¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
22 de diciembre del 2023 – Mensaje de la Santísima Virgen María a Luz de María
“Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:
- Son momentos en los que las dificultades se acentúan y Mis Hijos aprenden a ser más fuertes.
Amados hijos: vengo ante ustedes con Mi Divino Hijo para que nazca… Lo traigo ante cada uno de ustedes para que renazca en cada criatura humana el deseo ardiente de ser más de Mi Hijo que de lo mundano. Traigo ante cada una de las criaturas humanas a Mi Niño para que lo reciban y les ablande el corazón.
- ¡Este 24 de diciembre es especial! He pedido a Dios Padre que cada hogar sea un pesebre en el que Mi Divino Hijo nazca en el corazón de todos, dándoles el bien como escudo contra el mal, dándoles la armonía y la comprensión, la sabiduría y la fe como protección ante el mal.
Ablanden el corazón y miren a los Ojos de este Niño para que les inunde de Su Paz y Su Amor.
En el Cielo San Miguel Arcángel, Sus Legiones y los Coros Celestiales cantan:
‘Gloria in altissimis Deo, et in terra pax hominibus bonae voluntatis’. (Lc. 2,14: Gloria a Dios en el Cielo y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad).
Propónganse silenciar la voz del pensamiento, que en ocasiones les aleja de Mi Divino Hijo y en el silencio interior disciernan lo que conocen, lo que les he revelado en todos los tiempos, para que fundamenten esa fe que debe crecer constantemente.
Hijos amados, viven en un momento en el que el mal se propuso destruir las familias (1) e injertar en la criatura humana el deseo de llevar a cabo las insinuaciones del demonio para adelantar la llegada del anticristo, llevando a la humanidad a luchar “pueblo contra pueblo, nación contra nación”. (Mt. 24,7)
Es un momento, hijos de Mi Divino Hijo, un momento para que una sola chispa brote y la guerra se expanda a toda la Tierra.
Tengan presente que la guerra trae consigo la desolación, la pérdida de vidas humanas y el más fatídico escenario que las criaturas humanas puedan imaginar.
- Les llamo a ser parte del amor, de la paz, a ser parte de quienes oran con el corazón el Santo Rosario, a ser parte de la reparación constante, de acompañar a Mi Divino Hijo en el Sagrario, a ser parte del asistir a la Celebración Eucarística y recibir a Mi Divino Hijo dignamente preparados.
- Les llamo a ser parte del bien, de la caridad, de la bondad y de la humildad, característica de los hijos de Mi Divino Hijo.
Amados hijos, el caminar sobre todas las revelaciones no les hace más conocedores de lo que va a acontecer, sino el examinar, el estudiar, el comprender cada palabra de una revelación. Sí… les da conocimiento, sí… les da discernimiento y los lleva a comprender lo que, mediante la revelación por Voluntad Divina, se les adelanta.
La humanidad se estremece ante la noticia del fallecimiento de una criatura conocida internacionalmente, lo que causará consternación mundial.
Miren la fuerza de la naturaleza que avanza sin clemencia sobre la humanidad.
Tengan presente hijos Míos, que cuanto sucede en este momento es parte del plan del maligno; obren y actúen sin caer en las trampas del mal.
Resistan la tentación, vivan apegados a Los Mandamientos, cumplan Los Sacramentos (2) y las Obras de Misericordia. (Mt. 25,35-36)
Amados hijos, cada momento dedíquenlo a obrar y actuar para glorificar a Mi Divino Niño.
¡Regocíjese cada criatura humana, les ha llegado un Niño, que es el Salvador! (3)
Con amor. Mamá María.”
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
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Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."