¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(CEV) “El Evangelio como me ha sido revelado”, Vol. IX, p. 441
Jesús: «Ahora vamos a separarnos. Yo voy arriba, a orar. Quiero conmigo a Pedro, Juan y Santiago. Vosotros quedaos aquí. Y si os vierais en grave apuro, llamad. Y no temáis. No os tocarán ni un pelo. Orad por mí. “ […]
Luego Jesús dice:
Jesús: «Deteneos, esperadme aquí mientras oro. Pero no os durmáis. Podría necesitaron. Y os lo pido por caridad: ¡orad! Vuestro Maestro está muy abatido.»
[…] Pedro responde por los tres:
Pedro: «Puedes estar tranquilo, Maestro. Vigilaremos y estaremos en oración. Sólo tienes que llamarnos e iremos.»
Y Jesús los deja, […] Este saliente de la ladera, que al principio tiene una altura de pocos decímetros, es cada vez más alto […] Jesús prosigue hasta una voluminosa piedra […]No mira a la ciudad, que aparece abajo, blanca toda bajo la luz lunar. Antes al contrario, le vuelve las espaldas. Y ora con los brazos abiertos en cruz, alzada la cara hacia el cielo. […] Es una larga, ardiente oración. […] verdadera elocución dirigida a su Padre.[…] Jesús está llorando […] Luego anda. Regresa donde los tres apóstoles, que están sentados alrededor de su hoguerita de hornija. Los encuentra medio dormidos. […]
Jesús: «¿Dormís? ¿No habéis sabido velar una hora tan sólo? ¡Tengo mucha necesidad de vuestro consuelo y vuestras oraciones!»
La agonía
Jesús: «¡Estoy en una angustia que me mata! ¡Oh, sí! Mi alma está triste hasta el punto de morir. ¡Amigos… ¡Amigos! ¡Amigos!»
[…] Jesús los mira… […] suspira y vuelve a marcharse, al lugar de antes. Ora de nuevo, en pie con los brazos en cruz; luego de rodillas, como antes, curvado el rostro sobre las florecillas. Piensa. Calla…[…] Llama al Padre, cada vez con más congoja… dice.
Jesús: «Oh! […] ¡Es demasiado amargo este cáliz! ¡No puedo! ¡No puedo! Está por encima de lo que Yo puedo. ¡Todo lo he podido! Pero no esto…[…] Pero, Padre mío, no escuches mi voz si pide algo contrario a tu voluntad. No recuerdes que soy Hijo tuyo, sino sólo servidor tuyo. No se haga mi voluntad, sino la tuya»
Permanece así durante un rato. Luego emite un grito ahogado y levanta la cara: es un rostro desencajado. Un instante sólo. Luego se derrumba, rostro en tierra, y se queda así. Un deshecho de hombre sobre el que pesa todo el pecado del mundo, sobre el que se abate toda la Justicia del Padre, sobre el que desciende la tiniebla, la ceniza, la hiel, esa tremenda, tremenda, tremendísima cosa que es el abandono de Dios mientras Satanás nos tortura… […] Jesús gime, entre estertores y suspiros agónicos:
Jesús: «¡Nada!… ¡Nada!… ¡Fuera!… ¡La voluntad del Padre! ¡Eso! ¡Sólo eso!… Tu voluntad, Padre; la tuya, no la mía… […] ¡Retrocede, Satanás! Lo dije la primera y la segunda vez. Vuelvo a decirlo la tercera: “Padre, si es posible pase de mí este cáliz. Pero, hágase tu voluntad, no la mía”. Retrocede, Satanás. Yo soy de Dios»
[…]Se quita otra vez el manto y se seca las manos, la cara, el cuello, los antebrazos. Pero el sudor continúa. Él presiona varias veces la tela contra la cara, y la mantiene apretada con las manós;[…] La hierba del suelo está roja de sangre. Jesús parece próximo al desfallecimiento. […] como si estuviera ya muerto- quédanle colgando los brazos, paralelos al cuerpo; y la cabeza, contra el pecho. Ya no se mueve. […]
The Capture
Los tres [apóstoles], todavía atónitos, se alzan.[…] También los otros ocho están más o menos dormidos alrededor del fuego ya apagado.
Jesús: «¡Levantaos!»
dice Jesús con voz potente.
Jesús: «¡Mientras viene Satanás, mostrad al insomne y a sus hijos que los hijos de Dios no duermen!» […]
[…] El tiempo justo de aparecer en orden a la vista de la chusma capitaneada por Judas, que irrumpe en el quieto solar y lo ilumina bruscamente con muchas antorchas encendidas: son una horda de bandidos disfrazados de soldados, caras de la peor calaña deturpadas por sonrisas maliciosas demoníacas; hay también algún que otro representante del Templo.
Los apóstoles, súbitamente, se hacen a un lado. Pedro delante y, en grupo, detrás, los demás. Jesús se queda donde estaba. Judas se acerca resistiendo a la mirada de Jesús, que ha vuelto a ser esa mirada centelleante de sus días mejores. Y no baja la cara. Es más, se acerca con una sonrisa de hiena y le besa en la mejilla derecha.

