Lee sin prisa si puedes...

Esfuérzate en leer todo sin prisa... la curiosidad no te salvará de los acontecimientos que devastarán a nuestro planeta... no habrá internet... prepàrate: oración y Santo Rosario cada día, Confesión, Comunión, obediencia a los 10 Mandamientos... ¡Fe, no miedo! ¡Salva tu alma!

Sí, soy Amor, pero también soy Justicia

Las almas que se condenan caen al abismo entre gritos estentóreos, llenos de dolor y desesperación, que hacen revivir nuevamente mi Pasión

Septiembre 17 2018
Llamado urgente de Jesús Sacramentado a Sus hijos rebeldes.
Mensaje a Enoch.

Sí, soy Amor, pero también soy Justicia

“Mi Paz sea con vosotros, mis Hijos fieles.

Hijos míos, a medida que van pasando los días, va acercándose más el tiempo de la gran tribulación. Esta humanidad ingrata y pecadora se niega a aceptar mi Justicia, porque según ella, Dios es sólo Amor y no castigará a la humanidad; se dicen así mismo: Nada pasará, Dios es Amor. Sí, soy Amor, pero también soy Justicia, para que no os equivoquéis diciendo que no os castigaré por vuestros pecados. Soy Padre, pero también soy Justo Juez, y como Juez, no permitiré que sigáis quebrantando mis Preceptos y destruyendo lo que con tanto amor creé.

Soy el Dios Uno Y Trino, que se ha quedado con vosotros en silencio de sus Sagrarios. Soy el Único y Verdadero Dios, fuera de Mí, no hay más dioses. ¡Qué tristeza siente mi Corazón al ver vuestro desprecio e ingratitud! Sabéis quién soy, y aun así, seguís dándome la espalda y no la cara; las preocupaciones y afanes de este mundo, son para la inmensa mayoría de esta humanidad, más importantes que Yo. Os negáis a aceptarme, no tenéis tiempo para Mí; vivís a las carreras y la muerte os va a llegar de improvisto y os va a coger sin estar preparados. En la eternidad os estaré esperando como Justo Juez y de seguro que llegaréis con las manos vacías; desprovistas de amor y caridad para conmigo y vuestros hermanos; cubiertos con el velo del pecado, sin arrepentimiento alguno. Entonces, escucharéis mi Voz que os dirá: ¡Apartaos de Mí, id al fuego eterno!

Hijos ingratos, estoy por partir; venid a reconciliaros conmigo, no tengáis miedo; acercaos, os estoy esperando aquí en mis Sagrarios para perdonaros, si os arrepentís de corazón. Bien sabéis que no quiero vuestra muerte, sino que viváis eternamente. No seáis necios, mirad que el tiempo ya no es tiempo; mirad que mi Misericordia está por partir, para dar paso a mi Justicia, donde ya vendré como Justo Juez.

¡Humanidad pecadora, despertad de vuestro letargo espiritual de una vez; no dejéis para el último momento vuestra salvación, porque de seguro no vais a tener tiempo para arrepentiros! Mirad, aquí en el silencio de mis Sagrarios os estoy esperando para que os decidáis; ¿qué estáis esperando? Yo soy la fuente del perdón y la Misericordia; venid a bañaros para que quedéis limpios de toda mancha de pecado; apresuraos porque mis Casas muy pronto van a estar cerradas y ya no me vais a encontrar en mis Sagrarios.

Ovejas rebeldes, la noche os está llegando y el lobo anda suelto; si seguís en vuestra rebeldía, ya no vais a encontrar al Pastor para que os apaciente y lleve al redil; confundidas vagaréis en medio de la noche y vuestro balido ya nadie lo escuchará. Volved al redil lo más pronto posible, porque el lobo os está acechando y muy pronto os encontrará. Yo soy vuestro Eterno Pastor, atended a mi llamado ovejas rebeldes y volved lo más pronto posible a mis apriscos, para que no caigáis en las garras del lobo, que ya se dispone a devoraros.

Hijos míos, cuánto sufro viendo a diario perderse tantas almas; ¡humanidad pecadora que vagáis por este mundo sin Dios y sin ley; no quiero que corráis con la misma suerte de las almas que ya se condenaron! Si supierais del dolor de las almas que se condenan, de seguro que atenderíais a mis llamados y dejaríais de pecar. Las almas que se condenan caen al abismo entre gritos estentóreos, llenos de dolor y desesperación, que hacen revivir nuevamente mi Pasión; la sangre brota de mi Cuerpo a borbotones con cada alma que se me pierde. Triste y doloroso es el destino de las almas condenadas.

Nuevamente os digo humanidad pecadora, ¡aquí estoy en mis Sagrarios, esperándoos; corred porque estoy por partir; decidíos de una vez para que mañana no tengáis de qué lamentaros! Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.

Soy vuestro Maestro y Pastor, Jesús Sacramentado.

Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Rebaño mío.”

Fuente: mensajesdelbuenpastor