¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Luz Amparo Cuevas (parte 2): Castigos para el mundo, la Iglesia, España
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La Virgen:
“Como pastores de mi Iglesia y ¿qué han hecho de mi Iglesia? Casa de ladrones y de pecado…”
“El tiempo apremia. Haced vigilias y Vía Crucis. Acudid a la Eucaristía…”
“Vendrán grandes calamidades sobre la Humanidad. Grandes terremotos; ciudades enteras quedarán destruidas. ¡Qué pena de almas! Muchos pastores de la Iglesia se han hecho asalariados […] Muchos sacerdotes, por su mala vida, por su falta de piedad, arrastran muchas almas diariamente al fondo del abismo […] Vendrán grandes castigos. El enemigo formará en el aire una guerra con armas atómicas. ¡Cuántos cuerpos volarán por el aire y la piel se desprenderá de esos cuerpos! Millares de ojos lo verán y aun así no lo creerán. El planeta Tierra está a punto de destruirse…”
“También me agrada, hija mía, que cuando recéis el santo Rosario, lo recéis pausadamente, pensando lo que significa cada palabra. En el “Dios te salve, María”, hija mía, rezadlo así:
‘Dios te salve, María… llena eres de gracia… el Señor está contigo… bendita eres entre las mujeres… y bendito el fruto de tu vientre, Jesús…’
Pero, hijos míos, meditad cada avemaría; hija mía, y ofrecedlo para la salvación de toda la Humanidad…”
“Haced oración y sacrificio porque está próximo, hija mía, el Juicio de las naciones. En cada nación se hará un pequeño juicio y en aquellas naciones donde no hay piedad, ni amor, ni humildad, habrá grandes castigos…”
Visión de Luz Amparo:
- “Veo al Ángel con una medida y a Elías con un libro pequeño. Lo que lleva el Ángel no es romana ni báscula; tiene como dos globos, uno a cada lado, con muchas ventanas. En un lado hay una cruz como de oro y cruces en las ventanas; en el otro lado tres cifras: 666, una cabeza de serpiente aplastada con cuatro ojos… En la parte de arriba, entre los ojos, tiene una S y una Z. Al lado del Ángel, está Elías, quien con un celemín echa trigo de un saco; el trigo que cae en el lado del globo de la cruz se vuelve como granos de oro, cae por los lados y, según cae, se vuelve rayos de luz. En el otro echa el trigo y se vuelve negro y, al caer, se vuelve sangre y tinieblas y, en medio de esas tinieblas, veo hundirse todo.
- En este momento veo derrumbarse las montañas y caer sobre las personas, quedando muchas sepultadas y muertas […] ¡Cuántos conventos!, hay muchos conventos; entran el Ángel y Elías; ponen unos a un lado y otros a otro; entre todos hay muy pocos escogidos. ¿Dónde los llevas?, ¿dónde los llevas? No, no… (Luz Amparo gime). No, no, eso no, eso no… Veo que a los conventos escogidos los dejan donde los árboles, y los otros conventos (muchos más) donde se derrumban las montañas […] Veo cómo se derrumban las montañas. En Roma habrá grandes terremotos y será casi destruida. Veo hundirse el Vaticano. Todo esto está próximo…”
La Virgen:
“Pensad que el enemigo está en los cuatro puntos de la Tierra. Seguid rezando el santo Rosario. Con el Rosario se salvarán muchas almas […] El Padre Eterno está muy enojado; pedid al Padre Eterno, que está con los brazos abiertos…”
“Estas fechas serán el gran Castigo de toda la Humanidad. Varias naciones quedarán destruidas y las que queden serán purificadas. Este gran Castigo está muy próximo; parecerá que el mundo está ardiendo. Sólo del Aviso muchos no lo resistirán y morirán […] Acercaos a la Confesión cuantos no lo habéis hecho…”
Visión de Luz Amparo:
- “¡Ay, ay, ay!, ¡cómo se derrumban! ¡cómo se derrumban, ¡todo! […] ¡Ay, si esto no puede ser! ¡Ay…!, cuántos muertos, muertos todos, todos muertos, ¡ay…!, están todos muertos; ¡ay!, estos otros, ¿qué les pasa? ¡Ay…!”
