¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
13 de noviembre del 2025 – Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz de María
§1: Vengo a traerles el Amor Divino
§2: Manténganse preparados para enfrentar los fuertes eventos sísmicos
§3: Conviértanse con prontitud
§4: La lucha es encarnizada entre el bien y el mal
§5: Comentario de Luz de Maria
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(Lectura: 4 min.)

§1
«Amados hijos de la Trinidad Sacrosanta:
- Vengo a ustedes por Voluntad de la Trinidad Sacrosanta.
- Vengo a traerles el Amor Divino con el infinito deseo de que todos lleguen a vivir en la Verdad unidos totalmente a la Trinidad Sacrosanta, después de haber superado los detentes que cada uno de ustedes ha colocado para que el ego humano no se espiritualice.
Los hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo continúan luchando contra sí mismos para ascender, pero quien cree luchar sin amor por el prójimo, sin caridad por el prójimo, sin ser humildes, no llegará a ascender hacia Nuestro Rey y Señor Jesucristo con prontitud, sino hasta que el amor sea todo en cada uno de ustedes (I Cor. 13, 4-7).
Comprenderán que la verdadera vida solo la adquieren viviendo unidos a Nuestro Rey y Señor Jesucristo y solicitando la intercesión de Nuestra Reina y Madre.
Tengan presente que:
- La oración es alimento, es el agua, es la respiración, es el aliento, es la paz, es la caridad y es la esperanza de los hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.
- La oración lleva a los hijos de Dios a gustar más de los Asuntos del Cielo que de los de la Tierra, por ello deben orar siendo conscientes de cada palabra, de cada sentimiento, de cada promesa que dirigen en la oración (Lc. 18,1; Mt. 26,41).
§2
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:
Manténganse preparados para enfrentar los efectos de los fuertes eventos sísmicos provocados por la fuerza con la que el sol está emanando sus llamaradas hacia la Tierra.

Países en donde no temblaba, temblará, padecerán por tantos terremotos en la mayoría de los países, los tsunamis causarán estragos en algunos países costeros y en algunas islas [1].

La humanidad debe mantener el debido estado espiritual [2] para enfrentar los cambios que van a suceder en todo aspecto: social, religioso y los cambios a causa de los sismos de grandes magnitudes que se darán en la Tierra.
Las fuertes emanaciones solares están alterando el núcleo de la Tierra, lo que altera las fallas tectónicas llegando a estremecer la superficie terrestre.

Volcanes inactivos se activan y volcanes marinos emanan cantidad de vapores y magma.
Esta generación enfrentará lo desconocido.
§3
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:
Conviértanse con prontitud, es motivo de salvación, de vida eterna, salven el alma (Mt. 16, 25-26).
En medio de tanta purificación que les espera, la Divina Providencia permite que Nuestra Reina y Madre continúe haciéndose presente ante Sus hijos, que se mantienen en el debido estado espiritual y a quienes se encuentren luchando por permanecer siendo hijos que caen y se levantan e hijos que se esfuerzan por mantenerse en pie el mayor tiempo.
Para ser sellados como hijos de dios, deben haberse apartado de la iniquidad y deben vivir en obediencia.
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:
Oren por sus hermanos, oren unos por otros; es caridad cristiana ser solidarios con los hermanos orando y si el hermano lo permite poner al hermano en alerta sobre lo venidero. Si oran unos por otros unidos van caminando por el sendero correcto y manteniendo sobre todo mayor defensa espiritual y mayor protección contra el mal.


