¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
(Leer todo…)
20/04/2000 – Mensaje dado por Dios Padre a Julián Soto, el Discípulo
“Hijitos Míos, Soy Yo, vuestro Padre, Padre de todo el género humano. Yo os creé para compartir Mi Vida y Mi vida es Amor, Mi Vida es Luz, Mi Vida es Paz, Mi Vida es dar nueva vida a otros.
Ved ahora cómo os desenvolvéis en vuestro Mundo. ¿Cubre acaso las cualidades que os he en numerado? ¿Sigue acaso Mis Ideales Divinos? ¿Mantenéis acaso Mis Decretos de Amor?
NO, hijitos Míos. Ahora os desenvolvéis en un Mundo sin leyes, sin principios, sin respeto a vuestro Dios ni a vuestros semejantes. Algunos de vosotros llegáis a pensar que vivís según la ley de la selva en estos tiempos, pero Yo os puedo decir que Mis animalitos se comportan mejor en la selva que vosotros en la sociedad. En la ley de la selva se mata por alimento y el mismo león respeta a su presa si ya está satisfecho.
Vosotros no. Matáis, destruís al prójimo de palabra ó de obra. Buscáis apoderaros de sus bienes, tanto materiales como humanos. Destruís hogares, destruís el trabajo de años de una persona honorable, destruís vidas inocentes con la falsedad de vuestras palabras. Impedís el desarrollo de la vida humana, tanto en lo físico como en lo profesional. Vivís atacándoos por envidias.
Os habéis vendido al mal y él se burla de vosotros y se burla de Mi, al veros destruidos y al mostrarMe Mi Obra destruida en vosotros. Os habéis convertido en marionetas del mal para que él se pueda burlar de Mi, además de poderos evitar la entrada del Reino de Amor que os pertenece por ser Mis Hijos.
El engaño al que os ha llevado es tan grande que ya hasta se os hace “normal” vivir en la forma en la que ahora estáis viviendo. Al haberse introducido a los medios de comunicación os ha creado un “modelo de vida” tan falso y tan atractivo, a la vez, que ciegamente os estáis dejando llevar por él.
Para vosotros el vivir la violencia, el sexo mal entendido, la drogadicción, la falta de valores en general, se os hace ya normal y todo lo que se salga de ésa forma de actuar, lo veis “anormal”. Ahora las almas que tratan a toda costa de vivir bajo Mis Leyes y Preceptos, se les tacha de “raros”, “locos” ó “retrógrados”. Ya son pocos los que tratan de vivir bajo Mis Normas de Amor, normas “normales” de vida en el Cielo y para los que a él pertenecen. El mismo Cielo ahora se horroriza al ver a vuestro mundo, muy diferente a lo que Mi Amor concibió para albergar a las almas que a él vendrían a servirMe.
La maldad y sus depravaciones han llegado a un grado en que vergüenza dá miraros. Si no fuera por las súplicas de vuestra Madre, la Siempre Virgen María, quién continuamente Me ofrece a Mi Hijo Jesucristo para vuestra salvación, el Mundo entero ya hubiera sido destruido como Sodoma y Gomorra.
¿Acaso creéis que los pecados en Sodoma y Gomorra eran más grandes que los actuales vuestros? No, hijitos Míos, hoy los vuestros sobrepasan por mucho a los de esas dos ciudades malditas.
Lo que ahora detiene Mi Ira contra la mayoría de vosotros, es la Sangre Preciosa de Mi Hijo Jesucristo, la cuál no vieron ni tuvieron la generación de esas dos ciudades, pero que vosotros sí tenéis y la tenéis por herencia, pero ahora no la respetáis más.
¿Hasta cuándo, hijitos Míos, os daréis cuenta de la pocilga en la que vivís? ¿Hasta cuándo os daréis cuenta de que estáis sirviendo de marionetas al mal para destruiros y destruir Mi Obra Divina creada por vosotros por Mi Amor? ¿Hasta cuándo, hijitos Míos, os daréis cuenta del Misterio tan grande y tan amoroso que os concedí al enviaros a Mi único Hijo para vuestra Redención? ¿Hasta cuándo recapacitaréis en el mal en el que vivís y que podríais terminar si pensarais más en Mi, vuestro Dios?
Todo esto y más vio Mi Hijo en el Huerto de los Olivos y Me preguntó: ¿Padre, vale acaso sufrir y morir por la frialdad e ingratitud de Tus hijos?
Y Yo ahora os pregunto: ¿Si estuvierais en el lugar de Mi Hijo en el Huerto de los Olivos y vierais vuestro Mundo actual, os daríais en sacrificio como Mi Hijo se dio por todos vosotros? A la pregunta de Mi Hijo Yo le dije que sí, porque cada uno de vosotros vale muchísimo para Mi, porque sois parte de Mi y os quiero recuperar para vuestra salvación eterna.
Yo no puedo afectar vuestra libertad ni obligaros a vuestra salvación, ello debe brotar desde el fondo de vuestro corazón, pero lo que sí puedo hacer y haré, es el de proteger a todos aquellos que se han mantenido bajo Mis Leyes y Preceptos, a todos aquellos que no se han manchado ni enlodado con el fango del pecado en el que vivís. Por ellos he de manifestar Mi Poder y Mi Gloria y, gracias a ellos, muchos de vosotros que vivís apartados del bien y de Mis Decretos, volveréis y seréis salvados gracias a su intercesión, a su insistencia y a su abandono a Mi Voluntad.
Así como Mi Hijo Jesucristo se dio por todos vosotros, de todos los tiempos y de todas las ideologías humanas, ahora, Mis nuevos cristos, aquellos en los cuáles Mi Hijo puede vivir plenamente, por haberse soltado a Mi Voluntad, por ellos he de detener los proyectos destructivos del mal.
