¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Marzo 15 de 2020 – Sagrario Parroquia de San Rafael – Chinú Córdoba – Colombia. Llamado de Jesús Sacramentado a Su Pueblo fiel.
Toda comunión en la mano, es una afrenta a mi Divinidad
“Mi Paz sea con vosotros, mi rebaño fiel.
Mi Pequeño Nabí, dile a la humanidad y en especial a mi Pueblo fiel, que por ningún motivo se deje imponer la práctica sacrílega y demoníaca de la comunión en la mano, que quiere implantar la masonería en mi Iglesia, aduciendo que se hace para prevenir el contagio del virus que está afectando a la humanidad. Os lo repito: Toda comunión en la mano, es una afrenta a mi Divinidad que se halla viva y real, en la sencillez de una Hostia Consagrada. La masonería Eclesiástica quiere aprovecharse de la pandemia del Coronavirus, para obligar a mi Rebaño a comulgar, recibiéndome en la mano.
¡Oh, cuántas partículas de mi Sagrada Hostia, quedan impregnadas en las manos de aquellos que me reciben tan indignamente; partículas de mi Divinidad que caen al suelo y luego son pisoteadas! ¡Miles de Hostias consagradas se están utilizando en ritos satánicos y prácticas de ocultismo, con las cuales están atando a mis Hijos y haciéndole daño a mi Iglesia! ¡Oh, cuánto sacrilegio se viene cometiendo con la imposición de la comunión en la mano! ¡Despertad, Pueblo mío, y alzad vuestra voz; no seáis cómplices de este vil atropello a mi Divinidad! ¡No os quedéis callados y no me recibáis vosotros Rebaño mío en las maños, porque bien sabéis que esta detestable práctica, hace sangrar mi Corazón Amante! Recibidme siempre en la boca y si os es posible de rodillas, porque así, es como debéis de recibir a vuestro Dios.
Os pido mis Hijos, que me desagraviéis por todas las comuniones sacrílegas que se están cometiendo al recibirme en la mano. Decid así:
Oh, Cuerpo y Sangre de Jesús Sacramentado, os amo y os pido perdón y misericordia; os desagravio en unión con la Santísima Virgen María y toda la Corte Celestial, por todas las comuniones indignas y sacrílegas, que a diario se cometen contra vuestra Santa Divinidad. “Jesús y María, os amo, salvad a las almas”.
Hijos míos, orad con la oración de mi Sangre y con el Salmo 91, a mañana y noche; haciéndolos extensivos a vuestros hijos y familiares, y os aseguro que ningún espíritu de Pestes o virus, podrá haceros daño. Hijos míos, mi Corazón Amante es traspasado con las espinas de las comuniones sacrílegas; el Cielo llora conmigo al ver tan vil atropello; pero el infierno y mi adversario se gozan y se burlan, por el engaño en que tienen sumido a muchos de mis Pastores y Ovejas de mi Rebaño. Orad por los Ministros de mi Iglesia y por mis Sacerdotes, para que la Luz y la Sabiduría de mi Santo Espíritu, los guíe e ilumine y sea abolida para siempre la práctica sacrílega de la comunión en la mano, que tanto daño le hace a mi Divinidad.
Que mi Paz, permanezca en vosotros, mi Amado Rebaño.
Vuestro Pastor y Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Pueblo mío.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."