La humanidad cierra sus ojos para no mirar, cierra sus oídos para no escuchar, cierra su boca para no hablar, debido a que si abre sus sentidos espirituales [3] debe alejarse de lo mundano, de lo pecaminoso y del mal que en este momento envuelve a gran cantidad de hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo que se están alejando de Él.
§4
La lucha es encarnizada entre el bien y el mal (Rom, 12, 21; Ef. 6, 12-17).
El mal se acerca tanto a los hijos de Dios que es un gran peligro para quienes creen ser criaturas elevadas espiritualmente y van por la vida aceptando conceptos equivocados de quienes se encuentran lejos de lo que es la Trinidad Sacrosanta y anteponen ideas desviadas a la esencia de la Omnipotencia de la Trinidad Sacrosanta. Estas pobres criaturas no son ni frías ni calientes (Ap. 3,15-16), despreciando la Sagrada Escritura y haciendo caso omiso al cumplimiento de la Ley de Dios.
¡Despierten hijos, despierten antes de que sea demasiando tarde!
La oscuridad se acerca y existen tantas criaturas humanas que no saben cuánto se acerca porque permanecen en el mundo, no se preparan, son ignorantes por decisión propia.
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, manténganse firmes en la Verdadera Tradición de la Iglesia, sean firmes en la fe.
Ustedes, hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, continúen caminando bajo el sol, bajo la lluvia, bajo el Amor intenso de la Trinidad Sacrosanta y de Nuestra Reina y Madre.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren unos por otros.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren por todos los países.
Oren hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, oren por este momento, oren por ustedes mismos.
Les bendigo en Nombre de la Trinidad Sacrosanta.
Me encuentro con Mis Legiones Celestiales dispuestos a protegerles.
San Miguel Arcángel y Mis Legiones».
Ave Maria Purissima,
concepita senza peccato
Ave Maria Purissima,
concepita senza peccato
Ave Maria Purissima,
concepita senza peccato
§5
Comentario de Luz de Maria

«Hermanos, ante esta Palabra de San Miguel Arcángel queda en el corazón un sentimiento de gran responsabilidad por llevar esta Palabra al mayor número de hermanos.
No podemos caminar solos para salvarnos, debemos en la medida de lo posible llevar al hermano a conocer la Misericordia Divina. Además, estamos siendo abatidos por los elementos y por la gran actividad solar que nos está llevando a padecer más y más, por lo que mantenernos en unidad y fraternidad nos hará menos difícil el camino. Por otro lado, la mezquindad humana nos mantiene naufragando en un mar tempestuoso de sentimientos muy mundanos, que nos impiden tener un encuentro personal con Dios y reconocer que Dios es Dios y no hay nada más grande que Él.
Quizá nos preguntamos: ¿cómo sobrevivir a tanto que se acerca?
La respuesta es una, hermanos: con el abandono en Dios y convirtiendo nuestro corazón al amor y a la obediencia, mediante la fe y creyendo firmemente que Dios no nos dejará nunca solos, así lograremos sobrevivir.
Sabemos que no es fácil vivir en medio de tanto que se nos anuncia, pero es mejor saber que debemos prepararnos sobre todo espiritualmente, que no saber nada y todo llegue encontrándonos desprevenidos. Tengamos la certeza del Auxilio Divino en todo momento, para no caer en la desesperanza ni en la desesperación, predominando siempre la fe en que tenemos un Padre que nos ama.
Ante las advertencias de San Miguel Arcángel sobre los grandes terremotos y tsunamis, es responsabilidad de cada uno informarnos con las autoridades competentes de cada país. Preparémonos en la medida de nuestras posibilidades pidiendo la guía del Espíritu Santo y así la Divina Providencia, San Miguel Arcángel y sus Legiones nos auxiliará.
Hermanos, unámonos en oración permanente, oración nacida de lo profundo del corazón, oración consciente y de bendición para todos. Tengamos presente que la perseverancia hasta el final de la tribulación es lo que llevará a la victoria a los hijos de Dios. Amén».
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- Libro III. “Ya todo está dicho por Mi Casa, preparación física y material”: descargar…
- Libro II. “Ya todo está dicho por Mi Casa, preparación espiritual”: descargar…
- Sobre los sentidos espirituales: leer…
Fuente: Revelaciones Marianas








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."