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S. Teresa de Ávila: 6 palabras que deben evitarse para fortalecer la armadura espiritual, los hogares, y para los eventos venideros

Las palabras no son solo sonidos, son armas espirituales. Pueden construir o destruir, bendecir o maldecir, traer luz u oscuridad. Santa Teresa lo entendió muy profundamente; ella, que tenía visiones místicas, que veía ángeles y demonios, comprendió que las palabras humanas tienen un efecto directo en el mundo espiritual y en sus escritos identificó específicamente qué palabras atraen el mal y cuáles atraen la gracia. Estas palabras son peligrosas no solo por su significado, sino por la energía espiritual negativa que conllevan
photo ¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.

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Si quiere evitar sufrimientos innecesarios y cargar con pesos innecesarios en su vida cotidiana, léalo todo sin prisas, vale la pena. Le será útil recordar estos valiosos consejos para los tiempos que se avecinan.

1. Primera Palabra
1.1 Antídoto
2. Segunda Palabra
2.1 Antídoto
3. Tercera Palabra
3.1 Antídoto
4. Cuarta Palabra
4.1 Antídoto
4.2 Testimonio
5. Quinta Palabra
5.1 Antídoto
6. Sexta Palabra
6.1 Antídoto
6.2 Testimonio
7. Conclusión
8. Cómo aplicar los beneficios
8.1 Primer Paso:
8.2 Segundo Paso
8.3 Tercer Paso
8.4 Cuarto Paso
8.5 Quinto Paso
9. Oración para recitar cada mañana
10. Las seis bendiciones vespertinas
11. Exhortación final

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(Lectura: 9 min.)

Introducción

Hay seis palabras que, cuando se pronuncian en su hogar, literalmente abren las puertas al maligno. Seis palabras comunes que muchos dicen todos los días sin saber el daño espiritual que están causando. Palabras que Santa Teresa de Ávila identificó en sus escritos místicos como puertas del infierno abiertas por la lengua humana. Y lo más aterrador es que probablemente usted también haya pronunciado al menos una de estas palabras sin saberlo, sin malas intenciones. Pero el mal no necesita sus intenciones para entrar. Solo necesita una invitación, aunque sea inconsciente.

Santa Teresa escribía en sus diarios:

«He visto casas donde los ángeles no se atreven a entrar, no porque haya pecado grave, sino porque la lengua de sus habitantes ha llenado el aire de veneno espiritual».

Santa Teresa se refería a una realidad espiritual que la mayoría de la gente ignora: las palabras tienen poder; las palabras crean realidad; las palabras abren o cierran puertas en el mundo invisible. La Biblia lo dice claramente.

«La muerte y la vida están en poder de la lengua» (Proverbios 18:21).

Este pasaje no afirma que la lengua influye un poco en la vida, sino que la muerte y la vida dependen de lo que sale de nuestra boca. El mismo Jesús dice:

«Porque de vuestras palabras seréis justificados y de vuestras palabras seréis condenados» (Mateo 12:37).

Las palabras no son solo sonidos, son armas espirituales. Pueden construir o destruir, bendecir o maldecir, traer luz u oscuridad. Santa Teresa lo entendió muy profundamente; ella, que tenía visiones místicas, que veía ángeles y demonios, comprendió que las palabras humanas tienen un efecto directo en el mundo espiritual y en sus escritos identificó específicamente qué palabras atraen el mal y cuáles atraen la gracia. Estas palabras son peligrosas no solo por su significado, sino por la energía espiritual negativa que conllevan.

Muchas personas rezan para pedir protección, utilizan agua bendita, tienen imágenes sagradas en casa, pero luego con la boca deshacen todo lo que han construido con la oración. Es como construir un muro y luego hacer agujeros con nuestras propias manos. Cuando pronuncia ciertas palabras, está creando literalmente una abertura en la protección espiritual de su hogar. Es como dejar una ventana abierta en una noche de tormenta. El mal no tiene que forzar la puerta, usted se la ha abierto.

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  • ¿Alguna vez ha sentido que en su casa hay una energía pesada?
  • ¿Que las discusiones son más frecuentes de lo normal?
  • ¿Que la paz parece imposible de encontrar?

Santa Teresa de Ávila identificó seis palabras que son puertas abiertas al maligno; palabras que podrían cambiar para siempre su forma de hablar.

§1

1. Primera Palabra

La primera palabra que abre la puerta al mal es “MALDICIÓN”.

¿Cuántas veces la habrá dicho…?

