¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(F1825) Mensaje de San Miguel Arcángel a Manuela Strack, vidente de Sievernich, Alemania

Visión de Manuela: “Veo una gran bola de luz dorada flotando en el cielo sobre nosotros, acompañada de otra bola de luz dorada más pequeña. Una hermosa luz desciende hacia nosotros. La gran bola de luz dorada se abre y el Arcángel San Miguel emerge de esta luz dorada.
Descripción de San Miguel en la aparición
Está vestido de blanco y oro, como un soldado romano, y lleva un manto rojo de general. Veo su escudo en la mano izquierda. En el escudo se puede ver la vara de lirio que he descrito tantas veces. Lleva su espada en la mano derecha, que ahora levanta hacia el cielo y esta espada se convierte en una espada flamígera.

San Miguel Arcángel lleva la corona principesca, que está adornada con un rubí en la parte delantera. Miro sus pies y veo que lleva sandalias romanas de oro.
San Miguel «¡Que Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo los bendiga! Amén.
¡Quis ut Deus!
Soy el Santo Arcángel Miguel y vengo a vosotros desde el trono del Señor. Aparezco para compartir con vosotros la gracia y el amor del Señor.
Soy el Guerrero de la Preciosa Sangre de Cristo. ¡Buscad vuestro refugio en Su Preciosa Sangre!
¡Rezad mucho por la paz! ¡Rezad mucho! Satanás quiere seduciros … a una gran guerra. El tiempo de la Tribulación aún prevalece, pero entraréis en un tiempo nuevo.
Me presento para que entendáis que esta guerra no es por la división de los países, sino por los valores de la fe cristiana.
En la nueva era, los Mandamientos del Señor serán respetados y el hombre se dará cuenta de que el pecado siempre culmina en guerra. La vida será respetada y ya no será despreciada, porque Dios es un Dios de vida y no de muerte.
El hombre se dará cuenta de que las leyes que permiten matar a los no nacidos le han llevado a la destrucción. […] ¡Ahora mira bien! …»
Escena 1: Una nueva Europa…
Manuela: “San Miguel Arcángel me muestra el globo terráqueo y una nueva Europa cristiana, mucho más grande y diferente de la Europa actual. Me dice:
San Miguel «Así será en la Nueva Era».
Escena 2: Un cuerpo celeste…
Manuela: “…Reacciono asombrada… San Miguel continúa mostrándome que el cuerpo celeste que caerá del cielo, como ya me había mostrado la Virgen el 7 de octubre de 2002, caerá en el Atlántico Norte, al norte de Sudamérica. No se me dijo ni se me mostró una hora.”

San Miguel: «Recordad que el tiempo de la Tribulación es limitado; ¡en todo lo que sufráis! Rezad mucho por la mitigación del juicio. Recordad que lo tenéis en vuestras manos orantes; todo lo podéis pedir a Dios: ¡Arrodillaos y pedid la Misericordia del Señor!».
Escena 3: Santa Juana de Arco…
Manuela: “Ahora la bola de luz más pequeña se abre y de ella emerge Santa Juana de Arco. Lleva una armadura dorada y un estandarte con el símbolo IHS y dos lirios en el estandarte.”

Santa Juana: «Amada de la Cruz, reza mucho y reza con el corazón. El Rey de Misericordia te da su gracia».
Manuela: “Ahora veo que sostiene la bandera con la mano derecha y que su mano izquierda está rodeada por una luz. Ahora veo el cáliz de Valencia [1] (el cuenco de ágata con el que Jesús celebró la Última Cena) flotando sobre su mano izquierda, completamente bañado de luz…”

Santa Juana: «¡Puedes leer a quién pertenece este cáliz!»
Manuela: “Sí, ¿a quién pertenece?”
Santa Juana: «¡Pertenece al Misericordioso! Pertenece a Nuestro Señor Jesucristo, que aparece como el Rey de la Misericordia. Convertíos también vosotros en vasos de misericordia. Este es el deseo del Señor. Tened valor y vivid la fe católica. No os perdáis en el espíritu de los tiempos. Yo me he entregado por el cristianismo.
En una nueva era, en la que el hombre acepte el amor de Dios y viva de corazón, surgirá una Europa cristiana. Rezad mucho por ello. Rezad por vuestro país, donde el espíritu de la época hace estragos. Rezo por vosotros y por vuestro país ante el trono del Señor».
Manuela: “Santa Juana de Arco baja ahora su bandera hacia su reliquia. Le digo que sé que es su reliquia… Ahora veo sobre la espada de San Miguel Arcángel -esta vez es una espada flamígera- lo que lleva, la Vulgata, las Sagradas Escrituras. Veo el pasaje bíblico “Romanos 9, 14-29” abierto por una mano invisible:

