¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
01 de Julio de 2021 – mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Julián Soto, el Discípulo
Mi Remanente Fiel entra ahora en la prueba más dura
“Queridos hijos Míos, den a conocer este mensaje urgente.
Errores gravísimos, cometidos por hombres avaros, egoístas, sedientos de fama, dinero y poder, y que ocupan puestos de mando, harán que la humanidad entera vaya al fracaso, a la ruina y a la miseria, viviendo en un cinturón de presión y dominio.
Los hombres, confundidos, serán controlados, dominado ya su libre albedrío. Los confinamientos se darán unos tras otros, golpeando la libertad.
¡Ah!… Discípulo Mío, la dignidad de muchos hombres en el mundo será minada y reducida; la esperanza y la fe agonizan.
Mi Remanente Fiel entra ahora en la prueba más dura. Sí, será probada la Fe de muchos. Nunca como antes, el pecado y la confusión reinarán en todos los ámbitos y sectores. Una humanidad que se volverá tremendamente agresiva.
¡Ah!, escribe, Discípulo Mío, pues la voz profética no guardará silencio.
Estáis en la batalla final. Todo aquel que crea en Mí, en Mis Palabras, luchará, vencerá y vivirá, pues Yo Soy la Vida y la Fe, la victoria de los que unidos a Mí, proclamarán los Cielos Nuevos y la Tierra transformada por la gloriosa Mano de Mi Padre, vuestro Padre.
Hijos Míos, reflexionad en Mis Palabras, y eleven sus oraciones, ruegos y súplicas. El sexenio semestral, el medio tiempo, ha entrado en su etapa final, y dará entrada el período más fuerte en tribulación, llanto y dolor.
Luto y pesar invadirá la tierra, y la Justicia de Mi Padre hará su asomo. La espada, la peste y la hambruna, cabalgará como un jinete apocalíptico. El lamento y la zozobra invadirán a las almas desprovistas de Mi Gracia.
La falta de oración hará débiles las mentes, y las voluntades se vendrán abajo, sumergidas en la ignominia.
El mes de Mi preciosa Sangre deberá ser tomado muy en cuenta, con vigilias reparadoras y de desagravio, ante Mi Santa Presencia Sacramentada.
El sol lanzará sobre todo el universo sus rayos cargados de energía cósmica, que dañarán la fauna con grandes incendios forestales, incontrolables y mortales. Tened, hijos queridos, cuidado, y no andar bajo los candentes rayos solares entre las 11 horas de vuestro tiempo humano por la mañana, hasta las 16 horas, por la tarde. Los horizontes se observarán coloreados por el fuego radioactivo, en nubes rojizas-anaranjadas. Refugiaos ya en los lugares de preservación, pues Yo, Jesús, digo: que es tiempo del éxodo o la marcha fuera de las grandes ciudades, que arderán ante la Justa Ira de Mi Padre.
¡Ah!… Todo lo purificará con fuego, y tendréis aire contaminado.
¡Oh!… Discípulo Mío, levanta tus ojos y mira. La ansiedad dominará a muchos y querrán preguntar, ¿qué hacer?
Muchos te preguntarán: ¿Está ya aquí el Aviso del Cielo? Y tú, hijo de hombre, hablarás esto con la fe y seguridad que Yo, tu Dios, te transmito.
La profecía viva habrá llegado, y todos Mis profetas se unirán y hablarán solo Mi Verdad.
Yo, El Señor de todos, El Cordero sin mancha, vive. Y Mis hijos queridos en todo el mundo tendrán que estar delante de Mi Presencia Sacramentada, en adoración profunda, en contemplación viva. Porque ¡oh!, hijo de hombre, la reparadora oración será la única fuerza con la que venceréis a los ataques diabólicos de la masonería, el satanismo y el comunismo.
¡Ah!… Mi remanente fiel, oíd. Esto es lo que dice El Señor, vuestro Dios:
¡Ah!… Mi remanente fiel, oíd. Esto es lo que dice El Señor a vuestros sacerdotes, obispos y cardenales, que están en medio de la falsa doctrina, de la herejía, del modernismo.
¡Ah!, sacerdotes, obispos y cardenales, ¿por qué no creéis en la voz de los profetas Míos de los últimos tiempos? ¿Por qué vosotros, que tenéis la llave del conocimiento, cierran la entrada a muchos para que no se conozcan Mis avisos? ¿Por qué el conocimiento intelectual, os llena de soberbia?
Seáis humildes y sencillos. Yo, El Señor, lo digo ahora: astutos como serpientes para hacer el bien, y prudentes y sencillos como palomas. No os contaminéis, almas consagradas, y promoved la Adoración Eucarística.
Sí, hagan procesión por las calles con Mi Presencia Sacramentada, pues el flagelo de la hambruna mundial, la peste de mortal epidemia, peor que la que ahora sufren, la espada de la guerra; pues las naciones y los pueblos se levantarán unos contra otros.
Mi remanente fiel será sostenido en estos tiempos con más protección divina y sobrenatural.
El tiempo del Aviso y la iluminación de las conciencias, ya está muy cerca. La tierra entera será sacudida, y la voz de Mis profetas auténticos, la voz de Mis consagrados auténticos, verdaderos, cruzará por los ríos, caminos y montañas.
La tierra entera y los que viven en pecado sufrirán la más fuerte de las purificaciones en los próximos meses 8 y 9.
Convertíos, pues, Mis consagrados, pues Yo, El Señor, os llamaré a cuentas y la sangre de mártires será derramada.
La hora de la prueba comenzará. Y tú, Discípulo Mío, hijo de hombre, sé valiente y no temas. Yo Soy tu única fuerza, y bendigo a todos los que lean este mensaje.
Yo, Jesús.”
Fuente: Sagrados Corazones







“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."