“Maldito tráfico…, maldito ordenador…, maldito esto…, maldito aquello…”

Cada vez que maldice algo, aunque sea en broma, está invocando literalmente el mal sobre esa cosa. Y el mal responde.

Santa Teresa escribía:

«He visto a los demonios acudir rápidamente donde alguien pronunciaba maldiciones, aunque fueran en broma. La maldición es una invocación directa de las fuerzas oscuras».

  • Cuando “maldice” el tráfico, está invitando a más caos en su vida.
  • Cuando “maldice” su trabajo, está bloqueando las bendiciones profesionales.
  • Cuando “maldice” cualquier cosa, estás abriendo una puerta.

1.1 Antídoto

La palabra opuesta, la palabra de luz que Santa Teresa utilizaba es “BENDICIÓN”.

En lugar de maldecir, bendiga: “Bendito sea este día…”. “Bendito sea este trabajo…”. “Dios bendiga todo…”.

La bendición cierra lo que la maldición abre.

§2

2. Segunda Palabra

La segunda palabra es “ODIO”.

“Odio esta situación…, odio cuando pasa esto…, odio a esa persona…”.

El odio es el contrario perfecto del amor, y Dios es amor. Cuando pronuncia la palabra “odio”, está alejando a Dios de su hogar e invitando al espíritu opuesto.

Un famoso exorcista dijo una vez: «El demonio se alimenta del odio como nosotros nos alimentamos del pan…».

Cada vez que dice “odio”, está literalmente alimentando a las fuerzas oscuras y estas crecen, se hacen más fuertes, ocupan más espacio en su hogar, en su vida, en su corazón.

2.1 Antídoto

La palabra opuesta que utilizaba Santa Teresa es “AMOR”.

Incluso cuando algo le molesta, incluso cuando está frustrado, sustitúyalo. En lugar de “odio esta situación”, “elijo amar incluso en esta dificultad”. Parece difícil, lo es, pero es la única manera de cerrar la puerta al mal.

§3

3. Tercera Palabra

La tercera palabra es “IMPOSIBLE”.

“¡Es imposible! ¡No es posible! Es imposible que las cosas cambien…”.

Cuando dice “imposible”, está declarando que Dios no puede actuar. Está poniendo límites al Todopoderoso. Y cuando limita a Dios con sus palabras, deja espacio al enemigo que le susurra: «Ves, ni siquiera Dios puede ayudarle…».

3.1 Antídoto

La palabra opuesta que utilizaba Santa Teresa es “POSIBLE”.

Santa Teresa tenía una frase preciosa: «Con Dios todo es posible», se convierte en la llave que abre el cielo. «Sin Dios todo es imposible», se convierte en la cadena que abre el infierno.

Cada vez que declara algo “imposible”, está rechazando el milagro que Dios quiere hacer por usted.

§4

4. Cuarta Palabra

La cuarta palabra es “DESGRACIA”.

«Qué desgracia… Soy una desgracia. Mi vida es una desgracia…».

Cuando utiliza esta palabra, está profetizando el mal sobre su persona. Está declarando que su vida está gobernada por la supersticiosa “mala suerte”, no por la Providencia. Y el mal se alimenta de estas declaraciones negativas.

4.1 Antídoto

La palabra opuesta que utilizaba Santa Teresa es “GRACIA”.

“Estoy en la gracia de Dios… La gracia de Dios me acompaña…. Todo es gracia”.

Esta palabra cierra la puerta a la supersticiosa «mala suerte» y abre la puerta a la Bendición Divina.

4.2 Testimonio

Una mujer siempre decía: «Soy una desgracia» cada vez que hacía algo mal. Repitió esta frase durante años y su vida se convirtió efectivamente en una serie de desgracias, una tras otra, hasta que un día un sacerdote le dijo:

«Deje de profetizar mal sobre usted misma, cambie las palabras y cambiará la realidad».

Ella empezó a decir: «Soy bendecida». incluso cuando las cosas iban mal, «soy bendecida. Dios tiene un plan para mí». En seis meses, su vida cambió por completo. Encontró trabajo, se curó de una enfermedad y reconstruyó relaciones rotas.

§5

5. Quinta Palabra

La quinta palabra es “MUERTE”.

“Muerto de cansancio, me mato trabajando… Mejor muerto que vivir así, me muero de vergüenza”.

Estas frases cotidianas, dichas sin pensar, son invocaciones a la muerte, y la muerte, como fuerza espiritual, responde.

Santa Teresa escribía:

«La muerte no es solo el fin de la vida física, es un espíritu que mata la alegría, la esperanza, la paz. Cada invocación de la muerte, aunque sea en broma, alimenta este espíritu destructor. He visto familias en las que todos utilizaban continuamente frases con la palabra muerte y en esas casas reinaba una tristeza opresiva, una falta total de alegría, como si la vida misma se hubiera agotado».

