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Jesús Nuestro Maestro: Su Sufrimiento

Quiero hablarles sobre la paciencia, hijos, que les da paz y los enseña y acostumbra a esperar

Jesús dice: (Jesús Nuestro Maestro, Vol. 1) Mis hijos, aquí están ustedes dedicados y serenos, aun cuando en sus corazones el sufrimiento, a veces tan agudo, los tormenta.

Soy su Jesús: Hermano, Amigo, Padre de sus almas; lo sé y comprendo todo. Quiero ayudarlos a resolver sus problemas, quiero darles un poco de sosiego de su angustia.

Quiero que ustedes tengan paz y los invito a ejercer esa virtud que es indispensable para, al controlarse, poder alcanzar esa fortitud que les permite rescatar a sus seres queridos, quienes están tan lejos de Mi, de la verdad, de la fe, del amor.

Quiero hablarles sobre la paciencia, hijos, que les da paz y los enseña y acostumbra a esperar.

Sus buenos deseos también son míos, y los ayudo a realizarlos: ustedes no pueden hacer y tenerlo todo en un momento.

Al esperar, su fe se ejerce.

La esperanza nunca debe morir en ustedes, porque mientras haya vida siempre habrá razón para confiar.

Entonces si ustedes piensan sobre el poder y la utilidad de la oración, dirigida a Dios por ustedes o por otros, podrán comprender como el período de espera por las gracias que desean es precioso, porque es un aumento de méritos continuo.

Quisiera, sin embargo, queridos míos, que, cuando el deseo porque sus familias descansen y sus hijos se hagan parte de la Iglesia una vez más los atormente, piensen lo grande e intenso que son mis deseos por el bien de mis hijos. Hoy les señalare uno de ellos, que es parte del llanto de mi Corazón.

Un día cuando Yo viajaba por los caminos de Palestina, mi mirada divina se extendió hasta tal punto que abarcaba el mundo entero y de mi boca salió este lamento: “La cosecha es grande, pero los labradores son pocos.

Oren porque el Señor de la cosecha les envíe muchos labradores a su cosecha.” Ay, hijos, voy tocando las puertas de los corazones de muchos jóvenes a quienes, desde la infancia, Yo había bendecido particularmente, con favores y regalos.

Yo había preparado la tierra y, si ellos hubiesen correspondido, se hubiesen convertido en mis apóstoles.

Pero el mundo con sus atracciones, la familia y la sociedad con sus halagos, la ausencia de un espíritu de mortificación y sacrificio y el amor a la comodidad los ha ensordecido ante la llamada divina.

Y muchos de esos que han venido y han tomado de mi fuente gracia tras gracia, y luego han bebido aguas contaminadas: han confundido el error por la verdad e ido enloquecidos detrás de fantasmas y herejías que pululan y se esparcen donde la verdad debiera expandirse con la luz y la vida.

He aquí mi dolor, notad mis deseos y esperanzas. Ojalá el Padre mio y de ustedes decida levantar numerosas y sagradas vocaciones, y que estos electos puedan transformar la Tierra.

Mis hijos, cuando el dolor apriete sus corazones y el deseo de decir que ustedes ya no creen les llegue, porque ya no quieren orar, denle un valor más alto a estos sufrimientos.

Digan que con estos ustedes no quieren pedir al Padre que el Corazón de Jesús se consuele.

Piensen en Mi.

Yo me ocuparé de sus asuntos y haré mías sus penas.

Hijos, los bendigo a todos y los abrazo con ternura infinita."

 

Jesús Nuestro Maestro
Jesús Nuestro Maestro (Ingles)

 Carmela Negri CarabelliMensajes inspirados por Jesus a Carmela Negri Carabelli. Permiso del CENACOLO DELLA DIVINA MISERICORDIA, Centro di spiritualità, Viale Lunigiana 30, 20125 Milano, Italia, que tiene todos los derechos.