¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Mensajes de la Reina del Rosario a Gisella
§1: Ese manto de púrpura…
§2: Rezar poderosamente por la Paz
§3: El mal ya no se esconde

§1
(14 septiembre 2024)
“Hijos Míos, gracias por escuchar Mi llamada en vuestros corazones y por doblar vuestras rodillas en oración.
Hijos Míos, amados Míos, el camino de la santidad es el que debéis recorrer.
Hijos Míos, ese manto de púrpura, que fue puesto sobre Jesús, ahora vosotros también lo tenéis sobre vosotros…

El manto del sufrimiento, que será extendido a todos aquellos que creen en Dios y sobre todo luchan por la Verdad de la Fe.
Pero también vosotros, como Jesús, estaréis en la gloria en Su presencia. Allí se os dará un lugar de honor. Amados hijos, sabed que la Única Religión Verdadera es la Cristiana, Católica, Apostólica, Romana. No hay otra igual, por lo que ha dejado Jesús, el amado Hijo de Dios hecho Hombre por vosotros.
Es Él quien ha vencido a la muerte.
Sólo Él os ha salvado del pecado.
¡No busquéis ídolos…! Y no estéis en la confusión que reina en este momento.
Hijos Míos, ¡todo se cumplirá! Pronto debéis estar preparados y fuertes. Os pido, como Madre, que aumentéis vuestras oraciones.
Continuad estableciendo círculos de oración para que la Ira de Dios sea mitigada.
Hijos Míos, os amo y llevaré vuestras oraciones a Mi Jesús.
Os bendigo, que la paz habite en vuestros corazones.”
§2

(16 de septiembre de 2024)
“Queridos hijos, os invito, a partir de hoy, a rezar poderosamente por la Paz.
Os invito a una filial entrega a la Esperanza.
Os invito a orar por la Iglesia de Cristo.
Recordad, hijos Míos, que Mi Corazón Inmaculado es vuestro refugio seguro, donde seréis consolados, amados y protegidos.
Hijos Míos, ¡venid a Mí! Dadme vuestras manos y Yo os llevaré a Jesús. Pronto Dios purificará este mundo con el Gran Castigo misericordioso.
Ahora os dejo con Mi bendición, en el Nombre (+) del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
§3

(17 septiembre 2024)
Jesús: «Hijos y hermanos Míos, mirar a vosotros a Mis pies en la oración y en la fe del corazón, consuela Mi Corazón asolado por el pecado.
Mis hermanos y hermanas, ahora las máscaras, como fue predicho, han caído.
El mal ya no tiene secretos. Ya no se esconde.
Este mundo de pecado terminará pronto.
La Era de la verdadera Paz llegará.

Vosotros, Mis amados, seréis protegidos, pero tened Fe.
Hermanos, es inútil buscar lugares para protegeros. ¿No sabéis que el lugar más seguro no es el mundo, sino Mi Purísimo Corazón y el de Mi Amada Madre?
No habrá lugar más seguro donde estéis protegidos.
Escuchad en silencio Mi voz. Yo os hablaré y cada uno de vosotros sabrá lo que debe hacer, porque Yo mismo os guiaré por el buen camino.
Adoradme, buscadme en la Eucaristía.

Nunca os dejaré solos.
Estaré con vosotros en la oración y os bendeciré uno a uno.
¡En el Nombre (+) del Padre, de Mi Santísimo Nombre y del Espíritu Santo!
Vuestro querido Jesús.”
Fuente: La Regina del Rosario








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."