¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Junio 07 2017
Llamado urgente de María Rosa Mística a la humanidad
Controléis el uso de la tecnología en vuestros hogares
Mis hijitos, la paz de mi Señor esté con vosotros y mi protección maternal os acompañe siempre.
Mis niños, estoy muy triste y sufro mucho por todos mis hijitos que viven en unión libre, adulterio o tienen relaciones por fuera del Sacramento del Matrimonio, como lo son la inmensa mayoría de mis jóvenes.
Os digo como Madre de la humanidad, si no enderezáis vuestro caminar y retomáis la senda de la salvación, muchos de vosotros no vais a regresar a este mundo después del Aviso.
Vuestro pecado será vuestra condena, si no os arrepentís y reparáis por ello. Sabed que en vuestro paso por la eternidad el lugar donde iréis a parar será el infierno, de allí serán muy pocos los que regresen a este mundo.
Muchas lágrimas estoy derramando por vosotros mis pequeños, no sabéis cuánto dolor siento en mi Corazón, por las espinas de impureza que a diario me claváis por este pecado.
No sabéis cuán grande es el dolor de mi Hijo, al veros mancillar el Sexto Mandamiento de la Ley de Dios.
La inmensa mayoría de la humanidad se va a perder por su libertinaje e impureza sexual. El demonio de la impureza está arrastrando a muchos jóvenes, hombres y mujeres, al infierno; es uno de los pecados por el cual más almas se están condenando.
Nuevamente os hago un llamado padres de familia, para que controléis el uso de la tecnología en vuestros hogares.
Mis niños y mis jóvenes están haciendo mal uso de esta tecnología que se maneja hoy, especialmente la del celular, el computador y la televisión.
Muchos la están utilizando para ver pornografía y por ahí, les entra el demonio de la impureza que los está llevando a la muerte eterna; otros la utilizan para adentrarse en el mundo del ocultismo, aprendiendo brujería o jugando tabla ouija; otros tantos la utilizan para escuchar música metálica satánica que termina por alejarlos de la familia y de Dios; sumiéndolos en las tinieblas de donde no saldrán, si no renuncian a ella.
¡Padres de familia, restringid el uso de esta tecnología en las horas de la noche, porque muchos de mis niños y jóvenes, no descansan por estar pegados al celular, el computador o la televisión; viendo lo que no deben de ver y escuchando lo que no deben de escuchar!
Os digo padres de familia, el cielo está muy triste por la permisividad de muchos de vosotros, que de seguir como van lo más seguro es que se pierdan junto con sus hijos.
En el infierno hay un lugar donde yacen las familias que se condenaron por la permisividad de muchos padres. El demonio de la tecnología se está robando el alma de muchas familias.
Hijitos, la inmensa mayoría de los hogares de hoy, son hogares del mundo donde el Espíritu de Dios ha sido reemplazado por la tecnología luciferina.
Mi Santo Rosario ya no se reza en muchos hogares y son muy pocas las familias que hoy sacan tiempo para la oración. Este alejamiento de Dios es lo que está llevando a la muerte espiritual a tantas familias.
¡Volved padres de familia a retomar la oración y el rezo de mi Santo Rosario en vuestros hogares, para que el demonio de la tecnología salga de ellos!
Aprendeos los Mandamientos de la Ley de Dios y ponedlos en práctica; enseñádselos a vuestros hijos, para que vosotros y ellos no los sigan transgrediendo; inculcad buenas bases morales y espirituales para que renazca la vida espiritual en vuestras familias.
Que la paz de mi Señor, permanezca en vuestros hogares
Os ama vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."