¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Julio 15 2021 – Llamado de María Santificadora al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoch.
Os pido que os consagréis o renovéis la consagración a mi Inmaculado Corazón lo más pronto posible
“Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi Amor y Protección Maternal, os acompañe siempre.
Pequeñitos míos, yo, vuestra Madre, en compañía de vuestros Ángeles de la Guarda, Arcángeles, Ángeles del Cielo, y Almas Bienaventuradas, nos encontramos ya en vuestro mundo para asistiros en la gran batalla espiritual, que está por comenzar. Muchas manifestaciones del cielo vais a presenciar mis pequeños, especialmente cuando estéis en oración, ayuno y penitencia, o vengáis en recogimiento y oración, a alguno de los santuarios. Sabed pues mis niños que no vais a estar solos; mi Padre me ha otorgado la gracia de acompañaros junto con los Ángeles y Almas Bienaventuradas, para que os sintáis seguros y tranquilos en vuestro paso por el desierto de la purificación.
Llamadme hijitos míos, cuando os sintáis atacados y atribulados en vuestra mente, decid:
‘Oh María Santificadora, bendíceme y Santifícame y libra mi ser de todo ataque del enemigo de mi alma.’
Hijitos fieles, os pido que os consagréis o renovéis la consagración a mi Inmaculado Corazón lo más pronto posible, para que estéis bien fortalecidos espiritualmente y así, podáis resistir las batallas espirituales que se aproximan. La consagración a mi Corazón Inmaculado, es un escudo protector que no permitirá que seáis tocados por mi adversario; los demonios huyen cuando un hijito mío consagrado a mi Corazón los enfrenta, porque el poder de la consagración es terror para los demonios. Mis consagrados hacen parte de mi Ejército Mariano; son escudos espirituales que protegerán a sus familias en los días de la gran batalla espiritual. Ninguno de mis hijitos que esté consagrado a mi Corazón Inmaculado, el demonio podrá tocar o hacerle daño; porque ellos y sus familias, son propiedad mía.
La oración de mis consagrados, especialmente el rezo del Santo Rosario, es azote y tormento para los demonios; ningún alma consagrada a mi Corazón Inmaculado, se perderá. Yo, vuestra Madre, cuido de todos mis hijitos, pero mis hijos consagrados los llevo grabados en mi Corazón. Mis niños, el rezo de mi Santo Rosario tiene más poder, si estáis consagrados a mi Corazón Inmaculado. Yo, vuestra Madre, cuido y protejo a todos mis hijitos devotos de mi Santo Rosario, pero mis consagrados a mi Corazón Inmaculado, su corazón está más íntimamente unido al mío. Nuevamente os digo mis pequeños, consagraos o renovad vuestras consagraciones a mi Inmaculado Corazón, para que os unáis a mi gran Ejército Mariano y juntos, en compañía de los Ángeles y Almas Bienaventuradas, derrotemos de la faz de la tierra al maligno y sus huestes del mal.
Mis niños, os pido también que retoméis el rezo de mi “Ángelus” a las 6 am, 12 am, 6 pm y si despertáis en la madrugada para rezar el Rosario de la Misericordia de mí Hijo. El rezo del Ángelus es poderosa arma espiritual que ahuyenta al maligno y sus demonios; si supierais de las gracias que recibís con el rezo del Ángelus, lo tendríais en cuenta en todas vuestras oraciones. Empezad pues mis niños a rezar mi Ángelus, para que la paz y protección de vuestra Madre estén siempre con vosotros.
Quedad en la Paz de mi Señor, mis Amados Niños.”
Vuestra Madre, María Santificadora.
Dad hijitos, a conocer los mensajes de salvación a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."