«¿Diremos por eso que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! Porque él dijo a Moisés: “Seré misericordioso con el que yo quiera, y me compadeceré del que quiera compadecerme”. En consecuencia, todo depende no del querer o del esfuerzo del hombre, sino de la misericordia de Dios. Porque la Escritura dice al Faraón: “Precisamente para eso te he exaltado, para que en ti se manifiesta mi poder y para que mi Nombre sea celebrado en toda la tierra”. De manera que Dios tiene misericordia del que él quiere y endurece al que él quiere. Tú me podrás objetar: Entonces, ¿qué puede reprocharnos Dios? ¿Acaso alguien puede resistir a su voluntad? Pero tú, ¿quién eres para discutir con Dios? ¿Puede el objeto modelado decir al que lo modela: Por qué me haces así? ¿No es el alfarero dueño de su arcilla, para hacer de un mismo material una vasija fina o una ordinaria? ¿Qué podemos reprochar a Dios, si quieren manifestar su ira y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a quienes atrajeron su ira y merecieron la perdición? Y si él quiso manifestar la riqueza de su gloria en los que recibieron su misericordia, en los que él predestinó para la gloria, en nosotros, que fuimos llamados por él, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los paganos, ¿qué podemos reprocharle? Esto es lo que dice Dios por medio de Oseas: “Al que no era de mi pueblo, lo llamaré «Mi pueblo», y al que no era mi amada la llamaré «Mi amada». Y en el mismo lugar donde se les dijo: «Ustedes no son mi pueblo», allí mismo serán llamados «Hijos del Dios viviente»”. A su vez, Isaías proclama acerca de Israel: “Aunque los israelitas fueran tan numerosos como la arena del mar, sólo un resto se salvará, porque el Señor cumplirá plenamente y sin tardanza su palabra sobre la tierra”. Y como había anticipado el profeta Isaías: “Si el Señor del universo no nos hubiera dejado un germen, habríamos llegado a ser como Sodoma, seríamos semejantes a Gomorra».
San Miguel: «Una vez más os digo: ¡Rezad mucho! Rezad mucho por la paz y por vuestros países. Dios dará Su Misericordia y Su Amor, Su Salvación. La dará a las personas que le aman con todo su corazón y viven en los Santos Sacramentos. ¡Es importante que os santifiquéis en este tiempo y viváis en gracia santificante!
Él viene a vosotros con el cetro de Su Misericordia, entendedlo bien. Las almas endurecidas seguirán el camino de Su justicia. ¡Rezad por estas almas! Vuestra oración no se perderá. Pero a vosotros os digo: ¡Que vuestros corazones se conviertan en vasos de misericordia; en vasos del Rey de Misericordia! He mirado a los enfermos y a los que sufren y los bendigo (San Miguel Arcángel bendice). Recordad que este año es el año de la gran decisión».
Manuela: “¿Por la paz?” San Miguel Arcángel me dice que no sólo es un año decisivo para la paz, sino también para la Iglesia. Desea la siguiente oración…”
“Sancte Michael Archángele, defénde nos in próelio, contra nequitiam et insidias diáboli esto praesidium. Imperet illi Deus, súpplices deprecámur: tuque, Princeps militiae caeléstis, sátanam aliósque spiritus malignos, qui ad perditiónem animárum pervagántur in mundo, divina virtúte in inférnum detrúde. Amén.”
San Miguel: «¡Recuerda que en todo lo que suceda, las puertas del infierno no destruirán a la Iglesia católica! Cuando todo parezca perdido, ¡vendrá la victoria de Cristo! Amén».
Manuela: “San Miguel Arcángel y Santa Juana de Arco se despiden de mí y vuelven a la luz y desaparecen…”
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[1] ¿Cómo llegó hasta Valencia el auténtico Santo Cáliz?

