¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
7 de noviembre del 2023 – mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
“Amados de la Trinidad Sacrosanta: vengo a ustedes por Voluntad Trinitaria para protegerles y para que despierten de los pensamientos equivocados a los que se adhieren ustedes mismos.
La criatura humana se ha extraviado y se extraviará más ante los malos consejos que le han llevado a perderse en la acogida de lo que la Ley de Dios no admite (Mt. 5, 17-18; Rom. 7, 12). Adoptan conductas inadecuadas por imitación y luego se apegan a esas conductas que les llevan a ser parte del cotidiano vivir y les hacen caer en lo bajo del pecado.
Viven inadecuadamente relegando la fe a un último lugar y la fe es un acto consciente, el que deben vigilar constantemente.
Oren por toda la humanidad, este acto de amor es la fraternidad hacia el prójimo para que todos se puedan salvar.
Activen la conciencia adormecida por lo mundano, que moviéndose entre dos caminos viven entre lo mundano y la lucha en contra de todo lo que no es Mandato Divino. En una continua batalla para no caer, para mantenerse del lado de Nuestro amado Rey y Señor Jesucristo: ¡Despierten la conciencia para que no vivan en lo mundano únicamente en lo personal, sino para que vivan en ese anhelo de la salvación propia y del hermano!
Saben que la conciencia la deben enfrentar a las obras y actos debidos e indebidos que han llevado a cabo en la vida, haciendo un acto de humildad ante Dios, Uno y Trino. Deben ser criaturas de conciencia, de verdad, de fraternidad…
¡Cuántos hermanos les dirán que todo lo anterior no vale la pena, que son creencias muy mundanas, que no es cierto y que nada llegará a suceder! Ustedes mantengan la calma, la fraternidad con los que ignoran las Revelaciones y oren por esas criaturas, ya que no están obligadas a creer en ellas, pero no creen tampoco en la Palabra de la Sagrada Escritura.
Miran las señales que se dan en el Cielo, miran cómo el agua desea lavar el pecado de la Tierra y se abalanza fuertemente contra las ciudades y poblados para que la humanidad mire más lo que no es algo normal, sino alertas del Cielo para Sus hijos y ni así creen.
Es la ignorancia, es la conciencia saturada por lo mundano, es el Demonio el que les llena de pereza, no solo la conciencia, sino que les va injertando un corazón de piedra.
- Verán en lo alto fenómenos que piensan que nunca llegarían a ver. Fuego caerá del Cielo en grandes proporciones y el viento será implacable.
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, el momento es crucial:
- La criatura humana se está adelantando a los planes divinos, atacándose unos y otros hasta llegar a lograr el propósito del mal, delegado a las familias de poder económico mundial (1), con intereses de dominar el mundo para aniquilar la mayor parte de la humanidad.
Este es el momento esperado, no otro, este es el momento en que crece el mal tomado cuanto se encuentra a su paso, tomando las mentes débiles e induciéndolas a formar parte de las obras y actos vergonzosos.
- Los asaltos aumentarán, las muertes serán cosa de cada momento por un pedazo de pan.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren con el corazón y la conciencia de que cada oración efectuada de esta forma es derramada en bendiciones sobre toda la humanidad.
¡Tanta criatura humana viviendo en la ignorancia de lo que es ser un verdadero hijo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo!
¡Cuántos creen que asistiendo a la Celebración Eucarística (2) y orando han cumplido, y en su lugar, asisten a la Celebración Eucarística en estado de gran pecado con ropajes nauseabundos al no confesar sus pecados ni meditar la oración, sino es algo mecánico por cumplir!
- Hijos, serán tomados por sorpresa, el mal no dará signos hasta que aparezca vengándose de los hijos de Dios.
Oren, oren por Chile, padece por el estremecer de la tierra.
Oren, oren por Canadá deben arrepentirse.
Oren, oren por Japón, se estremece fuertemente, sean previsores hijos.
- La guerra se extiende y el terrorismo estremece a la humanidad. Mis Legiones les protegen cual piedras preciosas.
San Miguel Arcángel.”
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
- 16.02.2010 – Nuestro Señor Jesucristo: “Son Mi Tesoro. Les llamo a tomar conciencia del instante en que se mueve la humanidad; les llamo a entregarse confiados a Mi protección, les llamo a mantenerse despiertos. Les he confiado cuanto va a acontecer para que no se desconcierten cuando llegue la hora; les alerto para que cambien, porque pronto se mirarán cara a cara con su yo interior, y en ese momento SÍ que se arrepentirán de haber despreciado los consejos de Mi Madre. Hoy les miro sedientos y les doy Mi Sangre; les miro hambrientos y les doy Mi Cuerpo; les miro agobiados y he tomado sobre Mi Cruz sus pesares. Aquí estoy esperándoles; aquí estoy cual Mendigo de Amor que toca la puerta de la conciencia de Sus hijos para que se reconozcan pecadores y se arrepientan.
- 03.2009 – Nuestro Señor Jesucristo: “Hoy hay temor por todo lo que está aconteciendo, pero tienen temor humano y Yo deseo otro temor, el temor a perder Nuestra fusión. No un temor al castigo, ni a lo que viene ni a los tres días de oscuridad, porque si el corazón está en paz, el alma está en paz, y no verán oscuridad; verán y darán la luz de Mi Amor. No tengan temor por lo que les digan porque en Mis fieles no va a haber desesperación, no va a haber mortificación; va a haber luz, va a haber paz y va a haber amor. Sí tienen que tener conciencia de que es necesario apartarse del pecado y tienen que vivir en estado de gracia.”
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."