Lee sin prisa si puedes...

Esfuérzate en leer todo sin prisa... la curiosidad no te salvará de los acontecimientos que devastarán a nuestro planeta... no habrá internet... prepàrate: oración y Santo Rosario cada día, Confesión, Comunión, obediencia a los 10 Mandamientos... ¡Fe, no miedo! ¡Salva tu alma!

Haces por lo menos una vez la Ofrenda de Vida, lees las Promesas

En la hora de su muerte estaré a su lado y llevaré sus almas, sin pasar por el Purgatorio, a la Presencia de la Gloriosa Santísima Trinidad, donde en la Casa hecha por el Señor, se alegrarán eternamente junto Conmigo

Opportunity for Salvation!!!

(Primer) Viernes 5 y (Primer) Sábado 6 de abril de 2024
Últimas llamadas. No duermen. Prepárense para los acontecimientos venideros. Se requiere: Confesión Sacramental y Comunión (asistir a la Misa, y hacer lo posible para no llegar tarde)
Los 9 Primeros Viernes de mes al Sagrado Corazón de Jesús (leer las 12 Promesas). Los 5 Primeros Sábados del mes al Corazón Inmaculado de María (leer las Promesas). (Double) Novena a Los Sagrados Corazones de Jesús y de María, de sor Natalia Magdolna (leer las 33 Promesas, descargar y difundir…)

La Ofrenda de Vida lo compendia todo

Jesús dice:

—Si alguien, hija Mía, no hace sino una sola vez el Ofrecimiento de Vida, ¿entiendes, hija Mía? una sola vez, en un momento de Gracia se encendió en su corazón el fuego de amor heroico, ¡con esto selló toda su vida! Su vida, aunque no piense conscientemente en ello, es ya propiedad de ambos Sagrados Corazones. Para Mi Padre no existe el tiempo. La vida del hombre está ante Él como un todo.

Aunque uno haya hecho otro ofrecimiento, la ofrenda de vida por amor lo compendia todo y está por encima de ellos. Ésta será, pues, la corona, el aderezo más precioso y el distintivo de su nobleza espiritual en la Patria Eterna.

Mensaje de la Virgen para los que hacen la Ofrenda de Vida

La Santísima Virgen dijo:

—Cuando el Eterno Padre escoge un alma para darle la Gracia de ser uno de los elegidos, la destina a que, ya en la Tierra, sea semejante a Su Hijo Unigénito. Y, ¿en qué debe ser semejante a Él? En el amor y en la aceptación de los sufrimientos. Si en esto siguen ustedes a su Jesús, el Eterno Padre reconocerá en ustedes a Su Santo Hijo.

—Las almas, a las cuales el Eterno Padre escogió para que hagan el Ofrecimiento de Vida deben esforzarse por salvar el mayor número de almas para Dios. Lo pueden alcanzar con la oración fervorosa, con la práctica de la caridad activa y servicial, con la mansedumbre, con la humildad, con la mortificación, pero sobre todo con la aceptación paciente de los sufrimientos. Creo que Mi Corazón Maternal encontrará entre Mis hijos, almas que con el ardor de los mártires amen a Dios.

—Aun en tiempo de las más grandes pruebas, Mis queridos hijos, deben tomar con confianza ilimitada la Mano de su Madre. Juntos vayan ustedes al Corazón Eucarístico de Jesús que es su Fortaleza en su peregrinación terrenal. Así, fortalecidos diariamente por Él, continúan ustedes el camino hacia el hogar de la eterna felicidad donde en glorioso éxtasis, se reconocerán entre sí los que hayan hecho de su vida una ofrenda de amor a gloria de Dios y el bien de las almas.

—Entonces, Mi Santísimo Hijo les va a estrechar a Su Corazón inflamado de Amor, para sumergirlos en el gozo de la unidad de Amor de la Santísima Trinidad, en el estado de la eterna felicidad, para que puedan alegrarse sin fin en compañía de las almas para quienes, con su generoso ofrecimiento de vida, lograron alcanzar la salvación.

