
(AG1820) – Extractos del Mensaje del Cielo a Henri, de la Orden Romana de María Reina de Francia
§1. Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia
§2. La Bestia y los Cuatro Jinetes del Apocalipsis
§3. La apostasía avanza inexorablemente
§4. Les pido que entren en la Barca de San Pedro
(Lectura: 4 min.)
“Romano” o “romanista”= pertenecientes a Petrus II Romanus
§1
Henri: «Queridos elegidos de Dios, me dirijo a vosotros porque el Cielo os necesita; a los cardenales, a los obispos, a los sacerdotes, a los diáconos, a los religiosos, a las religiosas, a todas las comunidades del mundo, a todos los romanistas del Pequeño Resto, a todas las almas de buena voluntad; que la paz de Cristo esté con vosotros.
«Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia».
[…] ¿Se puede tratar mejor al siervo que al amo?
Muchas contradicciones han distinguido el ministerio de Cristo en la tierra, del mismo modo hay muchas contradicciones que caracterizan la misión de Petrus Romanus y también la del rey de Francia (Enrico V de la Cruz) [1].
[…] Un vínculo profundo y singular une a Petrus Romanus y al rey de Francia, porque lo son por derecho divino.
[…] Los romanistas levantarán «la piedra que los hombres han pisoteado» y lo elegirán. De hecho, no será un cónclave normal el que elija al último papa. Será elegido por aclamación popular. El rey de Francia será exaltado. Los que creen en el papado de Petrus Romanus y en el rey de Francia son, por la gracia de Dios, los romanistas.
[…] Los que se han mantenido fieles han escuchado, creído y vivido lo que se ha dicho desde el Cielo. Se dan visiones simbólicas, proféticas y escatológicas para preparar a la humanidad.
§2
La Bestia y los Cuatro Jinetes del Apocalipsis avanzan a pasos agigantados.
La Unión [del Viejo Continente] es malsana; sus leyes esclavizan a los países.
La agitación que ha sacudido a la [nación de la Torre Eiffel] y a muchos otros países: huelgas, violencia. Las manifestaciones son los precursores de una revuelta popular globalizada.
El [virus 10+9] ha sido creado por el hombre con la intención de matar en gran cantidad y es una advertencia mundial de que el Cielo permite castigar. Es una infección respiratoria y digestiva grave, contagiosa, que afecta al hombre y a los animales. El superior general de la Orden Romana de la Madre Redentora ha recibido los medios para contener esta epidemia mortal.
Así como el último papa Pedro II necesita a sus doce apóstoles y discípulos de los últimos tiempos, el rey de Francia necesita a sus doce caballeros. La espada del rey de Francia ya ha sido forjada.
Muchos otros acontecimientos están por llegar. Lo que vendrá será terrible.
Hasta que los hombres no se arrodillen, la «Mano de Dios» castigará. La situación política, social y económica seguirá deteriorándose.
Mientras los que detentan el poder sigan esclavizando a su pueblo, Dios castigará.
La sangre correrá y la túnica blanca se manchará de sangre. Sobre la [ciudad del Coliseo] ondeará la bandera [de los seguidores de la media luna a medias].
La situación de la Iglesia es inestable. La Curia Romana está dividida. La desacralización está en marcha.
§3
El rey de Francia devolverá a Francia el título de «Hija mayor de la Iglesia» porque volverá a ser la primera de las potencias católicas.
Los terremotos debidos a explosiones volcánicas de origen tectónico se intensificarán. Las vibraciones y sacudidas provocarán la ruptura repentina de la corteza terrestre y las olas que se romperán.
Cuando Tierra Santa esté en manos [de los seguidores de la luna a medias], el rey de Francia lanzará una cruzada con la ayuda de sus caballeros para luchar y liberar Tierra Santa.
La apostasía avanza inexorablemente.
La tercera [locura] mundial ya ha comenzado; comenzó en el «País del Sol Naciente».
Una enorme presa hidráulica (la presa de las Tres Gargantas en China) se derrumbará y los daños serán considerables.
En una noche azul, los terroristas atacarán con ataques sincronizados.
Se prepara un terrible genocidio, tan devastador como el holocausto.
Cuando se derrumbe la Torre de [Londinium en la tierra de Albión], […] sonará una de las trompetas apocalípticas. Este acontecimiento será decisivo.
El martirio de muchos cristianos será sangriento.
Los ataques químicos diezmarán a las poblaciones.
Un desastre nuclear traerá terror y miseria.
Llegará un invierno nuclear caracterizado por el oscurecimiento de la atmósfera y el descenso de las temperaturas, debido a la acumulación de polvo y cenizas, que será provocado por un conflicto nuclear a gran escala.
[La ciudad con la Torre Eiffel] y [la ciudad del Coliseo] desaparecerán.
Un asteroide se estrellará.
§4
El futuro de la humanidad está en manos de Petrus Romanus y del rey de Francia.
El crisma con su monograma (khi y rho) y el lema “In Hoc Signo Vinces” serán un dulce consuelo en estos tiempos de tribulación.
La virgen romana santa Petronila (una hija espiritual de San Pedro que se consagró a su servicio), venerada cerca de San Pedro de [la ciudad del Coliseo], es la patrona de los reyes de Francia, por ser «hija» de San Pedro. Así se establece el vínculo entre Petrus Romanus y el rey de Francia. La fiesta de Santa Petronila, el 31 de mayo, debería ser motivo de oraciones de agradecimiento.
Adán abrió el tiempo de la caída con el pecado original, pero Cristo, el Nuevo Adán, inauguró un tiempo de salvación (véase el capítulo 5 de la Epístola a los Romanos). Del mismo modo, Petrus Romanus y el rey de Francia abrirán el tiempo de la Jerusalén celestial; se sellará una nueva alianza.
Se lanza un llamamiento para la reunión del Pequeño Resto; la unidad debe prevalecer para obtener la victoria. El Pequeño Resto está invitado a convertirse en «romanista». El Pequeño Resto es católico, tradicionalista, fiel a los dogmas, porque también es romano. Es importante reunirse y congregarse juntos. Este llamamiento urgente se dirige a todos los videntes, místicos, almas privilegiadas, comunidades, cardenales, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, romanistas, el Pequeño Resto. La unión de los corazones promoverá una acción común.
Les pido que entren en la Barca de San Pedro.
[…] Viva Petrus Romanus y el Rey de Francia.
Que Dios los bendiga. Les aseguro mis oraciones y mi afecto.
Os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».
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