¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Septiembre 21 2017
Llamado urgente de Dios Padre a su amada nación mexicana
Llamado urgente de Dios Padre a su amada nación mexicana
“Mi paz sea con vosotros, mi Amado Pueblo de México.
Soy vuestro Padre Yahvé, Señor de las Naciones y me dirijo a vosotros mi Amado Pueblo de México, a través de mi mensajero (Enoc).
Os pido que le prestéis atención a las palabras contenidas en este mensaje y las pongáis en práctica; porque de continuar el pecado, la maldad, los bajos instintos, la aprobación del execrable crimen del aborto, el sincretismo religioso y las leyes que aprueban los matrimonios entre parejas del mismo sexo; con sumo dolor tendré que deciros, que si esto continúa y no os arrepentís de corazón, los elementos de mi creación seguirán azotando vuestra nación, hasta que mi Justicia restablezca el orden y el derecho en vuestra tierra.
Pueblo mío, estos pecados son una afrenta a vuestro Padre, y por ellos es por lo que vuestra nación hoy está sufriendo.
Yo corrijo a los que amo y vosotros bien sabéis que llevo grabada en la palma de mi mano, vuestra nación.
Os he llamado con insistencia a través de mis Profetas para que os convirtáis, pero habéis hecho caso omiso a mis llamados.
Hoy os lamentáis por la desolación en que se encuentra vuestra nación y muchos de vosotros me culpáis por vuestras desgracias.
No soy Yo, el culpable de vuestro dolor, es vuestro pecado y quebrantamiento de mis Preceptos, el causante de vuestra tragedia.
Amado Pueblo de México, enderezad vuestro caminar y seguid el ejemplo de la ciudad de Nínive, que se convirtió por la predicación de Jonás.
Haced vosotros lo mismo, apartaos del pecado y la maldad; haced oración, ayuno y penitencia en vuestra nación; decretad gobernantes tres días de duelo por todas las víctimas y damnificados. Que toda mi nación Mexicana durante estos 3 días, ore, ayune y haga penitencia; y lo más importante se comprometa a no quebrantar más mis preceptos; que todas las leyes que aprueban el aborto y las que van en contra de natura, sean derogadas para siempre.
Yo soy vuestro Padre, vuestro Dios Uno y Trino y sólo a Mí, rendiréis culto y adoración. Que toda la idolatría, hechicería y sincretismo religioso, sea abolido de vuestra nación.
Sólo a Mí, debéis de adorar, porque no hay más dioses fuera de MÍ.
Si os comprometéis de corazón a cambiar y a cumplir mis preceptos, os aseguro que detendré el paso de mi Justicia por vuestra nación.
Acordaos, no me complazco con vuestro dolor ni con la muerte del pecador.
Soy más Padre que Juez y como Padre, es mi deseo que volváis a Mí, con corazones contritos y humillados. Soy amor, perdón y misericordia, pero también soy Justo Juez. Sólo obro con mi Justicia, cuando el pecado se ha arraigado en el corazón de los hombres, haciendo que quebrante mis preceptos y pongan en peligro mi creación.
Y esto es lo que está sucediendo al presente en vuestra nación.
Convertíos de corazón, habitantes de mi Amada nación Mexicana; abandonad vuestro camino de pecado y volved a mí, que soy vuestro Padre, con corazones contritos y humillados. Sólo así, detendré el paso de mi Justicia por vuestra nación.
No quiero veros sufrir ni quiero ver destruida vuestra nación, porque bien sabéis que os amo criaturas. Acoged pues el llamado que os estoy haciendo, porque necesito con urgencia la conversión de vuestra nación, para que pueda llevar a cabo junto a Colombia y a las otras naciones elegidas que muy pronto purificaré, mi plan de salvación para estos últimos tiempos.
Despertad de vuestro letargo mis naciones elegidas; acogeos a mi Misericordia; atended a mis llamados a la conversión, para que sea mi Misericordia y no mi Justicia, la que enderece vuestro caminar. Os hago un llamado habitantes de mi Amado México, si persistís en vuestro pecado, vuestra nación seguirá de luto.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de las Naciones
Dad a conocer mi mensaje en todos los rincones de mi Amada nación Mexicana.”
Fuentes: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."