Os lo recuerdo, hijitos Míos. Yo os creé para que me ayudarais a reparar el Pecado de vuestros Primeros Padres y, al quedar reparado, vivierais eternamente bajo Mi amparo de Amor.
El tiempo de otorgaros Mi Gracia se ha ido retrasando porque casi todos os contaminasteis en mayor o menor grado por las artimañas del mal y ello ha afectado el que ya pudierais vivir vida de Cielo en la Tierra. Ahora el mal, al sentirse, prácticamente, dueño del mundo, por la gran sombra de maldad que ha ido envolviendo a todos los pueblos, va a dar su estocada final, la cuál pondrá a prueba aún a aquellos que se han mantenido apartados, al la zaga, de su poder.
En breve, el principal pararrayos de bendiciones que tenéis en la Tierra, será eliminado (el Papa). El mal tomará su puesto, quién os llevará a un desenfreno brutal contra Mis Leyes Divinas. Se Me atacará por todos los medios y se tratará, a toda costa, de evitar que surjan pararrayos de Luz en todo el Mundo.
Las tinieblas aparecerán como triunfadoras y serán aceptadas por un tiempo, tiempo en el cuál el hombre podrá reflexionar sobre su mal proceder y cuando os deis cuenta de que habéis actuado como el traidor que condenó a Mi Hijo al patíbulo, entonces Su Cruz Gloriosa os dará nuevo aliento, os dará una nueva oportunidad, os dará un nuevo camino por el cuál os podréis dirigir y así, al pedir Mi Misericordia, después de vuestro sincero arrepentimiento, Mi Hijo volverá, apartará las tinieblas y os traerá Su Luz, junto con Su Nuevo Reinado de Amor.
Hijitos Míos, todo ha sido escrito con antelación, desde el tiempo de Mis Profetas en el Antiguo Testamento y a través del tiempo. Se os ha dado a conocer a través de las Apariciones de Mi Hija en muchos países de vuestro Mundo y ni aún así queréis comprender.
Os he profetizado y se han realizado Mis Advertencias, aún cuando no habéis entendido y ni aún así os conmovéis. ¡Oh generación de corazón duro y mente perversa! ¿No os dais cuenta de cómo la Naturaleza se ha vuelto contra vosotros y ni aún así entendéis? Veis muerte por doquier, por desastres, inundaciones, terremotos, incendios, enfermedades y epidemias nuevas incontrolables y ni aún así entendéis?
¿Vosotros creéis que es así el Mundo que Yo pensé para vosotros? Yo no Soy el Dios malo y vengador que creéis que Soy. Yo os protejo del mal para que no os aplaste como él quisiera, pero la Naturaleza que afectasteis, ahora se ha vuelto contra vosotros, porque de vuestro corazón sólo sale maldad, sólo sale odio, sólo sale destrucción.
Ya os he dicho que para que todo cambie, tiene que ser cada uno de vosotros, en forma personal, el que cambie y vuestro ejemplo, oraciones, vida de sacrificio y vida en la Fe y en Mi Voluntad, moverá a otros al cambio.
No podéis obligar a alguien a hacer algo si vosotros mismos no lo hacéis y, es más, en muchos casos pregonáis el bien por hacer y los destruís con vuestras obras.
Hijitos Míos, el Tiempo se acerca. El tiempo de la Gran Prueba ya está a las puertas y no lo podréis soportar ni vencer si vivís fuera de Mi Corazón.
Sólo con una Fe ciega, una Fe madura ganada por una vida de oración y de aceptación a Mis Leyes y a Mi Voluntad, os darán la fortaleza para vencer.
Os he dado infinidad de oportunidades tratando de evitar llegar hasta estos momentos, pero no las habéis escuchado en vuestro corazón. Aún así, como Padre amoroso y comprensivo que Soy, Yo estaré junto a cada uno de vosotros para ser apoyados, confortados, aconsejados, aliviados, de cada uno de los momentos difíciles que pasaréis. Confiad en Mi, que Yo no os voy a defraudar. También Mi Hija, la Siempre Virgen María, os estará protegiendo y guiando. Ella misma y con Sus santos Ángeles.
Confiad en Mí, en Mí Poder Infinito, en Mi Gracia Omnipotente y en Mi Infinita Misericordia y así pronto lograremos restaurar a este Mundo, para que el mal sea vencido y el Reino de Mi Hijo se implante sobre la Tierra.
El dolor del parto es breve y pasajero, cuando se mira el nacimiento del nuevo ser. Así ha de ser el parto de Amor Celestial que se os avecina.
No temáis ni os fijéis en el dolor que vendrá, gozad ya desde ahora las maravillas del Nuevo Reino que os regalaré para gozo desmedido de vuestra alma, como regalo de vuestro Padre a Sus hijos fieles. Mi Hijo en tres días restauró Su Vida. Yo así restauraré Mi Nuevo Reino.
No temáis y confiad plenamente en Mi Poder, el mismo Poder que hizo a Mi Hijo vencer y levantarse de la muerte y así como El no fue vencido por la muerte, tampoco lo serán aquellos que en Mi confíen.
Yo Soy el dueño de la Vida y de la Muerte y Yo puedo dar la vida y vida en abundancia, a todo aquél que en Mi ponga su confianza.
Yo os bendigo en Mi Santo y Poderoso Nombre, en el de Mi Hijo, ejemplo de Amor y donación a Mi Voluntad, y en el de Mi Santo Espíritu, Luz y Vida en Mi Amor.
No temáis a los acontecimientos.”
Fuente: Sagrados Corazones







“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."