¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
2 DE ENERO DE 2014
LLAMADO DE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS A LOS HIJOS DE DIOS
Madre de Dios: El tiempo de la justicia divina es irreversible
“Hijitos míos, la paz de Dios esté con vosotros.
Están por comenzar los días difíciles y debéis de estar bien protegidos espiritualmente, para que podáis enfrentar a mi adversario y sus huestes del mal.
Cuando mi adversario se manifieste a la humanidad, se intensificarán los ataques para el pueblo de Dios en todos los aspectos de su vida; es por eso hijitos míos, que os llamo a que renovéis vuestra consagración a mi Corazón Inmaculado, para que permanezcáis doblemente protegidos por la coraza de mi consagración.
Muchas naciones hijitos míos, van a comenzar a sentir los efectos de la transformación de la creación.
Cuando la tierra comience a moverse, no perdáis la cabeza, ni entréis en pánico; más bien acudid a mi protección y amparo y repetid esta oración que os doy para los días en que la tierra comience a tambalearse.
ORACIÓN DE PROTECCIÓN PARA LOS DÍAS DE PURIFICACIÓN DE LA TIERRA
Corazón inmaculado de nuestra Madre María, ampáranos y protégenos; no permitas que el pánico se apodere de nuestras vidas; dadnos paz y serenidad en estos momentos de tribulación. Nos acogemos a ti Madre querida, seguros de que nada nos pasará, porque vos dulcísima Madre nos tienes cubiertos con tu santo manto. No te canses de interceder por tus hijos, para que estos días de purificación nos sean llevaderos y todo se cumpla conforme a la voluntad divina. Jesús y María, salvad las almas y llevadlas a la gloria del cielo.
Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios. (Rezar 3 Credos y 3 Magníficat)
Hijitos, conservad la calma en esos días; orad y orad, es lo mejor que podéis hacer.
Nada os pasará si permanecéis unidos a nuestros dos corazones; la luz de vuestras lámparas aceitadas con la oración, brillará en la oscuridad de aquellos días.
No temáis, la justicia divina pasará de largo al ver la luz de vuestras lámparas.
Todos aquellos hogares donde se tenga la devoción a mi Santo Rosario, estarán doblemente protegidos, porque mi Santo Rosario es el arma más poderosa con que contáis para enfrentar el combate espiritual que se avecina.
El tiempo de la justicia divina es irreversible, pero vosotros hijitos, podéis acortar esos días con vuestra oración; acordaos que el poder de la oración cuando se hace con fe y en cadena, aplaca la justa ira de Dios.
La oración es vuestra protección y el rezo de mi santo rosario el escudo espiritual que ciega a satanás y sus huestes del mal.
No lo olvidéis; orad a todo instante con jaculatorias e invocando el poder de la Sangre de mi hijo, haciendo mi santo rosario y pidiendo la protección de esta madre que ya está en medio de vosotros.
Venid pues mis niños, tomaos de mi mano y haced cadenas de oración con mi santo rosario y pedid al Padre por la salvación de las almas que están en la oscuridad.
Estad listos y preparados mi Ejército Mariano, porque vuestra Reina y Señora ya está en el campo de batalla.
Solo espero la señal de mi Padre para dar comienzo a la batalla final que os dará la libertad definitiva sobre las fuerzas del mal.
¡Adelante, pueblo de Dios; ni un paso atrás, el cielo cuenta con vosotros!.
Quién es como Dios, nadie es como Dios.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."