡Muchos no se dan cuenta de las consecuencias que el pecado trae a su vida cotidiana!

El mal es un flagelo que destruye el alma, y es así como los seres humanos sufren las secuelas del pecado y eso les trae enfermedades y traumas.
No olvidéis, hijos Míos, que estáis en una batalla y que vuestro adversario Satanás intenta destruir vuestra SALUD y sobre todo vuestra LIBERTAD. La oración y los Sacramentos son los mejores remedios que tenéis.
Hoy vengo a pediros de nuevo que recéis más que nunca, para que recibáis las gracias necesarias para el Gran Combate.
No olvidéis que estoy siempre presente para responder a vuestras llamadas. Soy un Padre compasivo y lleno de Amor. Seré siempre muy generoso para que redescubráis en cada uno de vosotros este Fuego que os regenera y os cura de vuestras heridas, tanto morales como físicas.
Hijos Míos, ¡sabed que un buen Padre nunca abandona a sus hijos! Al contrario, los colma de todo Su Amor y Protección.
No olvidéis nunca que el pecado os atrapa en su prisión y coarta vuestra libertad, mientras que la gracia os libera de este mal que os seduce. El pecado es como las arenas movedizas, os absorbe, y sin la gracia os quedáis atascados hasta que el alma no encuentra ninguna fuente de esperanza.

Queridos hijos, sed como el hijo pródigo: volved a Mí y Yo os colmaré de todo Mi Amor para que podáis redescubrir la alegría en esta vida para la que os he creado».
§2
2. El sufrimiento se intensificará, hasta tal punto que muchos ya no podrán soportarlo
«Hoy quiero que TODOS MIS HIJOS regresen a Mi Divina Voluntad, para que Mi Amor los llene en lo más profundo de sus seres. El sufrimiento se intensificará hasta tal punto que muchos ya no podrán soportarlo.
Es por eso que todos Mis hijos deben convertirse y reencontrar el Verdadero Camino para el cual Yo los creé: el del Amor. Nada detendrá la caída del odio si Mis hijos no se convierten. La peregrinación en esta tierra dura sólo unos instantes comparada con la Eternidad.
La oración os trae la Luz y el Amor.
En cambio, sin oración, vuestro cuerpo y vuestra alma perecen poco a poco y se hunden más en las profundidades del pecado y, sobre todo, del odio. Así es como el hombre cava su propia tumba y se convierte en una ruina humana.

Queridos hijos, vosotros que Me sois tan queridos, tomad un momento para meditar sobre vuestra vida. Examinadla, como si Yo viniera a buscaros en este mismo momento. No olvidéis nunca que todo lo que viene de ella depende de Mí, vuestro Padre. Por eso debéis permanecer unidos a Mi Divinidad, para que, cuando llegue vuestra hora, podáis atravesar en paz este Gran Paso en el Fuego de Mi Amor».
§3
3. Muy pocos de Mis hijos son conscientes de los acontecimientos que ahora se desarrollan
«Queridos hijos, vosotros que Me sois tan queridos, no os turbéis en este tiempo de la Gran Prueba, sino sed confiados y perseverantes en la fe. No despreciéis a vuestros seres queridos, sino rezad por ellos, para que persistan en encontrar el verdadero Amor: el de Mi Divinidad.
A partir de ahora, nada será igual, pues muchos perderán lo que tienen. Todo cambiará. Y la única protección que quedará estará en Mi Divinidad. Sólo aquellos que encuentren refugio en la oración tendrán la fuerza y el coraje para atravesar esta Gran Tribulación.
Tendréis que permanecer unidos al Cielo PERMANENTEMENTE para recibir todas las gracias que os serán indispensables en este tiempo de tribulación.
Mirad a vuestro alrededor y veréis que muchos perderán sus hogares.

Muy pocos de Mis hijos son conscientes de los acontecimientos que se están preparando en este momento. La Elite globalista está preparando un plan diabólico para reducir el mayor número de Mis hijos, para que la robótica pueda apoderarse de todo.

Así, muchos se encontrarán esclavos de la robotización.

Hijos Míos, rezad mucho para que podáis recibir las gracias y la protección que necesitaréis para atravesar este corto período de tiempo. Rezad para que Yo intervenga lo más rápidamente posible.
Sólo Mi Poder puede ahuyentar este mal y purificar esta tierra de todos estos planes diabólicos.
Vuestro Padre de Amor».
Fuente Robert Brasseur








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."