¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Abril 4 de 2021 – Llamado de Jesús de la Misericordia a Su Pueblo Fiel. Mensaje a Enoch.
Corred hijos pródigos, no dejéis para el último momento vuestra conversión
“Pueblo mío, mi Paz sea con vosotros.
Hijos míos, días aciagos estáis ya viviendo, las malas noticias os acompañarán por vuestro paso por el desierto de la purificación. Soy vuestro Jesús de la Misericordia, que con los brazos abiertos espera el regreso de las ovejas perdidas. Corred hijos pródigos, no dejéis para el último momento vuestra conversión, porque quizás ya no podréis alcanzar la Barca de mi Misericordia. Nunca antes se había visto tanta maldad y tanto pecado en la tierra, como sucede con esta generación de estos últimos tiempos; pecado y maldad que atemoriza hasta los mismos infiernos.
En esta generación es donde más almas se han condenado y seguirán condenándose por el modernismo, la apostasía, y ante todo por el alejamiento de Dios. A medida que pasan los días la maldad y el pecado se intensifican, pecar se volvió una costumbre para esta humanidad ingrata. Es por esto, que estoy derramando mi Misericordia más abundantemente, esperando que la inmensa mayoría de la humanidad despierte y vuelva al Amor y Misericordia de Dios. Me duele y entristece ver cómo las generaciones que van naciendo y creciendo vienen ya marcadas con el sello de la maldad y el pecado; la falta de amor y de caridad de los hombres de estos últimos tiempos, es una afrenta a mi Amor y Misericordia.
Los valores morales y espirituales están en decadencia por la falta de amor, diálogo, comprensión y ante todo por la falta de Dios en la mayoría de los hogares y familias. Sufro viendo esta realidad en muchas familias de hoy, donde los pastores del hogar no están asumiendo con responsabilidad y compromiso, el don sagrado de amar, guiar y educar a sus hijos, conforme a la enseñanza y cumplimiento de mis Santos Preceptos. Mi Decálogo de Amor es olvidado y quebrantado a diario por la inmensa mayoría de la humanidad; es por esto, por lo que los hogares, familias y sociedades, hoy van a la deriva. La falta de amor y de Dios, en el corazón de esta humanidad es la causa de la decadencia moral y espiritual. Mis Santos Preceptos son el Decálogo de Amor, son la Ley que Dios os dio para que pudierais vivir en armonía con El, y con vuestros hermanos. El no cumplimiento de mis Preceptos es el causante hoy, de tanta maldad, pecado e injusticia.
¡Volved a Mí, humanidad ingrata y pecadora; retomad pastores de mi Iglesia y pastores del hogar, la enseñanza y cumplimiento de mis preceptos; para que el pecado y la maldad, dejen de reinar en este mundo! Humanidad pecadora, soy vuestro Jesús de la Misericordia, que espera por vosotros hasta la consumación del último segundo; os estoy esperando con mis brazos abiertos, porque bien sabéis que no quiero veros morir eternamente. ¡Apresuraos, porque los segundos de mi Misericordia se están agotando; y lo que viene después de mi Aviso y Milagro, es mi Justicia y ella, no conoce de misericordia. Hijos pródigos no temáis, si os arrepentís de corazón de vuestros pecados y volvéis a Mí, os aseguro que os perdonaré y no volveré a recordar vuestros pecados por muy grandes que estos sean. No olvidéis que soy más Padre que Juez; corred pues, para que podáis alcanzar la Barca de mi Misericordia.
Vuestro Padre, Jesús de la Infinita Misericordia.
Dad hijos míos a conocer mis mensajes de salvación, a toda la humanidad.”





Dios Padre: «



“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”




"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."