¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
María Santificadora: “Os regalo mis hijitos fieles esta oración por los bebés no nacidos y abortados, para que los bauticéis y entreguéis en mis brazos para llevarlos junto los Ángeles a la presencia del Padre Celestial.”
Oh, Padre de Infinita Bondad y Misericordia, por la intercesión de la Santísima Virgen María, vuestra Hija y Madre nuestra; te entregamos las almitas de todos los bebés no nacidos y abortados en este mundo. Te pedimos muy especialmente perdón por aquellos padres y madres que obraron tan injustamente al consentir y abortar tus criaturas. Bendecimos a todos los bebés no nacidos y abortados; los bautizamos en el bautizo del deseo con derecho al Cielo. Los niños no nacidos y los abortados, los bautizamos Padre Amado, con el Nombre de tu Hijo Jesús, y las niñas con el Nombre de María. En el Nombre del + Padre, en el Nombre del + Hijo y del + Espíritu Santo Amén. Acoge oh Padre las almas de estas criaturas y llévalas a la Gloria Eterna; te lo pedimos en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén
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Abril 24 de 2021 – Llamado de María Santificadora al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoch.
Millones de bebés son abortados en este mundo y su sangre clama al Cielo justicia
“Pequeñitos, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi protección Maternal, os acompañe siempre.
Mis niños, siento gran tristeza al ver como las Casas de mi Padre en muchas naciones están siendo convertidas en museos, restaurantes, bares, discotecas y demás actividades mundanas; desacralizando con esto las Casas de Dios, que son lugares santos. ¡Oh, mercaderes impíos, la Justa Ira de Dios se descargará sobre vosotros y sobre vuestra descendencia; así como el rey Baltasar que desacralizó los utensilios sagrados, así, también vosotros como él, seréis pesados, contados y medidos; la sentencia que recibiréis será la muerte eterna! (Daniel 5. 25, 28) ¿Creéis que podéis burlaros y mundanizar las Casas de mi Padre, sin recibir castigo? ¡Oh, qué equivocados que estáis! ¡Os habéis hecho Anatema vosotros y vuestra descendencia, por este abominable pecado! Seréis borrados del Libro de la Vida y la muerte eterna será vuestra paga.
¡Hijos ingratos, con Dios no se juega; las Casas de mi Padre son Casas de oración y recogimiento; y vosotros las habéis convertido en cueva de ladrones y moradas de demonios! ¡Qué tristeza siente el Cielo mis hijitos, al ver esta humanidad de estos últimos tiempos tan blasfema, ingrata y pecadora! ¡Fuego del cielo muy pronto caerá sobre la tierra y todas las naciones impías recibirán su castigo!
Mis niños, millones de bebés son abortados en este mundo y su sangre clama al Cielo justicia. El Cielo llora conmigo al ver la masacre de estos inocentes. ¡Madres desalmadas, potrillas desbocadas, que asesináis en vuestros vientres la esperanza y hacéis de ellos, sepulcros vivientes! si no os arrepentís de corazón, confesáis y reparáis por este pecado, antes del Aviso, os aseguro que corréis el riesgo de perderos en la eternidad. Nuevamente os digo madres desalmadas: hay vida en el mismo instante en que el óvulo de la mujer es fecundado; toda interrupción que se haga a partir de ahí, es asesinato. El pecado del aborto es uno de los pecados mortales que la Justicia Divina castiga más severamente. Este pecado para ser perdonado necesita de un arrepentimiento sincero, debe ser confesado ante un Obispo o Sacerdote autorizado y debe de ser reparado; sin reparación no queda totalmente perdonado.
Hijitos, los bebés no nacidos y los abortados, no bautizados van a un lugar en la eternidad llamado Limbo; necesito hijitos fieles que me ayudéis a sacar de este lugar a estos inocentes. Haced oración, ayuno y penitencia por ellos, entregadlos al Padre Celestial, muy especialmente en el momento de la elevación en la Santa Misa; y Yo, vuestra Madre, en compañía de los Ángeles, bajaré por ellos a este lugar y los llevaré a la Gloria Eterna. El Santo Rosario de la Misericordia de mí Hijo, mi Rosario de los Misterios Luminosos y todas las obras de caridad que ofrezcáis al Padre por estos inocentes, sirven para llevarlos al Cielo. Todos los bebés no nacidos y los abortados deben de ser bautizados en el bautismo del deseo con derecho al Cielo. […]
Quedad pues mis hijitos en la Paz de mi Señor.
Vuestra Madre, María Santificadora.
Dad hijitos a conocer mis mensajes, a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."