—¡Amen y tengan confianza, hijos Míos, porque Dios está con ustedes! El Señor ama la vida de cada alma que hizo la entrega de sí misma. Precisamente por eso no pongan límite a sus sacrificios. ¡Dar más, amar mejor! Sea ésta la consigna de su vida.

 

Oración de Ofrecimiento de Vida

“Mi amado Jesús, delante de las Personas de la Santísima Trinidad, delante de nuestra Madre del Cielo y toda la Corte Celestial, ofrezco según las intenciones de Tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado Corazón de María Santísima, toda mi vida y mientras viva, todas mis Santas Misas, Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los Méritos de Tu Santísima Sangre y de Tu Muerte de Cruz, para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad, para ofrecerle reparación por nuestras ofensas, por la unión de nuestra Santa Madre Iglesia, por nuestros sacerdotes, por buenas vocaciones sacerdotales y por todas las almas hasta el fin del mundo. Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme Gracia para perseverar en él fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.”

Jaculatorias de arrepentimiento

Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas! Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis pecados. Me duelen también los pecados de todo el mundo.

¡Oh, Amor Misericordioso! ¡En unión con nuestra Madre Santísima y con Su Corazón Inmaculado, Te suplico a Ti perdón de mis pecados y de todos los pecados de los hombres, mis hermanos, hasta el fin del mundo!

¡Mi amable Jesús! En unión a los Méritos de Tus Sagradas Llagas, ofrezco mi vida al Eterno Padre, según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.

¡Virgen María, Reina del Universo, Intercesora de la humanidad y Esperanza nuestra, ruega por nosotros!

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Cinco Promesas de la Santísima Virgen para los que hacen el Ofrecimiento de Vida

  1. Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús, ardiente de Amor, y en el
    Corazón Inmaculado de la Virgen María.
  2. Por su ofrecimiento de vida, unido a los Méritos de Jesús, salvarán a muchas
    almas de la condenación. El mérito de sus sacrificios beneficiará a las almas
    hasta el fin del mundo.
  3. Nadie de entre los miembros de su familia se condenará, aunque por las apariencias externas así parezca, porque antes de que el alma abandone el cuerpo, recibirá en lo profundo de su alma, la gracia del perfecto arrepentimiento.
  4. En el día de su ofrecimiento, los miembros de su familia que estuvieran en el Purgatorio, saldrán de ahí.
  5. En la hora de su muerte estaré a su lado y llevaré sus almas, sin pasar por el Purgatorio, a la Presencia de la Gloriosa Santísima Trinidad, donde en la Casa hecha por el Señor, se alegrarán eternamente junto Conmigo.
Pasajes del libro de Sor María Natalia Magdolna: La Victoriosa Reina del Mundo. Nihil obstat: Fr. Antonio González Ecclesiastic censor. Imprimatur: Jesús Garibay B. General Vicar Guadalajara, Jal. Jun. 1, 1999

 