5.1 Antídoto

La palabra opuesta que Santa Teresa utilizaba es “VIDA”.

“Lleno de vida…, la vida de Dios en mí. Elijo la vida”.

Esta declaración cierra la puerta a la muerte espiritual y abre la puerta a la vida abundante que Jesús promete.

§6

6. Sexta Palabra

La sexta palabra es “INÚTIL”.

Santa Teresa consideraba esta palabra como la más insidiosa de todas, porque parece inocente, pero es devastadora.

“Soy inútil… Es inútil intentarlo… Todo es inútil… Es inútil orar”.

Esta palabra es puro veneno para el alma. Cuando declara algo como “inútil”, está diciendo que no tiene valor, que no tiene propósito, que no tiene sentido; está abriendo la puerta a la desesperación más profunda.

6.1 Antídoto

La palabra opuesta que Santa Teresa utilizaba era “PRECIOSO”.

“Soy precioso a los ojos de Dios… Cada esfuerzo tiene valor… Todo tiene sentido en el Plan Divino… Mi oración es preciosa”.

Esta palabra cierra la puerta a la desesperación y abre la puerta a la esperanza.

6.2 Testimonio

Un joven había perdido su trabajo y repetía continuamente: «Es inútil, soy inútil, todo es inútil». En pocas semanas cayó en una depresión tan grave que pensó en suicidarse, hasta que su madre, una mujer de gran fe, le dijo: «Hijo mío, deja de decir esa palabra negativa. Nada es inútil a los ojos de Dios. Usted no es inútil, es “precioso”». El joven comenzó a sustituir la palabra. En lugar de «es inútil», decía: «tiene sentido, tiene valor, tiene un propósito». Poco a poco, su mente cambió. Encontró nuevas oportunidades. Hoy trabaja, es feliz y dice que el cambio comenzó cuando dejó de pronunciar esa palabra destructiva.

§7

7. Conclusión

Las seis palabras que deben evitarse para fortalecer nuestra fe, esperanza y caridad hacia nosotros mismos y hacia los demás, y para prepararnos junto con todos nuestros seres queridos, cercanos y lejanos, para la batalla espiritual diaria y para los acontecimientos que se avecinan en poco tiempo son:

Maldición
Odio
Imposible
Desgracia
Muerte
Inútil

Las seis palabras de luz que las sustituyen son:

Bendición
Amor
Posible
Gracia
Vida
Precioso

§8

8. Cómo aplicar los beneficios

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No basta con conocer estas palabras. Debemos hacer algo concreto si se han utilizado. Debemos purificar su hogar y su boca de este veneno espiritual. Santa Teresa nos sugiere los pasos a seguir:

8.1 Primer Paso

Confesión sincera. Reconocemos ante Dios que hemos utilizado estas palabras. Acudir al sacerdote también puede proporcionarnos un aumento exponencial de esa paz del alma y del corazón que solo el Señor puede dar y, a través de ustedes, transmitirla a sus seres queridos y a sus hogares. Basta con un momento de oración personal:

«Señor, perdona mis palabras negativas. Perdone cada vez que he abierto las puertas al mal con mi lengua».

8.2 Segundo Paso

Purificación de la casa. Tome agua bendita y recorra todas las habitaciones de la casa, diciendo en voz alta:

«En el Nombre de Jesucristo, cierro todas las puertas abiertas por mis palabras negativas. Ordeno a todos los espíritus malignos que abandonen esta casa. Esta es la casa de Dios».

8.3 Tercer Paso

Sello de protección. Después de purificar, selle, haga la señal de la cruz en cada puerta y ventana, diciendo:

«Sangre de Cristo, selle esta casa. Ningún mal puede entrar aquí».

8.4 Cuarto Paso

Llenado. La casa purificada debe llenarse de la Presencia Divina, de lo contrario, el mal regresa. Ponga música sacra, rece el rosario, lea la Biblia en voz alta, llene el aire de palabras de luz.

8.5 Quinto Paso

Vigilancia continua. A partir de hoy, vigile su boca. Cada vez que esté a punto de decir una de las palabras malditas, deténgase. Respire, sustitúyala por una palabra de luz. Al principio será difícil, son hábitos arraigados, pero con el tiempo cambiará completamente su forma de hablar. Santa Teresa también daba un consejo precioso para quienes viven con familiares que no entienden estas cosas. Ella decía: «Si no puede cambiar las palabras de los demás, cambie las suyas».

