
19 de diciembre 2024 – Mensaje de Nuestro Señor Jesús a Ana María, Apóstol del Escapulario verde
Anna Marie: “Señor mío, oigo que me estás llamando.”
Jesús: “Querida Mía, soy yo, Tu Señor Dios y Salvador, Jesús de Nazaret.”
Anna Marie: “Por favor, habla Mi Santo Salvador Misericordioso, tu sierva pecadora te escucha ahora.”
Jesús: “Mi pequeña, sé que estás muy preocupada por la infiltración de un ejército invasor en tu país y en tus fronteras (el país del Águila). Esto ciertamente ocurrirá. Sin embargo, a través de oraciones extraordinarias de Mis amados Apóstoles alrededor del mundo, puede ser minimizado en duración y en violencia.
Deseo que todos Mis Apóstoles comiencen a rezar la Oración de la Paz de Mi Madre a partir del 1 de enero (2025) y que sea rezada durante todo el año.”
Oración del Ángel de la Paz (de Fátima)
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.”
(Nuestra Madre Amantísima, 19 de marzo de 1991: “Que esta oración tenga eco en todo el mundo.”)
Anna Marie: “Sí, querido Jesús. ¿Seguirá esto durante todo el año 2025?”
Jesús: “Sí, pequeña, debe recitarse antes de cada Rosario durante todo el año.”
Anna Marie: “Sí, querido Jesús.”
Jesús: “Yo amo a todos Mis amados Apóstoles. Tu Divino Salvador: Jesús, Salvador Misericordioso.”
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Las 5 oraciones de Fátima
Cinco oraciones enseñadas en Fátima por la Santísima Virgen María y el Ángel de la Paz.
El 13 de mayo de 1917, la Santísima Virgen María se apareció milagrosamente a tres pobres niños pastores en Fátima, Portugal. Entre mayo y octubre de 1917, Nuestra Señora se apareció cinco veces más, cada vez el día 13 del mes. Se identificó como Nuestra Señora del Rosario y dio a los niños un mensaje urgente para todo el mundo. La Madre de Jesús deseaba que las almas evitasen el Infierno y nos advertía de las tragedias que se avecinaban si no nos arrepentíamos y cambiábamos de camino. Los niños Lúcia, Francisco y Jacinta también recibieron del Ángel de la Paz y de Nuestra Señora las palabras de cinco nuevas oraciones. Hoy son conocidas como las oraciones de Fátima.
1. Oración del Perdón
En la primavera de 1916, antes de la aparición de Nuestra Señora, un Ángel enseñó a los niños de Fátima esta oración, repitiéndola tres veces:
“¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman!” (El Ángel de la Paz rezaba estas dos oraciones de rodillas y con la frente inclinada hacia el suelo).
Llamándose a sí mismo Ángel de la Paz y Ángel de Portugal, dijo a continuación:
“Oren de esta manera. Los corazones de Jesús y de María están dispuestos a escucharles. Creer, esperar, adorar y amar a Dios es practicar las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad.”
2. Oración Trinitaria
En agosto de 1916, los niños vieron al ángel postrado ante una hostia y un cáliz que pendían del aire. Guiándoles en la adoración de la Eucaristía, les enseñó de nuevo esta oración recitándola tres veces.
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.”
3. Plegaria Eucarística
El día de la primera aparición de la Virgen, el 13 de mayo de 1917, Ella dijo a los niños:
“Tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestro consuelo”.
Una luz resplandeciente brilló a su alrededor, y ellos se sintieron “movidos por un impulso interior” a rezar esto.
“Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, Te amo en el Santísimo Sacramento.”
4. Oración del Sacrificio
El 13 de junio de 1917, la Virgen se apareció a los niños y les enseñó a rezar cuando ofrezcáis a Dios vuestros sufrimientos y sacrificios espirituales.
“Oh Jesús mío, ofrezco esto por amor a Ti, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.”
5. La década del Rosario
La Santísima Virgen subrayó la importancia del rezo del Rosario para la conversión de los pecadores y el arrepentimiento del mundo. El mismo día de la enseñanza de la “Oración del Sacrificio”, Nuestra Señora enseñó a los niños a rezar esto después de cada decena del Rosario.
“Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.”
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Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María Santísima
Oh Inmaculado Corazón de María, Reina del Cielo y de la Tierra y tierna Madre de los hombres, según tu ardiente deseo, hecho conocido en Fátima, me consagro a tu Inmaculado Corazón a mí mismo, a mis hermanos, a mi patria y a todo el género humano.
Reina sobre nosotros, Santísima Madre de Dios, y enséñanos a hacer que el Corazón de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, reine y triunfe en nosotros, como ha reinado y triunfado en Ti.
Reina sobre nosotros, Virgen Santísima, para que seamos tuyos en la prosperidad y en la adversidad, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte.
Oh piadosísimo Corazón de María, Reina del Cielo, vela por nuestras mentes y corazones y presérvalos de la impureza que tan dolorosamente lamentaste en Fátima. Ayúdanos a imitarte en todo, especialmente en la pureza. Ayúdanos a invocar sobre nuestro país y sobre el mundo entero la paz de Dios en la justicia y la caridad.
Por eso, oh piadosísima Virgen y Madre, prometo imitar vuestras virtudes con la práctica de una verdadera vida cristiana, sin tener en cuenta el respeto humano.
Resuelvo recibir regularmente la Sagrada Comunión y ofrecerte cada día cinco decenas del Rosario, junto con mis sacrificios, en espíritu de reparación y penitencia. Amén.
Fuente: greenscapular.org