La Virgen:
“Hija mía, éstos están en gracia, no les afectará absolutamente nada. Esto será horrible para el que no esté en gracia de Dios […] Seguid rezando el santo Rosario y ofrecedlo, hijos míos, por la conversión de los pobres pecadores…”
“Mi Hijo, de un momento a otro, va a bajar en una nube y va a dar a cada uno según sus obras, hijos míos. Los ejércitos del Padre son billones y billones, están preparados para que el Padre mueva su brazo, para venir a la Tierra y separar la cizaña del trigo, para mandar la cizaña a la profundidad de los infiernos, y el trigo transportarlo a los graneros de mi Hijo. Tú, hija mía, comunícaselo a todos, que estén preparados para cuando llegue este momento. Dentro de poco, el Sol dejará de brillar y la Luna dejará de alumbrar…”
“No os riáis, ¡cuántos en este momento os estáis burlando de mis mensajes!”
“Acercaos al sacramento de la Confesión, para luego recibir el Cuerpo Sacratísimo de mi Hijo […] Seguid rezando el santo Rosario, hijos míos. El tiempo se aproxima…”
“Parte de esta nación, hija mía…, será parte de Europa… Naciones enteras, hija mía, serán engullidas, no quedará de ellas ni una sombra. Por eso os pido, hijos míos, sacrificios, sacrificios y oración por estas pobres naciones, para que se salven muchas almas, hijos míos. Roma, hija mía, quedará destruida. Pedid, hijos míos, por el Vicario de Cristo. El Vicario de Cristo está en un gran peligro…”
“Sed humildes, hijos míos; está llegando el tiempo para escoger apóstoles para los últimos tiempos. Sí, hijos míos, el camino para llegar al Cielo es por el camino del sufrimiento y del dolor…”
“El Infierno está lleno de pecados de impureza…”
“No os dejéis sellar por el número del enemigo, que es el 666. El enemigo está en la lucha, hijos míos, está entre vosotros; retiraos de aquéllos que os quieran llevar por el camino de la perdición…”
“El demonio se ha metido en sus mentes y ha oscurecido sus inteligencias y las han aprovechado para construir artefactos atómicos, para destruir la mayor parte de la Humanidad.”
“Sí, hijos míos, pedid por Rusia y China, para que se convierta; puede ser la destrucción de la mayor parte del mundo, hijos míos; pero con el arma del Rosario podéis salvaros y también salvar a vuestros enemigos […] pedid a mi Inmaculado Corazón, porque este Corazón Inmaculado será el que triunfe al final, hijos míos…”
“La Ira del Padre se aproxima y mi Corazón está transido de dolor. Las profecías que yo he dado hace mucho tiempo, hija mía, a Melania y a Bernardita se van a cumplir. Estamos en el fin de los fines, en el fin de los tiempos, hija mía, y no encontramos almas para ser apóstoles de los últimos tiempos…”
“Esta raza humana se rebela contra Dios; todos los días se precipitan en el abismo millones de almas para toda la eternidad…”
“Los carros de fuego de Dios Padre están preparados, hijos míos, para transportaros a la Tierra Prometida…”
“Hija mía, en esos momentos Satanás se introduce dentro de sus almas y les pone el camino ancho, lleno de placeres y de vicios, y lleno de rosas, hija mía, pero en cada rosa hay un sello marcado, y ese sello es el sello del Anticristo, el 666…”
“Está muy próximo el fin de los fines. Prestad atención, hijos míos: habrá señales en la Luna, en el Sol y en las estrellas. Esto es muy importante, hijos míos, que prestéis atención, porque es el fin de los fines, y está mi Hijo dando avisos para toda la Humanidad; pero los hombres no hacen caso, hijos míos, no hacen caso de mis avisos. ¡Pobres almas!”