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La luz de una sola persona puede iluminar toda una casa. Por lo tanto, aunque su esposo, su esposa, sus hijos sigan usando palabras negativas, usted comience a usar palabras de luz. Bendiga cuando ellos maldigan. Declare posible cuando ellos digan imposible. Declare vida cuando ellos hablen de muerte. Su fe puede proteger a todos.

§9

9. Oración para recitar cada mañana

También hay una oración especial que Santa Teresa recitaba cada mañana para proteger su boca de las palabras negativas. Recite esta oración cada mañana. Verá que durante el día le resultará más fácil controlar lo que sale de su boca:

«Señor Jesús, pon una guardia a mi boca. Haz que solo salgan de ella bendiciones. Que cada palabra que pronuncie hoy traiga luz, no oscuridad. Que mi lengua sea instrumento de paz, no de guerra. Que mis palabras construyan, no destruyan, en Tu Santo Nombre. Amén».

§10

10. Las seis bendiciones vespertinas

Es importante, no basta con eliminar las palabras negativas, debe llenar activamente su hogar de palabras positivas. Santa Teresa enseñaba esta hermosa práctica. Cada noche, antes de dormir, camine por la casa diciendo en voz alta seis bendiciones:

  • Bendigo esta casa en el Nombre del Padre.
  • Bendigo a cada persona que vive aquí en el Nombre del Hijo.
  • Bendigo cada objeto, cada espacio en el Nombre del Espíritu Santo.
  • Bendigo el sueño que tendremos esta noche.
  • Bendigo el nuevo día que vendrá mañana.
  • Bendigo cada palabra que saldrá de nuestra boca.

Seis bendiciones sencillas, pero con un poder inmenso, porque está llenando la atmósfera espiritual de su hogar con la Presencia Divina. Está cerrando todas las puertas y abriendo ventanas al Cielo.

§11

11. Exhortación final

Si estas sugerencias de Santa Teresa de Ávila le han abierto los ojos, si ha comprendido que tal vez sus palabras estaban atrayendo problemas a su hogar, cambie sus palabras a partir de hoy. Su vida cambiará porque ahora tiene un conocimiento que muchos ignoran. Las palabras tienen poder, las palabras crean realidad, las palabras abren o cierran puertas espirituales.

Ha descubierto que las seis palabras de oscuridad, que atraen el mal, son palabras que probablemente ha utilizado muchas veces sin saber el daño que causaban. También ha descubierto las seis palabras de luz que cierran las puertas al mal: “bendición”, “amor”, “posible”, “gracia”, “vida”, “precioso”, tienen el poder de transformar su hogar en un santuario.

Ha aprendido el método completo de purificación: “confesión”, “purificación con agua bendita”, “sello de protección”, “llenado con la Presencia Divina”, “vigilancia continua” y ha recibido la “oración de protección matutina” y “la práctica de las seis bendiciones vespertinas”, herramientas prácticas para vivir en un hogar donde el mal no puede entrar.

El conocimiento sin acción es inútil.

  • Vigila su boca.
  • Cambie sus palabras.
  • “Bendiga” en lugar de “maldecir”.
  • Declare “vida” en lugar de “muerte”.
  • Proclame “posible” en lugar de “imposible”.
  • Declare “precioso” lo que parece “inútil”.

Verá que poco a poco, día tras día, el ambiente de su hogar cambiará: disminuirán las discusiones, aumentará la paz, mejorará la salud, llegarán las bendiciones, no por arte de magia, sino porque habrá cerrado las puertas al mal y abierto las puertas al bien.

  • Que su boca se convierta en fuente de bendición.
  • Que sus palabras construyan puentes, no muros.
  • Que su lengua sea instrumento de paz, no de guerra.
  • Que su hogar se convierta en lo que Dios siempre ha querido: un pequeño paraíso en la tierra.

Comparta con sus seres queridos, amigos y conocidos que estén pasando por dificultades, presionados por el pesimismo y el desánimo, esta ayuda espiritual que el Señor nos da a través de Santa Teresa de Ávila. Vaya en paz llevando en su corazón esta poderosa verdad. Tus palabras tienen el poder de construir el paraíso o el infierno en tu hogar. Elige sabiamente; habla con bendición y verás milagros. Que Dios bendiga tu boca, que purifique tu lengua, que guarde cada palabra que sale de tus labios hoy y siempre. Recuerda, en una palabra, dicha con fe está el poder de cambiarlo todo. Elige palabras de luz.

Santa Teresa de Ávila, ruega por nosotros.