Biografía de Sor María Natalia Magdolna

Sor María Natalia MagdolnaSor María Natalia de las Hermanas de Santa María Magdalena, nació en 1901 cerca de Pozsony, en la actual Eslovaquia. Sus padres eran artesanos de origen alemán. De joven aprendió el húngaro y el alemán, y más tarde el francés. Recibió los mensajes en húngaro. Su vida está llena de acontecimientos históricos y políticos ya que vivió casi todo este siglo. Murió el 24 de abril de 1992, en olor de santidad. Desde temprana edad percibió claramente su vocación religiosa y a los diecisiete años entró al convento de Pozsony. A los treinta y tres, sus superioras la enviaron a Bélgica de donde volvió al poco tiempo porque se enfermó y la regresaron a Hungría, su patria, donde vivió en los conventos de Budapest y Keeskemet. En Hungría empezó a tener locuciones interiores y visiones sobre el destino de Hungría y del mundo, aunque ya de niña había tenido fuertes experiencias místicas. Estos mensajes son un llamado a la reparación de los pecados, a la enmienda, y a la devoción al Corazón Inmaculado de María como la Victoriosa Reina del Mundo. La mayoría de estos mensajes los escribió entre los años 1939 y 1943. Durante la Segunda Guerra Mundial, Sor Natalia aconsejó al Papa Pío XII que no fuera a Castelgandolfo, su residencia de verano, porque sería bombardeada, como de hecho lo fue. Sor Natalia tuvo que transmitir unos mensajes muy duros a la jerarquía católica de Hungría: que repartieran sus riquezas a los pobres, que dejaran sus palacios y que comenzaran a hacer penitencia. Para muchos este llamado no sólo era una locura sino un absurdo. Sólo unos cuantos hicieron caso al llamado del ―Apostolado de la Enmienda‖. Sólo después de la guerra, cuando el cardenal Mindszenty en 1945 fue elegido Primado de Hungría, empezó el movimiento de reparación en forma seria. Él quiso la construcción de una capilla en Budapest y concedió el permiso para la fundación de una nueva orden de religiosas, cuya única finalidad sería el hacer reparación y penitencia por los pecados de la nación. Pero desgraciadamente era demasiado tarde y la capilla no se alcanzó a terminar. Las autoridades comunistas no sólo prohibieron la fundación de la nueva orden, sino que dispersaron aquellas ya existentes. El terror contra el pueblo húngaro fue tres veces más severo que en los países satélites vecinos. El ejército rojo hizo mártires por miles, entre ellos el obispo Apor de Gyor, quien trató de defender a su rebaño, en su mayoría mujeres que buscaban refugio en las iglesias para evitar ser violadas. Sin embargo, el ejército rojo fue indulgente en comparación con los traidores comunistas húngaros, especialmente su líder Matías Rákosi. Esta figura cruel envió a miles de intelectuales al patíbulo y su furia se dirigió principalmente contra la Iglesia Católica. Confiscó todas sus escuelas, dispersó las órdenes religiosas y ocupó sus conventos y monasterios. Todo el mundo se enteró de la trágica suerte del Primado de Hungría, el cardenal Joseph Mindszenty, quien luchó valientemente contra la tiranía roja. Después de haber sido encarcelado durante la Segunda Guerra Mundial por los nazis alemanes por ayudar a los judíos, ahora los rojos lo arrestaron bajo falsas acusaciones y lo sometieron a las más humillantes torturas. Cuando su voluntad de hierro se dobló por las drogas que le administraban, lo sometieron a un juicio de burla. Su rebaño se asustó y se dispersó lentamente al ver vencido al pastor. Sor Natalia compartió la suerte de sus hermanas religiosas y tuvo que vivir escondida, pero su vida mística continuó y bajo la guía de su nuevo director espiritual, en 1981 comenzó a escribir de nuevo su diario. Tenemos en nuestras manos un tesoro místico de incalculable valor, a la altura de cualquiera de los grandes tesoros de las místicas cristianas, santa Catalina de Siena, santa Gertrudis, santa Teresa de Jesús y santa Margarita María de Alacoque. Encontramos mensajes, enseñanzas y avisos dirigidos a todos y especialmente a los Sacerdotes que estamos viviendo este final de siglo. Necesitamos esta guía en un tiempo en el que los pilares tradicionales están tambaleándose y hay confusión hasta entre los mismos consagrados. Este libro se basa en el diario y otros mensajes que Sor Natalia ha dado a varias personas. Sor Natalia ofreció su vida por los Sacerdotes cuando entró al convento. El Señor aceptó su ofrenda: ella ha soportado sufrimientos increíbles, tanto en su cuerpo como en su alma, pues Jesús ha compartido con ella Su Cruz, el dolor que Él siente por los Sacerdotes tibios y también su gozo por los buenos y leales. Ella se identificó completamente con Jesús. Jesús se regocijó y sufrió en ella como él mismo dijo: ―Por Mis amados hijos Sacerdotes‖.