¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Enero 17 De 2021 – Llamado de María Santificadora al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoch.
Días de escasez y hambruna. Fuego del cielo y de las entrañas de la tierra
“Amadísimos hijitos, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi Amor y Protección Maternal, os acompañe siempre
Hijitos, los días y meses de este año que está comenzando van a ser más cortos; id preparándoos a vuestro paso por el desierto, porque estos días ya están llegando. La humanidad muy pronto entrará en conmoción por la llegada de acontecimientos que cambiarán el rumbo de sus vidas; fuego del cielo en cantidad está por entrar en el espacio de vuestro mundo, y fuego de las entrañas de la tierra está por desatarse por el despertar de los volcanes. La vida y cotidianidad de la humanidad, está por cambiar y esto llevará a que una inmensa mayoría pierda la cabeza; el pánico y el temor se apoderará de muchos, sólo los que tengan su fe y confianza en Dios, podrán superar las pruebas.
Los días aciagos que os hablé en mensajes anteriores, están llegando; conservad la calma y a todo instante alabad la Gloria de Dios, para que las pruebas de purificación os sean más llevaderas. Leed los mensajes del Cielo y ponedlos en práctica, porque será a través de ellos, que os estaremos instruyendo en este final de los tiempos. Es tiempo ya hijitos, en que debéis de ir guardando víveres no perecederos y mucha agua, porque los días de escasez y hambruna, se están aproximando. Mirad que os anuncio con anticipación para que la prueba de la hambruna no os coja por sorpresa y toque a vuestra puerta. Aprovechad ahora que el dinero todavía tiene valor para que os proveáis de alimentos y víveres, porque muy pronto el dios dinero va a rodar por el suelo y ya no servirá para cubrir vuestras necesidades. Este dios con la caída de la economía va a perder su valor y se convertirá en basura que ya nadie recogerá.
Propagad hijitos el Rosario de Provisión, que el Cielo os envió a través de nuestro profeta Enoch, para que en los días de escasez y hambruna, no os haga falta el Maná de cada día que mi Padre os enviará. El Rosario de Provisión debéis de hacerlo después del rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia, para que podáis recibir la bendición del Cielo. Este Rosario hijitos, debe de resarce en todos los hogares del Pueblo de Dios, porque con su rezo mi Padre mañana en los días de hambruna, os hará llegar la provisión de cada día. El Cielo hijitos, os ha enviado a través de Enoch, tres pilares fundamentales para vuestra salvación y paso por el desierto de la purificación. Estos tres pilares son: La Armadura Espiritual completa, el Rosario de Provisión y la Coraza de la Sangre del Redentor; fortaleza espiritual ésta, que os mantendrá firmes en la fe y protegidos en los días de la gran tribulación que se aproximan.
Mis niños, el Cisma en la Iglesia de mi Hijo se aproxima; orad conmigo con mi Santo Rosario, para que el calvario que vivirá la Iglesia la purifique y pueda levantarse mañana fortalecida por la Gracia del Espíritu y siga siendo luz y guía del Pueblo de Dios. Preparaos pues mis hijitos, porque el tiempo de vuestra purificación está llegando; amaos y socorreos mutuamente para que la fuerza del amor y el servicio, os ayude a superar todas las pruebas. Acordaos, Yo, vuestra Madre, ya estoy en medio de vosotros en compañía de los Ángeles del Cielo y almas bienaventuradas. Orad a todo instante con mi Rosario, porque con su rezo encontraréis paz y estaréis cubiertos con mi Manto, para que nada ni nadie pueda haceros daño. No olvidéis mi promesa: hogar que ore con mi Rosario no se perderá, ni ninguno de mis hijitos fieles y su familia, conocerá la muerte eterna. ¡Os lo prometo!.
Quedad hijitos, en la Paz de mi Señor.
Vuestra Madre, María Santificadora.
Dad hijitos a conocer los mensajes de salvación, a toda la humanidad.”
(1) Rosario de Provisión (Aquí)
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."