¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
3 de febrero de 2021 – Mensaje de un ángel al vidente Julián Soto Ayala, “El Discípulo”- Ciudad de México, México
Ay… de Italia… Ay, de ti, España…
“No es un mensaje, ni profecía, es una voz que Discípulo escucha; es la voz de un ángel.
- En Italia hay 2 soles, al ver esto huid, monjes franciscanos, pues Asís será asolada, atacada, destruida.
- Ay… de Italia, que será pronto destruida, quemada.
- Ay… Ciudad de las Siete Colinas, que arderás hasta convertirte en cenizas.
- Ay… del barro de los hombres, feliz el que huya más allá de los mares, montañas y colinas.
- Un hombre os anunciará el éxodo, otro hombre el fin.
La Ciudad del Vaticano y sus riquezas quedarán bajo los pies de los chacales y jamás brotará flor en los jardines. ¡Oh, sí! La tierra temblará y las construcciones caerán desde sus cimientos hasta sus cúpulas.
Ay, de ti, España…, sólo quedarán de ti los pirineos, y tus países vecinos sobrevivirán en abundancia, cuando reconozcan su heredad. Tus costas serán tragadas por el mar. Desde Málaga hasta Madrid te ceñirá un cinturón de fuego, pues Garabandal de San Sebastián será cubierta a su tiempo con la columna que descenderá y se posará en el lugar de los Pinos. Arderá la fe en esta tierra, pues aquí quedó una gran descendencia donde brotó el vergel del Monarca, quién inclinará su vista y su mano sobre ti. No desaparecerás del todo, porque guardas el Tesoro de una herencia de la descendencia de la estirpe de Jacob (Israel).
¡Estados Unidos… escucha, nación… seguís matando… seguís muriendo! Torres transmisoras aún de G4 y G5 están llevando sobre ti tu crimen. Por tu rebeldía y desobediencia perderás todo tu dinero, y todo tu poder de gran nación se vendrá a tierra, caerás como de un trono en una torre.
¡Nueva York sucumbirá! ¡Salid ahora de ahí, arderá y el agua del mar la ahogará!
La antena media G5 absorbe el 90% del oxígeno de la sangre, hay paro cardíaco por asfixia.
Ah… Ecuador, seguirás muriendo también por esto.
El coronavirus no mata, mata la depresión y el miedo. Los gobiernos comunistas y masones, el orden mundial ponen un límite a la vida e inventan vacunas falsas. El imperialismo, la francmasonería, han invadido el mundo de cultos satánicos y aborrecen al Dios Creador y a Su Cristo. Las banderas políticas se alzan, tomando las astas y los mausoleos. Se ha perdido la dignidad, ya el profeta y el sacerdote han errado el camino. La herejía, la vanidad y la blasfemia están en todos los templos del mundo.
Religión ecuménica mundial… ¡Nunca!
¡El nuevo orden mundial, jamás asolará, jamás destruirá al Remanente Fiel!
Soldados míos, formaos en fila. Al grito de: ¡Quién como Dios!, levantad el arma letal y poderosa (del Rosario).
¡No lloverá a la misma hora en el universo, ni habrá un calor mundial hasta que ocurra el Aviso!
Cuando veáis la Cruz de Luz en el cielo, recordad que todo esto se dijo y anotó. Sufrirás, ¡oh! Humanidad, la muerte sufriente, porque habéis elegido la vacuna a prueba. Quien verdaderamente ya se vacunó no vivirá más allá que dos o tres años. ¿Podrán vivir más, hasta el día del Castigo? Sí que vivirán, pues oportunamente el Cielo ha dado sus tés y jarabes medicinales naturales.
¡Si dejáis el odio y levantáis las manos al Dios Todopoderoso, si dejáis de obedecer a vuestros gobiernos ateos, masones, satánicos, comunistas y corruptos encontrarán el gozo del Señor!
El Cielo os ha dado las oraciones fuertes para el final de los tiempos. Meditad pues las palabras del profeta Discípulo, congregaos en casas y lugares de refugio.
Dios, Nuestro Señor, los bendiga y os dé Paz. Soy de María y del Espíritu Santo. Amén.”
Fuente: Sagrados Corazones







“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."