Muchas son las habladurías que se oyen acerca de la autenticidad del Santo Cáliz que tenemos en la Catedral de Valencia. Sin embargo, importantes estudios y diversas pruebas atestiguan que se trata del Santo Grial, por lo que estuvo en la mesa durante la Última Cena y fue el que Jesucristo utilizó para beber, para consagrar o para ambas cosas dada la fecha y el origen de la copa.
San Jerónimo señaló que sobre la mesa de la Última Cena se posaban dos copas, una de plata que contenía vino y otra de piedra que se utilizó para la institución de la Eucaristía. Ante esto cabe señalar que sólo el Cáliz de Valencia responde a la descripción de la usada por Cristo en la consagración dado que la parte superior es de piedra de ágata.
Historia del Santo Cáliz y cómo llegó hasta Valencia
Y te preguntarás, ¿cómo acabó en Valencia la copa donde según cuenta la tradición Jesús instituyó la eucaristía el Jueves Santo antes de ser crucificado? Para conocer cómo llegó a España y a Valencia hay que retroceder en el tiempo, en concreto a la invasión musulmana, a partir del año 713, cuando fue ocultado en el Pirineo, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe, Bilio y finalmente por el ministerio de San Juan de la Peña en Huesca.
En 1397, por mediación del Papa Benedicto XIII, pasó a manos de Martín el Humano, Rey de Aragón, quien lo custodió en el palacio real de La Aljafería de Zaragoza hasta su muerte en el Real de Barcelona en 1410. Catorce años después su sucesor, Alfonso V el Magnánimo, lo trajo a la capital del Turia, primero a su palacio y en 1437 a la Catedral de Valencia.
Sin embargo esto no acaba aquí. Durante siglos fue conservado y venerado en la Catedral hasta que, en la guerra de la Independencia entre 1809 y 1813, fue trasladado por Alicante e Ibiza hasta Palma de Mallorca huyendo de los invasores napoleónicos. No volvería a Valencia hasta 1916, fecha en la que fue instalado de nuevo en la antigua Sala Capitular habilitada como Capilla del Santo Cáliz. Una vez más se cambió la ubicación del Santo Grial, en esta ocasión con motivo de la Guerra Civil. Desde 1936 hasta 1939 permaneció oculto en el pueblo de Carlet.
Una vez finalizada la Guerra el Cáliz volvió a Valencia. Sin embargo, no lo hizo en su ubicación habitual sino en la Lonja dado que la Catedral había sido profanada y gran parte de ella destruida. En el 36 la capilla sufrió un incendio, llevándose consigo obras de arte y recuerdos históricos que jamás pudieron recuperarse.
Así es el Santo Grial de la Catedral de Valencia
Según un estudio realizado en 1963 por don Antonio Beltrán, Catedrático de la Universidad de Zaragoza, el Santo Grial que se conserva en la Catedral de Valencia está compuesto por tres partes independientes de épocas diferentes.
Por un lado la copa superior, realizada con un mineral procedente del cuarzo y 9.5 cm por 7 cm de altura. En su origen era una sola pieza, sin embargo, ahora puede verse la rotura que sufrió dividiéndola en dos partes, faltando además una diminuta porción junto a la línea de adorno. Según investigaciones procede de un taller oriental, helenístico-romano datado entre los siglos IV a. C y I d. C.
El pie es una copa invertida, también labrada en calcedonia, de 14.5 cm por 4 cm de altura. En una de sus vertientes se lee la inscripción en árabe “li- Izahirati o lilzáhira”, que puede traducirse “para el que da brillo” o “para la más floreciente”, haciendo referencia al alcázar Al-Zahira que mandó edificar Almanzor para su recreación en Córdoba. Según los estudios procede de un taller cordobés o fatimita entre los siglos X y XII.
Por último encontramos el nudo compuesto por orfebrería, 27 piedras con dos esmeraldas, 4 perlas y dos asas de oro. Según investigaciones las asas, el nudo y la orfebrería son obra de un orfebre gótico de finales del siglo XIII o primera mitad del XIV con influencias musulmanas y carolingias. Las piedras y las perlas son trabajos de entre los siglos XII y XIV.
Curiosidades del Santo Cáliz
¿Sabías que en el Beato Juan XXIII le concedió indulgencia plenaria en el día de su fiesta anual y que Juan Pablo II y Benedito XVI lo usaron en las misas que celebraron durante sus visitas a la capital en 1982 y 2006? Juan Pablo II fue el primer Papa en consagrar el vino eucarístico en él desde San Sixto II en el siglo III (TopValencia).
Fuente: Maria Die Makellose








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."