“La lucha está preparada, hijos míos; los ángeles del Cielo están esperando el aviso para destruir la mayor parte de la Humanidad. Estad preparados, hijos míos, que el enemigo quiere apoderarse, quiere apoderarse de vuestras almas…”
“Se aproxima el fin de los tiempos. La Tierra, la Tierra dará malas cosechas, malos frutos, hijos míos. El agua y la luz darán al globo terrestre grandes convulsiones, hijos míos; será espantoso, será horrible, hijos míos; grandes ciudades serán derrumbadas […] Estad alerta, hijos míos, que el enemigo está al acecho de las almas y los diez reyes del enemigo también están al acecho, hija mía; están repartidos entre los cuatro ángulos de la Tierra, para apoderarse del mayor número de almas…”
“Os pido, hijos míos, que hagáis con devoción todos los Primeros Sábados de mes. El que haga los primeros sábados de mes, confesando sus culpas, y acercándose a la Eucaristía y rezando diariamente el santo Rosario, promete mi Corazón Inmaculado derramar gracias sobre toda la Humanidad, hijos míos, sobre todos aquéllos que hayan cumplido con lo que yo les pido, hijos míos. También les prometo asistirlos en la hora de su muerte y preservarlos del fuego del Infierno, hijos míos…”
“Sigáis rezando el santo Rosario; con el santo Rosario se pueden salvar muchas almas…”
“Hijos míos, si no hacéis sacrificio y oración, no podréis salvar vuestra alma, hijos míos. Con sacrificio y con oración, se puede salvar a toda la Humanidad, hijos míos…”
“Hija mía, el primer sello está abierto, hija mía. ¿Sabéis cuál es el primer sello, hijos míos? Vendrán muchos pastores falsos, muchos, hijos míos; ya están entre la Humanidad. Irán de puerta en puerta, de dos en dos, con la Biblia en la mano para engañaros […] El segundo sello está a punto de ser abierto: guerra, hijos míos, detrás de la guerra vendrá el hambre, las pestes, las enfermedades; se levantará nación contra nación y reino contra reino, hijos míos, y grandes terremotos destruirán la mayor parte de la Humanidad…”
“Os prometí que todos aquéllos que hagan todos los días una visita al Santísimo y que confiesen los primeros sábados de mes sus culpas y comulgue, y rece el santo Rosario, os prometí, hijos míos, que os preservaría del fuego del Infierno…”
“Todos habéis sido marcados con una cruz en la frente; esa marca, hijos míos, no es la marca del enemigo, es la marca de los escogidos; pero que ellos quieran seguir esa cruz, porque todo el que lleve la cruz y no cumpla con los mandamientos de la Ley de Dios, no se salvará, hija mía…”
La vidente Luz Amparo Cuevas
El Escorial, España (1980-1992) – Luz Amparo Cuevas was the mother of seven children and wife of a doorman. She was a simple woman, working as a maid, who could neither read nor write. It was Holy Trinity Celebration Day, November 13, 1980, when she had her first apparition of the Virgin Mary. She lived in the valley of Prado Nuevo where the town of San Lorenzo del Escorial and the famous Escorial Monastery are located. Born to a very poor family, her mother had died when she was only six months old. A harsh stepmother sent her out on the streets to sell things with orders not to return until all her wares were sold. So, there were nights that she slept outside, under a tree, or even with snow. When she was nine years old, she was arrested for begging for food on the streets. In jail she survived on flour and water. Despite these hardships, Amparo maintained her great love and devotion to the Blessed Virgin Mary, often asking to go see her mother in heaven.(Otras profecías…)
- Daros cuenta que Dios Padre va a enviar dos castigos muy grandes. Uno en forma de guerra, revoluciones y peligros revolucionarios. Y el otro enviado por el Cielo: vendrá sobre la Tierra una oscuridad interna que durará tres días y tres noches. Nada será visible; el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará… la ...
- El Castigo está muy cerca; que el toque de las trompetas va a sonar muy pronto y, en ese momento, la Tierra temblará y el Sol girará sobre sí con grandes explosiones, y la Luna se oscurecerá, y en todo el planeta Tierra se verán muchos fenómenos. Un astro iluminará la Tierra. Parecerá que está ...
Fuente: La Virgen de Los Dolores








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."