Jesús: «Amigo, ¿y qué has venido a hacer? ¿Con un beso me traicionas?»
Judas agacha un instante la cabeza, luego vuelve a levantarla… Muerto a la reprensión como a cualquier invitación al arrepentimiento. […]La chusma, con un clamor hecho de gritos, se acerca con cuerdas y palos y trata de apoderarse de los apóstoles -excepto de Judas Iscariote, se entiende- además de tratar de prender a Cristo.
Jesús: ««¿A quién buscáis?» pregunta Jesús calmo y solemne»»
Soldados del Templo: «A Jesús Nazareno»
Mientras Él habla, Pedro se acerca al hombre que está extendiendo las cuerdas para atar a Jesús y descarga un golpe de espada desmañado.[…] El hombre grita que le han matado. […]
Jesús: «Guardad esas armas. Os lo ordeno. Si quisiera, tendría como defensores a los ángeles del Padre. Y tú, queda sano. En el alma lo primero, si puedes»
Y antes de ofrecer sus manos para las cuerdas, toca la oreja y la cura. Los apóstoles gritan alteradamente… […] Y el que no grita huye… Y Jesús se queda solo… Él y los esbirros… Y empieza el camino…

Maria Valtorta:
El Evangelio como me ha sido revelado

Evaluación de la Obra de María Valtorta por el padre Livio Fanzaga, sacerdote católico (Radio Maria): “Así que yo diría eso, queridos amigos, porque he leído “El Evangelio como me ha sido revelado”, tres veces, 10 volúmenes (CEV), y luego soy capaz de evaluar en toda su complejidad y su valor, me dan ganas de decir, queridos amigos, yo no conozco a ningún comentario sobre el Evangelio más ortodoxo, más edificante, más estimulante que esto, y me gustaría, queridos amigos, que todos ustedes aceptaría la invitación de la Virgen María para leer estos libros, porque todo es verdad (y no contienen errores contra la fe y la moral de la Iglesia Católica …). A continuación, lea estos libros, mis queridos amigos, porque sin duda ganaras grandes beneficios para sus almas. No es difícil conseguirlos, y no cuestan mucho, 10 libros que pueden ser para usted un alimento espiritual indispensable “
Jesús: «Oh! […] ¡Es demasiado amargo este cáliz! ¡No puedo! ¡No puedo! Está por encima de lo que Yo puedo. ¡Todo lo he podido! Pero no esto…[…] Pero, Padre mío, no escuches mi voz si pide algo contrario a tu voluntad. No recuerdes que soy Hijo tuyo, sino sólo servidor tuyo. No se haga mi voluntad, sino la tuya»







“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."