¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Agosto 26 de 2021 – Llamado de Jesús de la Misericordia a Su Pueblo Fiel. Mensaje a Enoch.
“Amados Hijos, mi Paz y Misericordia, os acompañe siempre.
Hijos míos, estáis en tiempos de purificación, permaneced alerta y vigilantes porque las fuerzas del mal, os están acechando a todo instante. No bajéis la guardia con la oración y estad siempre en gracia de Dios para que podáis dar la buena batalla. Mortificad vuestro cuerpo, alma y espíritu, con la oración, ayuno y penitencia, para que podáis repeler los dardos incendiarios que los espíritus mentales, os envían para robaros mi Paz.
Reprended todo dardo incendiario del maligno que llegue a vuestra mente para que éste no se fortalezca y termine atormentándoos y robándoos la paz del Espíritu. Nuevamente os digo: llevad todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo Jesús (2 de Corintios 10,5) para que podáis destruir los engaños y dardos incendiarios de los espíritus del mal. Acogeos a los rayos de mi Misericordia y cuando el ataque sea muy fuerte, decid: “Jesús yo confío en Ti”. El poder de mi Misericordia unido a vuestra fe, y confianza en Mí, os librará de todo mal.
Amados míos, yo soy vuestro Jesús de la Misericordia, que está esperando como mendigo de amor, que os acojáis a Mí; rezad con fe mi Coronilla y os aseguro que todo lo que pidáis en mi Nombre a mi Padre, os lo concederá si es para vuestro bien y salvación de vuestra alma. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llame se le abre. ( Mateo 7. 7, 8 ) Pedid con fe y en Gracia de Dios, y si sois perseverantes en la oración en Divina Voluntad, todo se os concederá. Acordaos: fe, perseverancia y confianza en Dios, son las llaves que abren las puertas de la Misericordia. No lo olvidéis.
Hijos míos, estoy derramando mi Misericordia abundantemente sobre la humanidad, especialmente sobre aquellos que no me conocen o están alejados por el pecado de Mí. Cada vez que mis hijos fieles hacen mi Coronilla con fe y en gracia de Dios, el torrente de mi Misericordia cubre la humanidad entera. Os pido mis devotos de mi Misericordia que me acompañéis con el rezo de mi Coronilla (de la Divina Misericordia) a las 3 a.m., para que la fuente de mi Misericordia y sus Rayos de Luz, destruyan en esa hora santa los rezos, conjuros, invocaciones, maldiciones, misas negras y demás ritos satánicos, que hacen los emisarios del mal en la madrugada para invocar los espíritus malignos y consagrar la creación y a la inmensa mayoría de la humanidad alejada de Mí, al príncipe de las tinieblas.
Amados hijos, respeto mucho vuestro libre albedrío pero si me pedís que vuestro Ángel de la Guarda os despierte a las 3 am, para rezar juntos mi Coronilla de Misericordia, os lo agradeceré y colmaré de abundantes bendiciones para vosotros y vuestras familias. Os digo, todo aquel que sea devoto de mi Coronilla de Misericordia y que la haga extensiva a sus familiares y al mundo entero, le aseguro el gozo de la vida eterna. Mi Misericordia infinita librará del fuego eterno a todos aquellos pecadores que sean cubiertos con el rezo de mi Coronilla en las horas santas de 3 am y 3 pm. Acompañadme pues mis pequeños en las horas de mi Misericordia, rezando con fe mi Coronilla, para que mis Rayos misericordiosos os cubran a vosotros a vuestros familiares y al mundo entero.
Mi Paz os dejo, mi Paz os doy. Arrepentíos y Convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Jesús, de la Infinita Misericordia.
Dad hijos míos a conocer los mensajes de salvación, a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."