
25 de julio del 2024 – Mensaje de la Santísima Virgen María a Luz de María
«Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:
Les Bendigo porque les recibí al pie de la Cruz de Mi Hijo (Jn. 19,26-27), de la Cruz de Gloria y de Majestad, de la Cruz de Paz, de Sabiduría, de la Cruz de Seguridad, de la Cruz de Fe y de la Cruz de Amor.
Como Mis hijos, sé que se mantienen en la espera y que la espera se les hace larga; pero hijitos Míos, cuando la espera termine, entonces lamentarán haber proferido una queja contra el tiempo que les parecía a ustedes una larga espera, pues cuanto llega a toda la humanidad es sumamente fuerte.
Hijitos Míos: Mi Hijo Divino les ofrece a ustedes su protección, no la liberación de las pruebas, porque en las pruebas crecen y se fortalecen, si obran y actúan dentro de la Ley Divina para poder superar las pruebas.
- Mi Divino Hijo no les va a liberar de las pruebas hijitos, pero sí, las pruebas van a ser más llevaderas si ustedes se mantienen adorando a Mi Divino Hijo.
- Amados Míos, les he alertado acerca de aquellos que dominan a cantidad de hijos de Mi Divino Hijo; la masonería trae grandes cambios al Pueblo de Mi Divino Hijo para desconcertarles, para que le desconozcan y para que ustedes se confundan y se encuentren de un instante a otro tambaleando.
Amados hijos: como Madre les revelo lo que esta generación debe conocer para que se preparen; pero ustedes deben responder con amor, no deben justificarse, sino deben responder con un obrar y actuar en la Voluntad de Dios.
Hijitos, ustedes conocen que a través de la historia de la humanidad han habido demasiados anticristos, pero en este último momento llega El Anticristo [1], el poseedor del terror y del mal salido del mismo infierno; pero Mis hijos no me obedecen y no Me escuchan cuando les alerto. Vivirán lo que ninguna generación anterior a ustedes ha vivido: desde grandes avances que han servido al hombre, como también graves y terroríficos avances de la ciencia mal empleada y ustedes vivirán lo que la ciencia mal empleada ha logrado y ustedes desconocen.
Debido a esto es que les llamo hijos Míos, hijos de Mi Corazón Inmaculado, les llamo a hacer el bien porque el bien emana bien, porque el bien alimenta con el bien y ustedes son creaturas de bien. (Prov. 3, 27-32).
La Misericordia Divina se extendió, pero es el momento en que llega lo que debe llegar…
Pero ustedes como Pueblo amadísimo de Mi Divino Hijo, ustedes deben responder con el bien, con el testimonio obrando y actuando dentro del bien, con la palabra dando testimonio de que son conocedores de la Divina Palabra (Jn. 8, 31-32; Heb. 4, 12).
- Deben responder recibiendo a Mi Divino Hijo en la Sagrada Eucaristía.
- Deben responder manteniéndose en estado de gracia para que el Demonio no les confunda (II Cor. 12,9).
Amados Míos, la felicidad es algo más que un momento pasajero, la felicidad es perpetua para las creaturas que buscan vivir una vida plena espiritualmente.
Les llamo y les invito a orar hijos Míos, por Estados Unidos, no solo porque esa nación vaya a padecer, sino porque al despertar grandes volcanes no solo esa nación va a padecer, sino gran parte de la humanidad.
Nuevamente les invito a orar por Francia porque es fuertemente purificada.
Les invito a orar por México, por esa tierra donde me encuentro como Emperatriz de las Américas. México padece un gran sismo pues aún no se convierten y ofenden gravemente a Mi Divino Hijo.
Les llamo a orar por Venezuela, esa tierra que es oprimida y en donde Mis hijos padecen cruelmente.
Les invito a orar por Ecuador, sufrirá gravemente por un volcán.
Les invito a orar por Puerto Rico, por República Dominicana y por Haití, van a padecer fuertemente por el agua y por el viento.
Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado, les llamo a mantenerse con la Palabra Divina en su vida, en su obrar y en su actuar. Les llamo a que mantengan presente que Mi Divino Hijo les espera y que ustedes son Sus hijos; pero Él no llega a irrumpir en donde la libertad humana le mantiene en la espera y no le deja pasar.
La Justicia Divina existe, pero, aun así, Mi Divino Hijo se resiste por su gran Misericordia a utilizarla.
En este momento es el mismo hombre que se castiga a sí mismo, que se oprime a sí mismo, que es cruel con el hermano y consigo mismo. El mismo hombre lleva a la humanidad a sufrir la gran tribulación por el afán de la supremacía mundial.
Amadísimos de Mi Corazón Inmaculado, oren, oren en donde se encuentren, oren en silencio, oren a viva voz, oren llevando el bien a sus hermanos, oren siendo misericordiosos, oren asistiendo a quienes deben asistir, oren para que no sean confundidos.
Hijos Míos, la Paz de Mi Divino Hijo se encuentra frente a ustedes porque así es la realeza de Mi Divino Hijo; se encuentra frente a ustedes, pues desea salvarles el alma y desea que ustedes respondan:
“Sí Señor, aquí estoy para cumplir porque deseo salvar mi alma”.
Como Madre Me encuentro ante ustedes cada momento llamándoles a mantener la fe y la unidad, llamándoles a ser amor-perdón porque al final ustedes hijos Míos, ustedes a viva voz van a decir:
“Adorado seas Señor Nuestro, adorado seas por toda la eternidad.”
Porque al final Mi Corazón Inmaculado triunfará para la gloria de la Trinidad Sacrosanta y la salvación de las almas.
Les bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Mamá María.»
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida
Comentario de Luz de María
«Hermanos: Nuestra Madre Santísima nos da Su Amor mediante Su Palabra para que seamos nosotros quienes continuemos llevando el amor que nos da Nuestro Señor Jesucristo a todos nuestros hermanos mediante el testimonio. La humanidad convulsa y confundida continúa yendo hacia donde más le conviene para ser bien vista por la sociedad. Nuestra Madre nos llama a tener presente que lo terreno es pasajero, pero aunque sea pasajero, es donde debemos laborar para sembrar una buena semilla de fe, esperanza y caridad. Sabiendo que la cosecha es recolectar lo más posible para la vida eterna, es a lo que nos avocamos, a mantenernos en la recolecta de los frutos o en la siembra, pero siempre en el camino que Nuestro Señor Jesucristo nos ha trazado. Amén.»
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Fuente: Revelaciones Marianas