¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
FEBRERO 4 DE 2014
LLAMADO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA A LOS HIJOS DE DIOS
Maria Santisima: Sellad con la Sangre de mi Hijo vuestras familias y hogares
“Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros.
Las pruebas han comenzado para el pueblo de Dios; no perdáis la fe, ni la esperanza; confiad en nuestros dos corazones y hallaréis paz y protección. Orad a todo instante porque las fuerzas del mal han invadido la tierra y están robándose la paz de los hombres.
Si oráis, las fuerzas del mal no podrán tocaros; más si bajáis la guardia con la oración, seréis atacados por estas entidades malignas y muchos se perderán. Espíritus de engaño mental están perturbando vuestras mentes y están haciendo que el hombre esté en contra del hombre; el padre en contra del hijo, el hijo en contra del padre y la nuera en contra de su suegra.
Mi adversario ha desplegado estas fuerzas malignas para traer caos, confusión, división y muerte a los habitantes de la tierra.
Todas aquellas almas que viven en la oscuridad serán tomadas por estas entidades malignas para que ataquen al pueblo de Dios. Una vez más os digo, sellad con la Sangre de mi Hijo vuestras familias y hogares, lo mismo que las personas con que vayáis a tratar cada día.
Es muy importante que tengáis en cuenta estas recomendaciones que os hago para que ningún espíritu maligno pueda haceros daño.
Son tiempos de prueba hijitos los que estáis viviendo y cada día se intensificarán más. Si mi Padre no acortará estos días, os aseguro que los justos se perderían. La creación de mi Padre está en plena transformación, todo el universo se consternará; fuego encadena de las entrañas de la tierra está a punto de brotar; muchas naciones sufrirán y en muchos lugares la tierra temblará y se hundirá.
El astro sol se está enfriando y el clima ha comenzado a desestabilizarse en muchos lugares. No temáis, acordaos que todo esto tiene que suceder para que pueda renacer la nueva creación y las nuevas criaturas.
Recogeos en vuestros hogares lo más pronto posible, porque las horas de la noche son el espacio de tiempo donde más activas están las fuerzas del mal. Los hogares donde no se ore estarán expuestos a los ataques de estas entidades malignas.
Hogares donde se ore y se tenga la devoción a mi Santo Rosario, serán hogares que vuestra Madre protegerá y no permitirá que ninguna fuerza espiritual maligna les haga daño. Estos hogares y sus familias también serán protegidos por mí, de las catástrofes y sucesos imprevistos.
Consagradme también hijitos, vuestra familia y hogares a mi Corazón Inmaculado y yo vuestra Madre, colocaré un escudo protector de rayos de luz alrededor vuestro que cegará a mi adversario y sus huestes del mal. Os regalo esta oración de consagración a mi Corazón Inmaculado, para que me consagréis vuestras familias y vuestros hogares.
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS Y HOGARES AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
Oh Corazón Inmaculado de María, me consagro a ti y te consagro mi familia y hogar y todo cuanto en él hay, a tu Inmaculado Corazón. Te consagramos nuestro ser físico, psíquico, biológico y espiritual y todo lo que somos, tenemos y hacemos.
Protégenos madre querida con los rayos de luz que brotan de tu Corazón Inmaculado y escóndenos en tu regazo. No permitas dulcísima Madre, que ninguno de los que habitamos este hogar se pierda; dadnos tu paz y fortaleza en los momentos difíciles de nuestra prueba. Que nuestra fe en Dios y confianza en ti, oh dulcísima Madre, sea el pasaporte que nos lleve seguros a las puertas de la nueva Creación. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida María Santísima (3 veces).
Vuestro refugio y amparo. El Inmaculado Corazón de María.
Dad a conocer mis mensajes, a toda la humanidad.
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."