¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Advertencias del Infierno a la Iglesia Católica Contemporánea
Capitulo 3
Extractos del libro: “Advertencias del mas allá a la Iglesia Católica Contemporánea” (Original: “Avertissements de l’Au’delà à l’Église Contemporaine – Aveux de l’Enfer”)
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Regalo extraordinario de la Santísima Virgen María a la Iglesia Católica. Texto literal de las revelaciones hechas por los demonios Belcebú, Akabor, Allida y Veroba, el demonio humano Judas Iscariote y el sacerdote condenado Verdi-Garandieu, durante una serie de exorcismos de 1975 a 1978.

El libro “Advertencias del mas allá” (“Avertissements de l’Au’delà à l’Église Contemporaine – Aveux de l’Enfer”) de Bonaventur Meyer, expone esencialmente los comentarios y gestos realizados por una mujer poseída en Suiza durante 1975-1978. Hablando a través de la mujer poseída, los demonios fueron obligados a decir la verdad por Nuestra Señora bajo el Solemne Exorcismo Eclesiástico.
«Un libro para pensar, un libro para leer, un libro inolvidable. El infierno escupe la verdad. Es un milagro de Dios.»
El demonio Belcebú explica la Dotrina Católica. Para Avanzados

El nombre “Belcebú” (en hebreo “Baal-zebub”) significa “Señor (o dios) de los voladores (o moscas)”.
Contenidos – Capitulo 3
Prefacio
§1 ~ La Santísima Virgen manda
§2 ~ El terror de la culpa de los pecados de los hombres
§3 ~ María, Madre de la Iglesia
§4 ~ ¿Han mentido los demonios?
§5 ~ Las Indulgencias
§6 ~ Contrariedades
§7 ~ Sed duros como el granito
§8 ~ Bienaventurados los que no ven y sin embargo creen
§9 ~ Juan XXIII y el Concilio
§10 ~ El Concilio después de Juan XXIII
§11 ~ El Concilio y Papa Pablo VI
§12 ~ El testimonio de los Ángeles
§13 ~ Las almas del Purgatorio 15
§14 ~ Las Indulgencias para las almas del Purgatorio 15
§15 ~ Los Sacramentos
§16 ~ Ceremonias penitenciales
§17 ~ El Sacramento de la Confesión
§18 ~ No debe de haber Primera Comunión sin Confesión
§19 ~ El Ayuno Eucarístico
§20 ~ La Comunión en la mano en la Iglesia Primitiva
§21 ~ Los Sacerdotes y la Comunión en la mano
§22 ~ Prudencia en el juicio
§23 ~ Tradicionalistas
§24 ~ El Sacramento del Bautismo y la Responsabilidad del Padrino y Madrina
§25 ~ Integridad del Rito en la administración de los Sacramentos
§26 ~ El Sacramento de la extremaunción
§27 ~ Administración del Sacramento de la Confirmación
§27.1 ~ La Oración del Espíritu Santo debe preceder y acompañar la acción del Sacramento de la Confirmación
§28 ~ El Sacramento del Matrimonio
§29 ~ Los deberes de la mujer vistos por la Santísima Virgen
§29.1 ~ Los deberes de la mujer: Carrera Profesional vs Familia
§29.2 ~ Los deberes de la mujer: Vida vs muerte
§29.3 ~ Los deberes de la mujer: Verdadera forma de vida
§30 ~ Celibato y Sacerdocio auténtico
§31 ~ Los Ángeles de la Guarda
§32 ~ Imágenes piadosas
§33 ~ El Sacramento de la Ordenación
§33.1 ~ El Nuevo Rito para conferir este Sacramento
§33.2 ~ La marca indeleble del Sacramento del Orden
§34 ~ La Misión del Sacerdote
§35 ~ Pérdida de gracias debida a la falta de respeto en la Misa
§36 ~ El Sacerdote como el Buen Pastor
§37 ~ El Santo Cura de Ars
§38 ~ El ejemplo del Cura de Ars y de otros
§39 ~ Verdadero Sacerdocio
§40 ~ Verdadero Sacerdocio: Valor
§41 ~ Verdadero Sacerdocio: Cumplir con la Voluntad de Dios
§42 ~ La gran responsabilidad del cargo Pastoral
§43 ~ El ejemplo del Sacerdote es decisivo
§44 ~ El Día de la Justa Cólera de Dios
§45 ~ Advertencia final del Infierno
El hombre puede dominar a un animal, pero Satanás puede dominar a una persona alejada de Dios y hacerla dócil a su voluntad… No te conviertas en instrumento cómplice de tu propia perdición… conoce a tu enemigo… y sus engaños… defiéndete… ¡Salva tu alma!
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Otros capitulos…









“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."